¿Una nueva ola de mpox en EE.UU.? Lo que debes saber sobre el resurgimiento y su variante más peligrosa

Dos casos en California encienden las alarmas sobre la transmisión local de la variante Clado I del virus del mpox: una amenaza olvidada que vuelve

Un viejo enemigo regresa con otra cara

En medio de tensiones políticas, disputas judiciales y un sistema de salud pública bajo presión, una inesperada noticia ha generado inquietud entre los especialistas en enfermedades infecciosas: dos casos de mpox (viruela del mono) en California podrían representar el primer indicio de una transmisión local de una variante diferente y más peligrosa del virus.

Las autoridades de salud de Long Beach y el condado de Los Ángeles han confirmado casos casi simultáneos de lo que parece ser el Clado I del virus del mpox, una cepa endémica en partes de África central y occidental, pero que, hasta ahora, solo se había detectado en viajeros provenientes de esas regiones. Lo novedoso es que las personas afectadas no tienen vínculos internacionales ni contactos que hayan viajado al extranjero.

Mpox: una enfermedad que no se fue del todo

El mpox, antes conocido como viruela del mono, es una enfermedad viral rara que pertenece a la misma familia que el virus de la viruela humana. El brote más comentado en los últimos años fue el de 2022, impulsado por el Clado II del virus, que se propagó principalmente entre hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, con picos de hasta 500 casos diarios en EE.UU. Ese brote fue contenido gracias a campañas de vacunación y medidas públicas.

El Clado I, sin embargo, es otra historia. Aunque pertenece a la misma familia, es más virulento y ha mostrado capacidad de transmisión más amplia, afectando también a mujeres, niños e incluso poblaciones rurales en África Central. En 2023, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró emergencia pública por su propagación en África, especialmente en la República Democrática del Congo. Aunque la OMS levantó la emergencia meses después, el virus no fue erradicado, y su llegada a territorio estadounidense es motivo de preocupación.

¿Estamos ante una transmisión comunitaria?

Nora Balanji, coordinadora de enfermedades transmisibles del Departamento de Salud de Long Beach, ha dejado claro que no hay todavía evidencia de transmisión comunitaria sostenida, pero el mero hecho de que no puedan rastrear los contactos ni encontrar vínculos a viajes es alarmante.

No tenemos pruebas de una transmisión comunitaria activa, pero es algo que estamos investigando con seriedad”, afirmó Balanji. Agregó que los contactos cercanos de los pacientes ya han sido vacunados como medida preventiva.

Los dos pacientes, que fueron hospitalizados y ahora se recuperan en casa, presentan síntomas relacionados con el Clado I, como fuertes lesiones cutáneas, fiebre y dolor corporal. La diferencia con los brotes anteriores es que podría tratarse de una variante que escapa de los patrones de transmisión conocidos hasta ahora.

Un sistema de salud en crisis justo cuando más se necesita

Lo alarmante es que esta potencial amenaza emerge en un momento crítico. Debido al cierre parcial del gobierno federal, muchas agencias han sido limitadas en su funcionamiento. El CDC (Centro para el Control y Prevención de Enfermedades), agencia clave para la respuesta a brotes, ha experimentado despidos sustanciales y no ha podido responder como se esperaría.

El Dr. William Schaffner, experto en enfermedades infecciosas de la Universidad de Vanderbilt, fue categórico al advertir: “Cuanto más dure el cierre, más afectadas estarán las respuestas frente a cualquier brote”.

Comparando las variantes del mpox

  • Clado II (2022): Causante del brote internacional, más leve, transmisión sexual predominante, casos concentrados en población LGBT+.
  • Clado I: Antiguo, más virulento, transmisible por contacto físico, saliva, fómites y otros fluidos. Mayor tasa de hospitalización, incluso mortalidad más elevada (hasta 10% en brotes africanos según la OMS).

El hecho de que esta nueva variante logre propagarse localmente en EE.UU. sería un cambio de paradigma en la vigilancia sanitaria. Haría necesarias nuevas medidas de rastreo, campañas de concientización, ampliación de vacunación y protocolos diferentes a los desplegados durante el brote de 2022.

La vacuna Jynneos y su eficacia

Uno de los pilares para contener el brote anterior fue la vacuna Jynneos, destinada originalmente como vacuna contra la viruela humana. En estudios recientes, se ha confirmado que también ofrece inmunidad razonable contra ambos clados de mpox, aunque su eficacia contra clado I es más limitada —estimada en un 75% en estudios realizados en Camerún y Uganda.

En el caso de los dos pacientes en California, no se ha revelado si fueron vacunados previamente. Esta información será clave para determinar si se trata de una “breakthrough infection” (infección a pesar de la vacuna).

Lecciones del pasado y lo que viene

El brote mundial de mpox en 2022 dejó enseñanzas valiosas: la importancia de actuar con rapidez, comunicar sin estigmatizar, y sobre todo, no dar por terminadas las amenazas antes de tiempo. Si bien hoy los casos se mantienen aislados, el que haya surgido una cepa distinta representa un giro preocupante.

Y más aún, si consideramos que otras enfermedades como el dengue o el zika también han mostrado capacidad de expandirse fuera de sus regiones endémicas, impulsadas muchas veces por cambio climático, movilidad humana global y debilitamiento de sistemas de salud.

El papel de la comunidad: ¿Qué podemos hacer?

Si bien las probabilidades de contagio general siguen siendo bajas, todo ciudadano puede jugar un papel activo en la contención:

  • Evitar el contacto con personas que presenten lesiones cutáneas sospechosas.
  • Consultar al médico ante síntomas como fiebre persistente, ganglios inflamados o llagas.
  • Informarse en fuentes oficiales.
  • Participar en campañas de vacunación si se está en grupo de riesgo.
  • No contribuir a la estigmatización. El mpox no es solo “una enfermedad de hombres homosexuales”. Puede afectar a cualquiera.

Una historia que apenas comienza

Estas dos infecciones confirmadas podrían ser eventos aislados o el inicio de una transmisión comunitaria más amplia. Solo el tiempo lo dirá. Pero lo cierto es que la vigilancia epidemiológica, la transparencia de las autoridades y la rapidez en la acción serán determinantes para evitar que lo que hoy es una advertencia se convierta en una crisis.

Una enfermedad que muchos creían erradicada ha vuelto a tocar la puerta. No es tiempo de pánico, pero sí de conciencia y prevención.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press