Raila Odinga: una vida dedicada a la democracia africana

El legado del líder opositor de Kenia que transformó la política del continente

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Una figura histórica para África

Raila Odinga, quien falleció a los 80 años en Kerala, India, a causa de un infarto, no fue solo uno de los políticos más reconocidos de Kenia, sino una figura mucho más amplia en el escenario político africano. A lo largo de más de tres décadas, Odinga se convirtió en el rostro de la lucha por la democracia, la justicia social y la gobernabilidad en África Oriental.

Hijo de Oginga Odinga, primer vicepresidente de Kenia tras la independencia y reconocido líder del movimiento panafricanista, Raila heredó no solo el apellido, sino también el compromiso con la transformación de África. A pesar de perder cinco elecciones presidenciales, Odinga nunca dejó de influir en el destino político de su país y de la región. Su muerte marca el fin de una era para la política democrática africana.

Una vida política consagrada a la oposición y al cambio

Odinga se convirtió en sinónimo de oposición en Kenia. Desde su primera candidatura presidencial en 1997 hasta su participación en las elecciones más recientes de 2022, desafió al poder establecido y denunció las prácticas autoritarias y corruptas de sucesivos gobiernos. Su capacidad para movilizar masas y desafiar el sistema electoral, incluso ante fraudes y violencia poselectoral, lo convirtió en una figura polémica pero respetada dentro y fuera del país.

Su momento más delicado ocurrió tras las elecciones de 2007. El proceso electoral fue denunciado como fraudulento y desembocó en una de las peores olas de violencia poselectoral en la historia de Kenia, dejando más de 1,100 muertos y 600,000 desplazados. Odinga se convirtió entonces en Primer Ministro en un gobierno de unidad nacional, resultado de una mediación internacional encabezada por Kofi Annan. Esta experiencia mostró su capacidad para priorizar la estabilidad del país por encima de intereses personales.

Aliado improbable del poder: pacto con William Ruto

En marzo de 2025, Odinga sorprendió tanto a seguidores como opositores al firmar un pacto de cooperación con su antiguo contendiente y presidente en funciones, William Ruto. Aunque criticado por algunos sectores de la oposición como una traición a los principios democráticos, el acuerdo permitió que miembros de su partido consiguieran cargos clave en el gobierno, incluida la participación en decisiones de política pública.

El propio Odinga justificó la decisión como parte de su visión a largo plazo para Kenia: "No hay democracia sin diálogo. Cuando el país está en juego, debemos unirnos por encima de diferencias ideológicas". Su voluntad de tender puentes incluso con sus rivales fue una constante en su carrera.

Incansable luchador panafricanista

Odinga no se limitó al escenario keniata. Fue una voz influyente en la política africana. Participó como mediador en crisis diplomáticas regionales, impulsó la integración económica entre países del este de África y fue una figura clave en la lucha por reformas democráticas en países como Uganda, Sudán del Sur y la República Democrática del Congo.

Recientemente, perdió la contienda por la presidencia de la Comisión de la Unión Africana, una derrota que muchos vieron como un reflejo de la fragmentación diplomática del continente. Sin embargo, su candidatura fue respaldada ampliamente por líderes de distintas latitudes africanas, señal de su prestigio pancontinental.

Innovador en gobernabilidad y política social

Odinga también fue clave en la implementación de reformas progresistas en la política interior de Kenia. Abogó por reformas constitucionales que fortalecieran la descentralización del poder y protegieran los derechos de las minorías. Su papel fue fundamental en la aprobación de la nueva Constitución de 2010, considerada una de las más progresistas de África.

El documento otorgó mayor autonomía a los gobiernos de los condados, reconoció derechos sociales fundamentales como la salud gratuita y la educación pública, y creó órganos constitucionales que han contribuido a una administración más transparente y responsable.

La paradoja de una figura que nunca ganó pero siempre gobernó

Raila Odinga probablemente pasará a la historia como el político más influyente de África que jamás alcanzó la presidencia. Pero su legado va más allá de cargos formales. En palabras del analista político keniano John Githongo: “Odinga nunca necesitó estar en la silla presidencial para modificar el curso de Kenia. Su influencia redefinió la política moderna del país.”

Incluso organizaciones internacionales reconocieron su labor. La Fundación Mo Ibrahim omitió otorgar su premio homónimo de liderazgo en varias ocasiones en protesta por líderes que no mostraban compromiso democrático. Muchos señalaron a Odinga como un candidato ideal en años donde el premio quedó desierto.

Una pérdida que trasciende fronteras

Tras anunciarse su fallecimiento, las reacciones no se hicieron esperar. Líderes como Cyril Ramaphosa (Sudáfrica) y Bola Tinubu (Nigeria) expresaron profunda pena y resaltaron su compromiso con la unidad africana. William Ruto, presidente de Kenia, ofrecerá un discurso nacional para honrar su memoria.

La muerte de Raila marca un momento de reflexión para África. En un contexto donde muchas democracias del continente enfrentan retrocesos, su figura representa el ideal de una oposición firme, legítima y comprometida con el bien común.

¿Qué viene después para Kenia?

Tras su fallecimiento, el ala política que lideraba enfrenta el desafío crucial de mantener unidos sus principios sin su figura central. Aunque varios líderes emergentes como Kalonzo Musyoka o Martha Karua han mostrado cercanía a su proyecto, ninguno ha logrado el mismo magnetismo de liderazgo que tenía Odinga.

Además, su deceso ocurre en medio de debates clave sobre procesos de reconciliación nacional, descentralización del poder y políticas inclusivas. El reto no será solo político, sino también moral: continuar por la senda del diálogo democrático en honor a la herencia de quien lo defendió hasta el final.

Frases que resumen una vida de lucha

  • “La democracia no es solo votar; es una cultura de responsabilidad colectiva.”
  • “Podemos perder elecciones, pero no podemos perder nuestra alma.”
  • “Mi lucha no es por la presidencia, sino por un país que crea en los derechos humanos.”
  • “Los pueblos fuertes no nacen, se forjan con coraje, sacrificio y dignidad.”

Raila Amolo Odinga ha muerto, pero su legado vivirá en cada plaza, en cada urna, en cada joven africano que aún cree que la política puede ser un instrumento de justicia social.

Por años fue un eterno candidato. A partir de hoy, es un inmortal de la democracia africana.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press