Cam Ward y los Titans: Una reconstrucción cuesta arriba en Tennessee
Entre el cambio de entrenador y una ofensiva colapsada, el novato Cam Ward lucha por sostener las esperanzas de un equipo en crisis
NASHVILLE, Tenn. — Los Tennessee Titans viven una de sus etapas más turbulentas de los últimos años. Con una marca de 1-5 y una ofensiva prácticamente estéril, el equipo decidió despedir al entrenador Brian Callahan tras solo seis juegos en la temporada. Sin embargo, más que una crónica habitual sobre un cambio de coach, esta historia gira en torno a Cam Ward, el mariscal de campo novato en quien la franquicia había depositado sus esperanzas de reconstrucción.
Una promesa en medio de la incertidumbre
Cam Ward es, por méritos propios, una historia singular dentro de la NFL. Proveniente de tres programas universitarios distintos, no es nuevo a los cambios, ni a reinventarse en medio del caos. Su llegada como la primera selección global al draft 2025 representó un rayo de esperanza para una franquicia acostumbrada a navegar a media tabla tras la era de Mike Vrabel.
"He lidiado con cambios de entrenador en cada parada que he tenido en mi pasado", dijo Ward. "Lo más importante es que tratamos de anotar puntos como ofensiva. Nuestra defensa juega duro cada juego, y nosotros les debemos eso".
Una ofensiva irreconocible
Los números de los Titans asustan, pero por las razones equivocadas:
- Últimos en la liga en ofensiva total.
- 31° lugar en yardas por pase y acarreo.
- Solo convierten 28.05% de sus terceras oportunidades.
- Últimos en primeiros downs por partido.
Incluso en los pocos destellos positivos —como el partido reciente frente a los Raiders, donde Ward completó 26 pases para un 68.4%— los momentos llegan tarde, con los partidos ya prácticamente decididos. El resultado: cuatro derrotas por 10 o más puntos. No sorprende que la presión haya caído sobre Callahan, destituido el lunes con un récord de 4-19.
La llegada del veterano Mike McCoy
Entra Mike McCoy, nombrado entrenador interino. A sus 23 años en la NFL que incluyen un paso por los Chargers como head coach, McCoy llega con una misión clara: salvar lo que queda del desarrollo de Ward y sentar bases para el futuro. "Cam tiene un deseo ardiente de ser grande", destacó McCoy. "Debe confiar en el sistema y salir ahí afuera siendo él mismo. Diviértete. Sé Cam".
El enfoque del nuevo coach es distinto: menos enfocarse en las jugadas, más en los jugadores. Una filosofía que podría beneficiar a un novato luchando por afirmarse.
El peso de la reconstrucción sobre los hombros de un novato
Ward no solo ha sido titular desde la semana 1 (el primero en la historia de la franquicia en hacerlo), sino que también ha sido el blanco de críticas, muchas veces injustas. En seis partidos, suma:
- 1,101 yardas aéreas (22° en la liga).
- 3 touchdowns (empatado en el 33° lugar).
- Índice de pasador de 67.3 (30° en la NFL).
Son cifras que reflejan tanto su curva de aprendizaje como las falencias de un equipo disfuncional. Ward lo asume: "Todavía no he jugado mi mejor fútbol. Siento que, una vez que alcance mis propios estándares, la ofensiva va a mejorar".
El entorno tampoco ayuda: lesiones y más lesiones
A los problemas estructurales se suman las lesiones. El equipo reportó esta semana a múltiples jugadores clave fuera de práctica:
- NT T’Vondre Sweat (en retorno de IR).
- OLB Arden Key (cuádriceps).
- K Joey Slye (pantorrilla).
- CB L’Jarius Sneed y WR Calvin Ridley (ambos con molestias musculares).
Incluso jugadores de impacto como Peter Skoronski han comenzado a cuestionar la dirección del equipo. "Obviamente las cosas no estaban funcionando ofensivamente" dijo el liniero ofensivo. "No creo que el cambio sea algo malo".
Un fin de semana especial: contra New England y un viejo conocido
Este domingo, los Titans reciben una visita con tintes simbólicos. Se trata de los New England Patriots, ahora dirigidos por un viejo conocido: Mike Vrabel. El anterior head coach de Tennessee vuelve al Nissan Stadium con un equipo que marcha 4-2 y que podría sacarle brillo a las carencias estructurales de los Titans frente a su exafición.
McCoy quiere utilizar el partido como un punto de inflexión. "Vamos a ser brutalmente honestos con los jugadores. Todos deben rendir cuentas. Aquí no hay espacio para relajos", declaró con firmeza.
El futuro de Ward —y quizás el del cuerpo técnico— dependerá, en gran medida, del rendimiento que muestre contra su exentrenador.
¿Es justo exigirle ya una transformación?
El caso de Ward abre una conversación más amplia sobre las expectativas que se depositan en los quarterbacks novatos en la NFL. Cada año, franquicias en decadencia seleccionan al talento más prometedor y esperan que se convierta en el salvador inmediato. Oklahoma hizo eso con Baker Mayfield, los Jets con Zach Wilson y Carolina lo está intentando con Bryce Young.
Sin embargo, estos mariscales son muchas veces víctimas del contexto que les rodea. Equipos sin línea ofensiva adecuada, con defensas que no dan margen de error y directivos más comprometidos con la presión mediática que con un plan a largo plazo.
Ward no es la excepción. De hecho, parece más maduro que otros en su posición. "El secreto es mejorar en cada jugada", insiste. "No se trata solo de estadísticas. Se trata de liderazgo, de mentalidad, de mantenernos unidos en los momentos difíciles".
¿La próxima estrella o el próximo errático experimento?
La disyuntiva sobre Ward se centra en esa pregunta: ¿será una futura estrella o un nombre más en la lista de quarterbacks que no lograron salvar franquicias en ruinas?
Lo cierto es que, a pesar de todo el caos, Ward ha mostrado aplomo, liderato y disposición para aprender. Y eso, en un equipo donde todo parece derrumbarse, es quizás el activo más valioso que tiene todavía Tennessee.
El resto de la temporada será prueba de resistencia para Ward. Pero si consigue afirmar su estilo, adaptarse al sistema de McCoy y convertir la adversidad en aprendizaje real, podría sembrar las bases para una nueva etapa en la historia de los Titans.