Entre la tregua y la tragedia: el frágil camino hacia la paz en Gaza tras la guerra
Mientras se celebra la liberación de rehenes y prisioneros, el futuro de la Franja de Gaza sigue envuelto en incertidumbre y desafíos enormes
El final de una fase, el comienzo de otra
Tras dos años de un conflicto devastador entre Israel y Hamas, una tregua frágil parece sostenerse con alfileres en Gaza. Esta pausa bélica ha permitido la liberación de los últimos 20 rehenes vivos israelíes y de casi 2,000 palestinos encarcelados por Israel. Aunque suene como una buena noticia, las heridas físicas, emocionales y geopolíticas aún están lejos de cicatrizar.
Donald Trump, quién actuó como mediador clave en este acuerdo, ha celebrado el éxito de la tregua como "el primer paso hacia la paz". Sin embargo, los analistas señalan que más que un final, este acto es un punto y seguido en un conflicto que se remonta a décadas y que vuelve a comenzar con más capas de complejidad.
¿Quién reconstruirá Gaza?
La Oficina del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) ha estimado que el proceso de reconstrucción de Gaza necesitará 70 mil millones de dólares, una cifra que pone en evidencia la escala colosal del daño causado por la guerra. De esa suma, al menos 20 mil millones se requerirán en los primeros tres años, lo que implicará una inversión sostenida a largo plazo.
Jaco Cillers, representante del PNUD, comparó la enorme cantidad de escombros con un dato impactante: "La cantidad de escombros en Gaza equivale a 13 pirámides de Giza o a cubrir el Parque Central de Nueva York con 12 metros de altura de ruinas". Son cifras que escapan a la imaginación y confirman que la reconstrucción no será ni rápida ni sencilla.
Palestinos liberados: entre la esperanza y el trauma
Entre los casi 2,000 palestinos liberados, varios fueron llevados directamente a hospitales en Cisjordania y Gaza. Algunos, como Kamal Abu Shanab, quien estuvo preso por más de 18 años, relataron las condiciones infrahumanas que sufrieron durante su detención.
"Me desgarraron el hombro con golpes y no recibí una sola pastilla en ocho meses", relató Abu Shanab desde el Complejo Médico de Palestina en Ramala. Médicos que los examinaron confirmaron signos de tortura, aunque Israel niega cargos de violaciones sistemáticas y asegura que investiga todo señalamiento.
¿Un nuevo modelo de gobernanza para Gaza?
A medida que se reconfigura el mapa político tras la tregua, surge una pregunta clave: ¿quién gobernará Gaza? A pesar de haber sido parte del acuerdo, ni Hamas ni Israel asistieron a la reciente cumbre internacional celebrada en Egipto, lo que deja un vacío de representación inquietante.
En ese escenario, el presidente turco Recep Tayyip Erdoğan fue claro: "Este no es un tratado de paz, sino solamente un marco para un cese al fuego. La única salida posible es una solución de dos Estados, y para eso, los países más poderosos deben presionar a Israel para que cumpla los acuerdos".
Erdoğan también mencionó posibles contribuciones de Turquía en forma de ayuda humanitaria y viviendas temporales, pero evitó confirmar si su país estaría dispuesto a enviar tropas para tareas de pacificación.
Una tregua que podría romperse en cualquier momento
El ejército israelí confirmó que el martes abrió fuego en el norte de Gaza contra personas que se aproximaron a la “línea amarilla”, la misma línea desde la cual Israel había retrocedido en agosto como parte del acuerdo. La situación exacta sigue sin estar clara, pero demuestra lo delicado del momento actual.
Recordemos que el 7 de octubre de 2023 marcó un punto de no retorno, cuando una incursión de Hamas dejó cientos de muertos e inició una escalada brutal. Dos de los rehenes fallecidos recientemente retornados, Guy Illouz (israelí) y Bipin Joshi (nepalí), fueron atacados ese mismo día: uno murió por heridas sin tratar en cautiverio, el otro, asesinado en los primeros meses del conflicto.
Estados Unidos: ¿pacificador o provocador?
El papel de Estados Unidos ha sido central, no solo por haber negociado el acuerdo, sino también por su pronunciado apoyo militar y político a Israel. Sin embargo, Trump ha intentado redefinirse como un pacificador internacional, aprovechando el acuerdo para mostrarse como un arquitecto de la nueva estrategia para Oriente Medio.
En una cumbre realizada en Sharm El-Sheikh, Egipto, pidió a los líderes regionales que "dejen a un lado viejas disputas" e instó a pensar en un futuro donde Gaza se convierta en "un faro de prosperidad para todo el mundo árabe". Pero sin representación palestina ni israelí en la mesa, sus palabras suenan más simbólicas que pragmáticas.
Una paz aún muy lejana
Los desafíos a largo plazo son monumentales:
- Disolución o desarme de Hamas
- Definición de un gobierno en Gaza aceptado por ambas partes
- Compromiso internacional para sostener la reconstrucción por décadas
- Posible reconocimiento de un Estado palestino, como exige gran parte del mundo árabe
Aun si la violencia disminuye, el riesgo de recaer en ciclos de enfrentamiento está latente. El conflicto tiene raíces profundas, alimentadas por décadas de ocupación, desplazamientos, ataques y muertes.
Mientras tanto, en Madagascar, otra crisis política florece, con el presidente Andry Rajoelina huyendo del país tras una rebelión militar. Aunque desconectada del conflicto de Gaza, esta situación revela cómo diversas regiones del mundo enfrentan crecientes desafíos a sus sistemas institucionales y de gobernanza.
De vuelta a Gaza, todavía se espera la devolución de los cuerpos de 20 víctimas. Y eso, más allá del acuerdo, es un asunto humano, pendiente, doliente. Mientras las familias lloran y los médicos sanan las heridas visibles, aún queda por curar el trauma invisible que ha dejado una guerra injustificable. La “paz” no será cuestión de semanas sino de generaciones, y solo será posible si las respuestas se dan desde la justicia, el respeto y la verdad.