Max Scherzer y los Blue Jays contra las cuerdas: ¿Último intento de gloria en Toronto?

El veterano abridor vuelve al montículo en un momento crítico para Toronto en la ALCS, en busca de demostrar que todavía puede dominar en octubre

SEATTLE — Max Scherzer tiene los ojos del mundo sobre él. Cuando los Toronto Blue Jays anunciaron que el veterano de 41 años abriría el Juego 4 de la Serie de Campeonato de la Liga Americana (ALCS) ante los Seattle Mariners, las expectativas no se hicieron esperar. Esta aparición no solo representa una nueva oportunidad para Scherzer en postemporada, sino quizá el último gran capítulo de una ilustre carrera que se está apagando entre lesiones, estadísticas preocupantes y una creciente sombra de dudas.

Un guerrero de octubre con pasado glorioso

Max Scherzer no necesita presentación. Ha sido tres veces ganador del Cy Young, ocho veces All-Star, y campeón de Serie Mundial en 2019 con los Washington Nationals. Cuenta con más de 3,300 ponches en su carrera y una reputación como competidor feroz. El problema es que esa feroz reputación ya no siempre se traduce en dominio en el montículo.

En la presente temporada 2025, Scherzer tuvo una marca de 5-5 con una efectividad abultada de 5.19 en 17 aperturas. Además, varios tramos del año los pasó inactivo debido a inflamaciones en el pulgar derecho y molestias cervicales. Su último partido fue el 24 de septiembre ante Boston, y desde entonces ha estado afinando su físico para llegar en las mejores condiciones posibles a este crucial choque ante los Mariners.

Estadísticas que preocupan

Scherzer no ha ganado un juego de postemporada desde el séptimo partido de la Serie Mundial de 2019. Desde entonces, su récord es de 0-3 en ocho aperturas de playoffs, y su promedio de carreras limpias (ERA) en esas salidas supera el 6.50. Preocupante para un lanzador que alguna vez fue sinónimo de seguridad en octubre.

Sumemos a esto que al final de la temporada regular 2025, su rendimiento cayó notablemente: tuvo una efectividad de 9.00 en sus últimas seis aperturas. A pesar de todo, el mánager John Schneider confía en su estrella:

“Esperamos que Max sea Max. Sabemos de lo que es capaz cuando logra encontrar su ritmo. Tiene la experiencia y la mentalidad adecuada para este tipo de partidos”, comentó Schneider esta semana.

Toronto, un equipo al borde del abismo

Los Blue Jays llegaron a esta ALCS con esperanzas renovadas después de eliminar a los Yankees. Sin embargo, han perdido los dos primeros juegos en casa frente a unos Mariners encendidos, liderados por Josh Naylor, quien castigó al pitcheo canadiense con un jonrón demoledor en el Juego 2.

Ahora, en Seattle y con la serie 0-2, necesitan ganar al menos dos partidos consecutivos como visitantes para forzar un regreso a Toronto. Scherzer está en el centro de ese desafío. Tiene sobre sus hombros no solo la esperanza de un equipo, sino el peso de su propio legado deportivo.

“Esto es lo que uno sueña”

“Amo esto. Por esto juegas al béisbol”, dijo Scherzer durante la rueda de prensa previa al Juego 4. “Quiero la bola en esta situación. Quiero lanzar en postemporada. No hay nada como esto”.

Hay algo admirable en la mentalidad de Scherzer. A pesar de los dolores, los números, las críticas y el paso del tiempo, se presenta desafiando al destino, creyendo que aún puede ser decisivo. Lo ha sido antes. ¿Por qué no ahora?

Un contrato que genera debate

Firmado por un año y $15.5 millones con los Blue Jays en febrero, muchos en el entorno del béisbol consideran que el contrato fue más simbólico que estratégico, como un intento del equipo de sumar veteranía y experiencia de postemporada. Pero en Toronto, Scherzer no ha podido replicar sus años dorados. Incluso hubo rumores de que podía no lanzar más esta temporada debido a las lesiones.

Pese a todo, su compañero de equipo Chris Bassitt, quien también fue añadido al roster de ALCS tras perderse la Serie Divisional, expresó confianza:

“Conozco a Max. Él ejecuta a un nivel alto, sin importar el contexto. Está construido para esto,” comentó Bassitt.

Seattle huele la sangre

Los Mariners no son el mismo equipo que fue eliminado años atrás repetidamente. Con una base sólida, una rotación respetable y un rendimiento inspirado en estas semanas, están a solo dos triunfos de alcanzar su primera Serie Mundial desde 2001. Jugando en casa, con el T-Mobile Park repleto, saben que el Juego 4 puede sentenciar la serie.

No se equivocan. Scherzer suele ser agresivo desde el primer pitcheo, pero también ha sido vulnerable ante ofensivas jóvenes y dinámicas, como la de Seattle. Y los bates de Naylor, Rodríguez y Santandér están encendidos. Además, el as zurdo Luis Castillo está programado para lanzar por los Mariners en juego 5, lo que podría hacer aún más cuesta arriba el panorama para Toronto si no logran ganar ya.

¿Última oportunidad de redención?

A los 41 años y con más de 2,800 entradas lanzadas en Grandes Ligas, esta puede ser la última gran oportunidad de Max Scherzer en octubre. Ganar ya no es solo una cuestión de legado, sino de supervivencia profesional. Si no logra una salida sólida ante los Mariners —una franquicia joven, hambrienta y emocionalmente al alza—, probablemente no tenga otra ronda más que lanzar en azul y blanco.

Y eso lo sabe él mejor que nadie.

“Cuando subo al montículo, no hay excusas. Si estoy ahí, es porque creo que puedo ganar, sin importar lo que mi cuerpo diga” — Max Scherzer

¿Qué sigue para Toronto si Scherzer falla?

Si los Blue Jays caen el jueves, dependerán de ganar los dos partidos siguientes (Juegos 5 y 6), ambos fuera de casa, para soñar con oscilar la balanza a su favor y regresar con un eventual Juego 7 en Toronto. En ese escenario, la moral, las estadísticas y la fisicalidad estarían en contra.

Esta es la razón por la que Scherzer representa su última bala dorada. Hay expectativa, claro, pero también urgencia. Y no se puede ocultar: el abismo está cerca.

¿Y después?

El veterano lanzador mencionó que no toma decisiones inmediatas sobre su futuro, pero está abierto a continuar si se siente bien físicamente. Sin embargo, muchos analistas creen que podría ser su última campaña como abridor en MLB. Un rol de veterano desde bullpen o un retiro honorífico podrían estar en el horizonte.

Toronto necesitará replantear su rotación —ya envejecida— y apostar más por su joven núcleo con Vladimir Guerrero Jr. y Bo Bichette como pilares ofensivos. El destino de Scherzer, y del equipo en esta ALCS, se determinará en gran parte por lo que suceda en el Juego 4.

Cuando Max tome la bola la noche del jueves, no estará lanzando solo por una victoria. Estará peleando por su legado. Y quizás, para que no lo olvidemos jamás.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press