El Conflicto Cultural en las Escuelas de California: ¿Protección contra el antisemitismo o censura silenciosa?

La Ley AB 715 desata una tormenta política y educativa en el estado dorado al intentar combatir el antisemitismo, mientras críticos temen una amenaza a la libertad académica

El origen de la tormenta: de aulas a hemiciclos

La lucha contra el antisemitismo ha cobrado una nueva dimensión en California con la reciente aprobación de la controvertida Ley AB 715. Impulsada por legisladores judíos del estado, la ley surgió en respuesta al aumento alarmante de incidentes antisemitas en escuelas y universidades. Solo en 2023, el Departamento de Justicia de California reportó que más del 15% de los crímenes de odio registrados fueron contra personas judías, a pesar de representar apenas el 3% de la población estatal.

La legislación, firmada por el gobernador Gavin Newsom tras meses de debate, tiene como objetivo crear entornos educativos seguros para estudiantes judíos, prohibiendo material educativo y formaciones profesionales que "violen las leyes antidiscriminatorias del estado" o que inculquen "opiniones personales, sesgos o partidismo político".

¿Una solución o una amenaza velada a la libertad de expresión?

Uno de los elementos más controvertidos de la ley fue su intento inicial por definir lo que constituye un "ambiente educativo antisemita". El texto original establecía que negar el derecho del Estado de Israel a existir, equiparar a israelíes con nazis o no respetar el carácter religioso y cultural de Israel para el pueblo judío sería considerado antisemitismo.

Esto desató la furia de sindicatos de maestros, expertos legales, activistas de derechos civiles y organizaciones musulmanas, quienes acusaron a los legisladores de pretender censurar las voces pro-palestinas y criminalizar la crítica legítima hacia las políticas del gobierno israelí.

Juzgar como antisemita cualquier postura crítica hacia Israel es una amenaza directa a la libertad académica y al pensamiento crítico”, afirmó David Goldberg, presidente de la Asociación de Maestros de California y padre judío.

El papel político de la comunidad judía en California

La iniciativa fue encabezada por la California Legislative Jewish Caucus, integrada por 18 legisladores demócratas, todos ellos judíos. La fuerza política de esta bancada resultó clave no solo para aprobar la ley, sino también para resistir la presión de sectores progresistas y de izquierda críticos con Israel.

Este proyecto surgió de la necesidad de proteger a los estudiantes judíos del acoso y la discriminación, algo que se está pasando por alto en muchos debates sobre justicia social”, declaró Jesse Gabriel, asambleísta y uno de los creadores de la ley.

Sin embargo, esta postura provocó divisiones dentro del propio Partido Demócrata. Algunos sectores se mostraron renuentes a apoyar una ley que pudiera considerarse un ataque a la crítica política legítima, especialmente entre jóvenes demócratas que tienden a ser más críticos con Israel.

Controversias dentro y fuera del aula

Una de las voces más influyentes en la oposición fue Kenneth Stern, académico reconocido por haber redactado hace más de 20 años la controvertida definición de antisemitismo utilizada como punto de partida en varios países, incluyendo Estados Unidos. Aunque Stern fue el autor de esa definición, hoy se opone a su uso en entornos educativos por el riesgo que representa a la libertad de expresión.

Quieren hacer lo correcto, pero esta no es la manera. Esta ley no solo no solucionará el antisemitismo, sino que lo podrá empeorar”, advirtió Stern.

La ambigüedad de los términos utilizados en la ley, como "imparcial" o "factualmente preciso", además, ya ha generado confusión entre maestros, quienes temen ser demandados por enseñar sobre temas controvertidos como el conflicto entre Israel y Palestina o la historia reciente del Medio Oriente.

Tensiones sociales: entre la política y la empatía

En una emotiva intervención ante la legislatura, la asambleísta Rebecca Bauer-Kahan compartió cómo el legado del Holocausto marcó a su familia y lamentó que su hija encontrara esvásticas en los baños de su escuela. Este tipo de testimonios dieron fuerza emocional a la campaña para impulsar la ley.

No obstante, del otro lado del espectro, Gabriel Kahn, un maestro judío en Oakland, denunció haber sido investigado por cuestionar una capacitación que consideró antisemita. Describió la ley como un intento de “proteger a un Estado extranjero de la crítica,” advirtiendo su potencial de convertirse en herramienta de represión ideológica.

Un dilema sin solución clara: discurso vs. antisemitismo

Uno de los grandes desafíos de la ley AB 715 —y del abordaje del antisemitismo en general— es que el término se ha vuelto difícil de definir en un mundo globalizado donde las lealtades políticas y religiosas se mezclan constantemente.

Aunque muchas organizaciones judías consideran que el anti-sionismo es inherente al antisemitismo, otros académicos judíos insisten en que se puede criticar al gobierno israelí o estar en contra del sionismo sin odiar a los judíos.

Juzgar a todos los judíos por los actos del gobierno israelí es antisemitismo”, dijo David Bocarsly, director del Comité de Asuntos Públicos Judíos (JPAC) y promotor del proyecto. “Pero censurar toda crítica hacia Israel también es una forma de opresión”, añadió un activista palestino consultado por el medio CalMatters.

Un contexto nacional cada vez más hostil

Este debate se produce en un momento particularmente tenso en todo Estados Unidos. Con medidas como las de Donald Trump que amenazan con expulsar a estudiantes críticos con Israel y recortar fondos a universidades por "no proteger a estudiantes judíos", el riesgo de politizar los ataques antisemitas es más real que nunca.

Además, otros seis estados han examinado leyes similares, adoptando en algunos casos la definición amplia de antisemitismo que equipara el anti-sionismo con el odio antijudío.

¿Y ahora qué sigue?

Aunque la versión final de la ley fue moderada —ya no menciona explícitamente a Israel ni a Hamas— y solo prohíbe materiales que incumplan con leyes antidiscriminatorias, el daño ya está hecho para muchos detractores. Temen que esta norma siente precedente para futuras restricciones a la libertad académica.

Estamos en un momento en el que la polarización ideológica ha erosionado principios fundamentales como la libertad de expresión y la enseñanza crítica”, expresó la senadora Sasha Renée Pérez, presidenta del Comité de Educación del Senado.

A medida que crecen las tensiones dentro del Partido Demócrata y entre comunidades judías y palestinas en EE.UU., la Ley AB 715 podría convertirse en el espejo de un conflicto mucho más profundo: ¿cómo equilibramos la protección frente al odio sin caer en la censura?

Este artículo fue redactado con información de Associated Press