El fichaje más caro del fútbol americano: fracaso financiero de Botafogo con Thiago Almada
Una revisión crítica del caos legal y económico tras el traspaso récord del campeón del mundo argentino desde la MLS al fútbol sudamericano
Por: Equipo editorial
El traspaso de los 21 millones que acabó en la corte
En junio de 2023, Botafogo sorprendió al mundo del fútbol al concretar el traspaso más caro de la historia desde la Major League Soccer (MLS) a un club sudamericano. El atacante argentino Thiago Almada, campeón del mundo con Argentina en Catar 2022, dejó Atlanta United por 21 millones de dólares, una cifra récord para la liga estadounidense. Sin embargo, poco más de un año después, el club brasileño se encuentra en una disputa legal con FIFA, Atlanta United y la MLS por pagos incumplidos en dicha transferencia.
La historia, que incluye giros financieros, sanciones de FIFA y un cruce de intereses entre clubes europeos vinculados a un multimillonario estadounidense, se ha convertido en un caso paradigmático de cómo el fútbol global enfrenta los desafíos del negocio moderno.
El protagonista: Thiago Almada, de promesa a pieza de ajedrez empresarial
Thiago Almada, de 24 años, es un mediapunta talentoso que debutó en Vélez Sársfield y luego llegó a la MLS en 2022. En Atlanta United brilló y despertó el interés de clubes internacionales. Fue incluso parte del equipo argentino campeón en Catar jugando un partido como suplente. Su fichaje por Botafogo estaba llamado a marcar un antes y un después.
Pero tras su llegada, la situación financiera pronto se nubló: Botafogo, propiedad de John Textor, acertó con la apuesta deportiva, ya que Almada ayudó al club a ganar la Copa Libertadores en 2023. No obstante, financieramente el movimiento se convirtió en un imán para conflictos administrativos.
Botafogo, John Textor y los clubes conectados: una red “legal” de transferencias
John Textor, empresario estadounidense y propietario mayoritario de Botafogo, también tiene vínculos fuertes en Europa. Es dueño de Olympique de Lyon y fue accionista minoritario en Crystal Palace de la Premier League. Esta red de equipos ha provocado investigaciones sobre los conflictos de intereses en fichajes entre los clubes de su propiedad —y el caso Almada es el epicentro.
Después de que Botafogo ganara la Libertadores, Almada fue cedido a préstamo al Olympique de Lyon, otro de los equipos propiedad de Textor. Este movimiento pareció una maniobra para evitar sanciones de la FIFA, especialmente tras no haber cumplido los primeros pagos de su transferencia a Atlanta United.
Estallido del conflicto: incumplimiento de pagos y sanciones
FIFA dictaminó que Botafogo debía pagar los 21 millones en cuotas escalonadas hasta 2026, comenzando con dos pagos de 3 millones en julio y septiembre de 2023. Ambos vencimientos fueron ignorados por el club carioca. Atlanta United, con el respaldo de la MLS, emitió alertas de incumplimiento y recurrió a FIFA para accionar los mecanismos punitivos.
En febrero de 2024, un juez de FIFA confirmó que 6 millones seguían sin ser pagados y que Botafogo no solo había incumplido sino que tenía antecedentes disciplinarios. Como resultado, se impuso una sanción de 150,000 dólares de multa junto con 25,000 dólares adicionales en costas legales. Asimismo, FIFA advirtió que, si no se cancelaba la deuda en 45 días, Botafogo sería prohibido de registrar nuevos jugadores —una amenaza severa para cualquier club en Sudamérica.
Botafogo apeló inmediatamente la resolución ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS), que llevó a cabo la audiencia en Lausana, Suiza, sin especificar la fecha en la que emitirá su fallo.
El efecto dominó: Lyon, Crystal Palace y la UEFA
Una consecuencia inesperada del fichaje de Almada y sus movimientos fue el castigo impuesto al Crystal Palace por parte de la UEFA. Lyon, al recibir a Almada cedido de un club también vinculado a Textor, logró buena posición en la Ligue 1 y clasificó a la Europa League, desplazando a Palace —por supuesta violación de las reglas de integridad financiera y propiedad múltiple de clubes. La apelación de Crystal Palace fue rechazada por el propio TAS.
Este enredo plantea una seria cuestión regulatoria: ¿deben permitir las organizaciones deportivas que figuras como John Textor controlen múltiples equipos en distintas ligas? La UEFA ya ha mostrado su postura con acciones claras.
Estadísticas y precedentes: ¿cuánto cuesta el incumplimiento?
El fichaje de Almada no solo es récord por su cifra, sino por sus consecuencias:
- $21 millones: la compra más cara jamás realizada por un equipo sudamericano desde la MLS.
- 4 clubes: número de equipos por los que pasó Almada en menos de 13 meses.
- 45 días: plazo que FIFA dio a Botafogo para pagar sus deudas o enfrentar sanciones de inscripción.
- $175,000: monto total acumulado en multas y costas legales.
Casos similares en el pasado, como el de Neymar entre Barcelona y Santos, o el “transfer ban” al Chelsea por firmar menores irregularmente, muestran que FIFA y otras organizaciones están dispuestas a actuar con fuerza si las reglas se violan.
Opinión: el fútbol no puede ser un juego de fichas corporativas
El caso Almada expone los límites de la globalización del fútbol. Si bien los fideicomisos interclubes pueden parecer mecanismos estratégicos, también difuminan las reglas del fair play. Jugadores como Almada pasan a ser instrumentos de equilibrios financieros, diluyendo sus carreras por decisiones corporativas.
FIFA, UEFA y las ligas nacionales deben actuar con firmeza para salvaguardar la esencia deportiva. Los equipos deben ser responsables no solo de sus éxitos sino de sus obligaciones contractuales. Como bien dijo el dictamen de FIFA:
“Una reincidencia se considera una circunstancia agravante y lleva a una sanción más severa.”
La historia entre Botafogo, Atlanta United, FIFA y el TAS todavía no tiene desenlace, pero sin duda será un precedente crucial para futuros traspasos en la era del fútbol corporativo.
Fuentes: