Scorsese sin filtros: retrato íntimo del genio que redefine el cine en cada toma

El documental 'Mr. Scorsese', dirigido por Rebecca Miller, nos lleva al corazón de uno de los creadores más influyentes del séptimo arte. Un recorrido sincero por su vida, su fe, sus dudas y su inmenso legado cinematográfico.

El arte de capturar la genialidad

Martin Scorsese ha sido durante décadas sinónimo de cine con firma, pasión y alma. Y ahora, en el documental Mr. Scorsese, dirigido por la talentosa cineasta Rebecca Miller, descubrimos las muchas capas que conforman al hombre detrás de clásicos como Taxi Driver, Goodfellas y The Irishman. El proyecto, que se estrena en Apple TV+, es una obra monumental construida a partir de más de 20 horas de entrevista grabadas a lo largo de cinco años.

Una mirada desde el corazón

Rebecca Miller, conocida por su sensibilidad narrativa en películas como The Ballad of Jack and Rose o Maggie’s Plan, no aborda a Scorsese como un ícono distante. Ella presenta a un hombre profundamente humano, dividido entre la fe y el arte, que batalla constantemente con preguntas existenciales.

“¿Somos intrínsecamente buenos o malos?”, se pregunta Scorsese al inicio del documental. Esa duda, según Miller, ha permeado toda su obra y su vida. Lo fascinante de Mr. Scorsese es su capacidad para hacer coexistir lo íntimo y lo épico, revelando no solo la historia de un cineasta consagrado, sino de un hombre atrapado por su necesidad de contar historias.

El fervor de un cinéfilo empedernido

Mucho antes de ganar un Oscar o dirigir a los más grandes actores de Hollywood, Scorsese era un joven asmático nacido en Little Italy, Nueva York, que pasaba los días encerrado viendo cine clásico en la televisión. Esa obsesión temprana marcó su destino. Y en lugar de disiparse con los años, se intensificó.

Leonardo DiCaprio, frecuente colaborador del director desde Gangs of New York, lo resume de manera precisa: “El cine lo consumió desde muy joven y nunca lo dejó”.

Un repaso narrativo: 32 películas y contando

Uno de los logros más significativos del documental es su balance entre reflexión personal y repasos fílmicos. A lo largo de cinco horas —que saben a poco— Scorsese narra con detalle la gestación y el desarrollo de sus 32 largometrajes. Desde sus inicios independientes hasta su éxito mundial.

  • ItalianAmerican (1974): donde entrevista a sus propios padres, marcando su primer enfoque documental.
  • Taxi Driver (1976): un retrato inquietante de la paranoia urbana que escandalizó tanto como fascinó.
  • Raging Bull (1980): por la que Robert De Niro ganó el Oscar al Mejor Actor, y que casi no consigue producirse.
  • The Last Temptation of Christ (1988): considerada blasfema por grupos religiosos, fue vetada en numerosos países.

A través de entrevistas con Thelma Schoonmaker (su montajista de toda la vida), Robert De Niro, Paul Schrader, Leonardo DiCaprio y hasta miembros de su familia, Rebecca Miller ofrece un retrato cubista, con diferentes 'ejes de luz', como ella misma explica.

El dinero nunca fue la victoria

Martin Scorsese tuvo que luchar por cada una de sus películas”, afirma Miller. Su camino no ha sido sencillo. Hollywood suele apostar por fórmulas seguras, y Scorsese, con sus inquietudes sobre violencia, sexualidad, fe y redención, siempre fue una figura incómoda para los estudios.

Uno de los ejemplos más ilustrativos del documental es el de Raging Bull. En los años 70, el productor Irwin Winkler se negó a hacer Rocky II con United Artists si no aceptaban producir también la apasionante pero arriesgada biografía de Jake LaMotta. La historia permite recordar que detrás de cada obra maestra, hubo un acto de fe, y muchas veces, de rebeldía.

Cine que respira cine

No es casualidad que Mr. Scorsese conserve la estética visual y el ritmo de montaje que caracterizan al director. Miller reconoce que el documental fue contagiado por el estilo Scorsese: “Empezamos a cortar como si estuviéramos dentro de Casino”, comenta entre risas. “Es como si sus películas nos hubieran educado sin darnos cuenta”.

La serie también incluye recomendaciones cinéfilas del propio Scorsese, quien sigue, a sus 81 años, enviando mails con sugerencias de películas a sus colegas. Una que impactó particularmente a Miller fue The Insect Woman (1963, Shōhei Imamura), un drama japonés sobre tres generaciones de mujeres. Su gusto por lo oculto y desconocido sigue transformando a quienes lo rodean.

Cuando el arte se funde con la vida

La presentación del documental en el Festival de Cine de Nueva York fue un acto de celebración más allá del séptimo arte. En la sala Tully Hall de Lincoln Center, la reacción del público al ver aparecer nombres como Thelma Schoonmaker o escenas icónicas como las de The Last Waltz, fue efusiva.

“Mi esposo dijo algo muy hermoso al salir: ‘Esto recordó a todos cuánto lo amamos’”, cuenta Miller. Y es que hay figuras como Scorsese que trascienden el producto que entregan. Son artistas que conectan, transforman, enseñan.

Un legado que sigue creciendo

Aunque el documental abarca tres décadas de creación sin pausa, también mira al futuro. Mientras Miller lo entrevistaba, el maestro comenzaba a rodar Killers of the Flower Moon, una de sus películas más esperadas y nuevamente una prueba de su perseverancia.

Steven Spielberg lo define como irrepetible. Y esa admiración, lejos de ser cortesía entre colegas, se apoya en una verdad incuestionable: Scorsese es el director vivo más relevante y atrevido del cine occidental.

Datos y cifras sobre Scorsese

  • Ganador del Oscar a Mejor Director: por The Departed en 2007.
  • 9 colaboraciones con Robert De Niro: incluyendo Cape Fear, The Irishman, y Mean Streets.
  • Leonardo DiCaprio ha trabajado con él en al menos 6 películas, iniciando su colaboración en 2002.
  • Recibió la Palma de Oro en Cannes por After Hours (1985).
  • Premio Cecil B. DeMille en los Globos de Oro 2010.

Un espejo del alma de un artista

Mr. Scorsese no es solo una biografía filmada. Es una ventana sincera al espíritu de un hombre que nunca dejó de preguntarse por el bien y el mal, por el poder del cine como herramienta moral, estética y personal. Es también un recordatorio de que la evolución narrativa del cine depende de creadores que, como él, se atreven a mirar el abismo sin parpadear.

Y como todo en la obra de Scorsese, este documental es un canto al cine mismo. Una invitación a mirar atrás sin nostalgia y hacia adelante con hambre.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press