Silencio en el Pentágono: La prensa se rebela ante la censura del gobierno de Trump
Una ola de periodistas abandona el Pentágono en protesta por nuevas reglas que restringen severamente la libertad de prensa. ¿Estamos ante una peligrosa erosión de la democracia estadounidense?
El día en que la prensa dijo basta
El 15 de octubre de 2025 será recordado como un día crucial para el periodismo estadounidense. Cerca de 50 periodistas decidieron empacar sus pertenencias y abandonar el Pentágono, el corazón militar de Estados Unidos, en protesta por una serie de nuevas restricciones impuestas por el Departamento de Defensa bajo las órdenes del secretario Pete Hegseth, ex presentador de Fox News.
Las nuevas normas estipulaban que los periodistas no podrían reportar sobre información no aprobada previamente por la oficina del secretario de Defensa, incluso si dicha información no era clasificada. Además, se les prohibía solicitar información directamente a funcionarios militares, una disposición que, según los periodistas, equivale a terminar con el ejercicio mismo del periodismo.
"Es triste, pero también estoy muy orgullosa del cuerpo de prensa por mantenernos unidos", afirmó Nancy Youssef de The Atlantic, quien llevaba una década trabajando dentro del Pentágono.
¿Libertad de prensa o propaganda estatal?
Con el apoyo explícito del entonces presidente Donald Trump, las nuevas políticas sorprenden no solo por su severidad sino por el mensaje subyacente: mantener el control absoluto del discurso público sobre el accionar militar de EE.UU.
Trump afirmó en rueda de prensa: “Creo que la prensa es muy disruptiva para la paz mundial. Son muy deshonestos”. La frase evoca las prácticas de gobiernos autoritarios donde medios libres son un obstáculo y no una garantía democrática.
En lugar de conferencias abiertas, los comunicados del Pentágono serán reemplazados por contenidos cuidadosamente editados en redes sociales, entrevistas con comentaristas partidistas y videos cortos sin posibilidad de preguntas. En palabras del periodista de NPR, Tom Bowman: “Con ningún reportero haciendo preguntas, el liderazgo del Pentágono seguirá confiando en propaganda visual. Nadie debería pensar que eso es suficiente”.
Una prensa que se niega a claudicar
Varios medios, desde Fox News hasta el New York Times, se alinearon en una decisión histórica al instruir a sus periodistas a abandonar el Pentágono en lugar de firmar las reglas impuestas. Solo una cadena, One America News Network (OANN), aceptó las condiciones, buscando obtener acceso privilegiado a funcionarios de la administración Trump.
Heather Mongillo, de USNINews, escribió en sus redes: “Es una cosa pequeña, pero estaba muy orgullosa de ver mi foto colgada en la pared de corresponsales del Pentágono. Hoy entrego mi credencial. La cobertura continuará”.
Lo irónico es que muchos altos mandos militares entienden la importancia de los medios. Jack Keane, general retirado del Ejército de EE.UU., comentó sobre la nueva política: “Quieren alimentar con cuchara la información a los periodistas. Eso no es periodismo. Es control narrativo”.
Trump contra la transparencia
Esta decisión no se da en un vacío. Desde que asumió su segundo mandato en 2021, Trump ha mantenido una constante batalla legal contra medios como The New York Times, CBS News, ABC News y The Wall Street Journal. Su administración ha eliminado conferencias de prensa, limitado el acceso a funcionarios y promovido la desinformación a través de voceros complacientes.
Al tiempo que minimiza a la prensa, Trump ha aumentado la presión internacional, como lo demuestra su supuesto acuerdo con el primer ministro indio Narendra Modi para que India deje de comprar petróleo ruso. La intención, según Trump, es presionar a Rusia (segunda guerra en Ucrania mediante) para aceptar negociaciones de paz. Sin embargo, el gobierno indio no ha confirmado este cambio.
El precedente académico que preocupa
No es solo en el Pentágono donde se libra esta guerra contra la libertad de expresión. El gobierno de Trump también ha intentado imponer un acuerdo a universidades prestigiosas como Brown y el MIT, prometiendo acceso especial a fondos federales a cambio de compromisos ideológicos que limitan la libertad académica.
Brown rechazó el acuerdo este mes, argumentando que "socava la autonomía universitaria" y restringe la libertad de expresión. Su presidenta, Christina Paxson, expresó: “El Pacto contiene provisiones que comprometen nuestra capacidad para cumplir con nuestra misión”. Mientras tanto, otras universidades guardan silencio ante una propuesta que busca cerrar las puertas a la diversidad de pensamiento.
La desaparición del cuarto poder, paso a paso
- El Departamento de Defensa prohíbe a periodistas solicitar información directamente.
- Solo medios afines conservan acceso dentro del Pentágono.
- Propuesta federal a universidades compromete la libertad académica y promueve ideologías oficiales.
- En redes sociales, versiones de los hechos reemplazan la verificación empírica de la prensa.
¿Por qué esto importa?
El modelo estadounidense se ha sostenido por más de dos siglos sobre la base de instituciones democráticas sólidas. Una prensa libre, independiente y crítica no es un lujo: es uno de los pilares que diferencian una república de una autocracia maquillada.
Como afirmó el juez del Tribunal Supremo Hugo Black: “La prensa fue protegida por la Primera Enmienda para poder servir al pueblo como un perro guardián del gobierno, no como su vocero”.
En un tiempo en que las redes sociales permiten difundir propaganda a velocidad récord, el periodismo de investigación —ese que oculta fuentes para protegerlas, que accede a documentos filtrados, que contradice al poder cuando es necesario— se vuelve aún más vital. Y, paradójicamente, más vulnerable.
Un llamado a no claudicar
Las escenas de periodistas abandonando el Pentágono, llevando escritorios, escáneres e incluso mapas del Medio Oriente hacia el estacionamiento, no son solo simbólicas. Representan un límite que no debió cruzarse.
Apoyar a la prensa libre no es una cuestión de ideología política. Es una urgencia democrática. Si el gobierno puede controlar la narrativa sobre el uso de fuerza militar, sobre universidades, sobre comercio internacional, sin objeción crítica, lo siguiente es el control absoluto de facto. El periodismo desde las sombras continuará, pero el acceso directo a instituciones vitales está ahora en jaque.
Como escribió Thomas Jefferson en 1787: “Si me dieran a elegir entre tener un gobierno sin prensa o una prensa sin gobierno, no dudaría en elegir lo segundo”.
Hoy esa decisión parece más pertinente que nunca.