Lenacapavir: ¿El revolucionario que el mundo necesitaba en la lucha contra el VIH?

Sudáfrica lidera el camino con la adopción del nuevo inyectable semestral, pero enfrenta límites de suministro, exclusiones polémicas y un sistema de salud debilitado.

Un nuevo horizonte en la prevención del VIH

Sudáfrica ha dado un paso significativo en la batalla contra el VIH: el anuncio de la implementación de lenacapavir, el primer inyectable semestral aprobado para la prevención del VIH, ha generado entusiasmo en el país con la mayor tasa de prevalencia del virus en el mundo. El ministro de Salud, Aaron Motsoaledi, describió la iniciativa como “una herramienta revolucionaria”, pero no ocultó los desafíos colosales que aún se deben enfrentar.

Un enfoque transformador con limitaciones iniciales

El tratamiento consistirá en inyecciones cada seis meses para prevenir la infección por VIH, lo que representa una revolucionaria alternativa para quienes tienen dificultades con los tratamientos diarios.

Gracias a un fondo catalizador de $29,2 millones del Fondo Mundial y otros $5 millones aportados por la red NACOSA, Sudáfrica podrá iniciar el programa con aproximadamente 456,000 personas en un periodo de dos años. Esto se traduce en 912,000 dosis.

La implementación está prevista para comenzar en abril de 2026, centrándose en 23 distritos con alta incidencia en seis provincias y utilizando unas 360 clínicas públicas de alto rendimiento para la primera fase.

Alta demanda y posible escasez

A pesar de las buenas noticias, Motsoaledi advirtió que la demanda inicial probablemente superará la oferta. Con una población en la que unas 7,8 millones de personas viven con el VIH (según ONUSIDA), medio millón de dosis cubrirán apenas una fracción.

Debemos ser prudentes en cómo implementamos esta solución”, afirmó el ministro. “No podemos permitirnos que se genere una dependencia costosa de un producto que aún no es accesible para todos”.

El precio: de $28,000 a $40 por persona al año

Lenacapavir fue desarrollado por Gilead Sciences, y su precio inicial internacional era de hasta $28,000 por persona. Sin embargo, para el plan en África, el coste ha sido reducido a unos $40 anuales por persona. Gilead también ha prometido apoyo logístico hasta que versiones genéricas estén disponibles en 2027.

Según la directora país de Gilead en Sudáfrica, Wendy Cupido, seis compañías farmacéuticas en India, Egipto y Pakistán han recibido licencias voluntarias para producir la versión genérica. Pero, sorprendentemente, Sudáfrica, pese a participar en ensayos clínicos, fue excluida del acceso a estas licencias.

Indignación por exclusión local

Grupos de la sociedad civil, como el Consejo Nacional del SIDA de Sudáfrica (SANAC), han denunciado la “falta de principios de ubuntu” de Gilead al excluir a fabricantes sudafricanos del proceso de licenciamiento. “Esto no es justicia. No es dignidad. No es ubuntu”, dijo Sheila Mbele-Khama de SANAC.

Mbele-Khama añadió que una de cada cuatro nuevas infecciones globales ocurre en los 26 países excluidos de estas licencias.

Gilead, por su parte, respondió que las farmacéuticas sudafricanas evaluadas no cumplían con los estándares técnicos para producir inyectables estériles, pero dejó la puerta abierta a futuros acuerdos si se desarrollan estas capacidades.

Recorte de fondos y riesgo sistémico

Este hito se produce en un contexto precario para el sistema de salud sudafricano. A inicios de 2025, el país enfrentó recortes abruptos de financiamiento de USAID y otras agencias estadounidenses, lo que afectó gravemente programas de VIH/SIDA, tuberculosis e incluso investigación biomédica.

Motsoaledi insistió en que Sudáfrica debe garantizar su autosuficiencia financiera a largo plazo para sostener el programa de lenacapavir, incluyendo su integración en el Listado de Medicamentos Esenciales.

Un nuevo paradigma en prevención, no en cura

La Organización Mundial de la Salud recomendó el uso de lenacapavir como parte de estrategias combinadas en julio. Aprobado ya en EE.UU. y Europa, muchos países de altos ingresos se preparan para su despliegue.

Eva Kiwango, directora de ONUSIDA en Sudáfrica, valoró que los medicamentos de acción larga “ofrecen opciones frescas para todas las personas en riesgo”, ya que eliminan las barreras del estigma, revelación de diagnóstico y la adhesión diaria.

No es una cura ni una vacuna”, dijo Kiwango, “pero sí un cambio de juego si se vuelve accesible para todos los que puedan beneficiarse”.

Sudáfrica al frente de un experimento continental

Pese a los problemas con las licencias, exclusión industrial y riesgos de dependencia externa, Sudáfrica ha logrado obtener más de $34 millones en financiamiento inicial y muestra su liderazgo en salud pública a gran escala.

La apuesta por lenacapavir no es simplemente una decisión técnica: es un posicionamiento político, económico y ético en torno a cómo un país del sur global puede asumir el liderazgo en acceso a medicamentos estratégicos. Otros países de la región, como Namibia, Esuatini y Botswana, ya mostraron interés en replicar el modelo.

Desafíos pendientes y oportunidades

  • Capacitación del personal: preparar a profesionales para aplicar un nuevo protocolo inyectable.
  • Distribución equitativa: asegurar que el acceso no quede concentrado únicamente en zonas urbanas.
  • Financiamiento sostenible: diversificar fuentes fuera del apoyo internacional.
  • Inclusión industrial: fomentar que fabricantes sudafricanos obtengan pronto capacidades técnicas.

Como bien dijo el propio ministro Motsoaledi: “Esta es una oportunidad histórica que no podemos permitirnos perder”. Si se gestiona con inteligencia y justicia, lenacapavir puede transformar el curso del VIH, no solo en Sudáfrica, sino en todo el continente.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press