Justicia bajo amenaza: cortes y migración en el epicentro de la tensión en EE. UU.

El caso de Chicago revela un patrón alarmante de detenciones por ICE en juzgados y cómo los tribunales buscan proteger su neutralidad y acceso equitativo

Una nueva frontera en la lucha por los derechos civiles: los juzgados

En el condado de Cook, hogar de Chicago, se ha dado un paso sin precedentes: se ha emitido una orden judicial que prohíbe a los agentes de Immigration and Customs Enforcement (ICE) realizar detenciones en juzgados o en sus alrededores. La medida, firmada por el juez principal del circuito, Timothy Evans, busca evitar que migrantes, testigos y cualquier individuo que forme parte de un proceso judicial se vea intimidado o arrestado al presentarse ante la justicia.

"La administración justa de la justicia exige que los tribunales permanezcan accesibles, y que litigantes y testigos puedan acudir sin miedo a ser arrestados", indica la orden judicial.

La medida no llega de la nada. En los últimos meses, la presencia de ICE se había intensificado dramáticamente fuera de los juzgados del condado, con múltiples arrestos confirmados entre julio y septiembre. Según Cruz Rodriguez, defensor público adjunto de la oficina de inmigración del condado, al menos una docena de arrestos se han producido en espacios vinculados directa o indirectamente con los juzgados.

ICE: entre la ley y el orden constitucional

Ante la orden judicial, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) no tardó en responder con una declaración tajante: "No somos un reino medieval; no existen santuarios legales donde puedas esconderte y evitar las consecuencias de infringir la ley".

Aunque la constitución no prohíbe explícitamente los arrestos en juzgados, muchos expertos legales y organizaciones de derechos civiles consideran que se violan principios fundamentales de debido proceso y acceso igualitario a la justicia.

Alexa Van Brunt, directora de la oficina de Illinois del MacArthur Justice Center, una de las impulsoras de la petición judicial, celebró la decisión del juez Evans: "Esta es una acción necesaria y largamente esperada para garantizar que las personas en el condado de Cook puedan acceder a los tribunales sin temor".

El caso de la violencia doméstica y el miedo

A principios de este año, diversos grupos de defensa, incluidas organizaciones de apoyo a víctimas de violencia doméstica, firmaron una petición exigiendo protección judicial para ejecutantes de justicia. El detonante fue el arresto de una mujer, presunta víctima de violencia doméstica, cuando se dirigía al juzgado especializado en estos temas. Esta detención no solo la vulneró, sino que envió un mensaje de terror a miles de mujeres que buscan ayuda en los tribunales.

¿Cómo es posible que una institución pensada para brindar refugio acabe convertida en trampa? No en pocas ocasiones, esa es la realidad oculta tras las paredes de mármol de la justicia norteamericana.

Más allá de Chicago: un patrón nacional en aumento

La situación en Chicago no es un hecho aislado. Desde el comienzo de la administración Trump, y con gran continuidad después, las detenciones en juzgados se han multiplicado a lo largo del país. Según un informe del Instituto de Política Migratoria (MPI), los arrestos de inmigración en juzgados se triplicaron entre 2016 y 2019.

En junio de 2020, el gobierno federal demandó al estado de Nueva York por aprobar una ley que prohíbe a ICE arrestar personas en juzgados sin una orden judicial firmada. El caso aún está en litigio en el sistema federal.

Resistencia local frente al poder federal

El gobernador de Illinois, JB Pritzker, no se ha contenido. En recientes declaraciones, acusó a ICE y a la Patrulla Fronteriza de "causar caos" en comunidades locales. En una ocasión, se refirió directamente al uso de gas lacrimógeno como una violación directa a una sentencia judicial que prohíbe el uso de fuerza contra periodistas y manifestantes pacíficos.

ICE está causando este caos”, dijo Pritzker. “Son ellos quienes lanzan gases lacrimógenos cuando las personas protestan pacíficamente”.

Estas declaraciones vinieron después de un incidente particularmente alarmante: una persecución de alta velocidad en un vecindario residencial del sur de Chicago culminó con agentes federales enfrentando a los residentes con violencia desproporcionada.

Activismo de barrio y organización comunitaria

La tercera ciudad más grande de EE. UU. se ha convertido en un hervidero de resistencia. Vecinos organizados han creado brigadas de monitoreo de ICE en barrios latinos y afroamericanos. Equipados con cámaras, teléfonos y conocimiento legal, estos ciudadanos filmaban cualquier actividad de los agentes y alertaban a la comunidad mediante silbatos y grupos de mensajes en masa.

Los "kits de silbato" se popularizaron tanto que se crearon más de mil en una sola semana. Cada uno contiene un silbato, un panfleto con los derechos básicos según la ley migratoria y una tarjeta con números de contacto de ayuda legal gratuita.

La tecnología como aliada: GoFundMe y redes sociales

Internet también ha sido crucial. Docenas de campañas en GoFundMe se han lanzado para apoyar a personas detenidas por ICE, ayudando a cubrir desde abogados hasta manutención familiar. Una campaña reciente recaudó más de $50,000 en menos de cinco días para el caso de un jardinero detenido, padre de tres hijos.

Las redes sociales han amplificado cada caso, volviendo virales las historias de arrestos injustos e inspirando manifestaciones diarias frente a instalaciones de ICE y juzgados.

El peligro de la autocensura judicial

Una consecuencia indirecta de las acciones federales ha sido el temor de jueces y fiscales de verse involucrados en disputas políticas. Algunos jueces prefieren callar o rechazar peticiones de asilo por temor a represalias o revisiones federales. Según la Asociación Nacional de Magistrados de Inmigración, este efecto inhibidor socava la independencia judicial.

Como dijo el juez Evans al emitir la orden histórica en Cook County: "La justicia depende de la capacidad de toda persona de presentarse ante un tribunal sin miedo ni obstrucción... Nuestros juzgados deben seguir siendo espacios seguros para todos, sin importar condición migratoria o circunstancia personal".

¿Qué sigue?

La batalla sigue latente. Mientras los estados levantan barreras legales para proteger a sus residentes, el gobierno federal continúa con su narrativa de orden, legalidad y castigo. La pregunta ya no es solo legal; es moral: ¿estamos dispuestos a convertir los juzgados en cazaderos humanos?

Como advierte un proverbio legal: "La justicia no solo debe hacerse, sino que también debe parecer que se hace". Si los juzgados se convierten en trampas, entonces el sistema entero tambalea bajo el peso de la desconfianza.

Chicago ha alzado la voz. Los ojos ahora miran a las siguientes ciudades. La justicia en Estados Unidos, hoy más que nunca, está bajo juicio.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press