Estados Unidos, el Caribe y la guerra invisible: ¿una cruzada antidrogas o una campaña extrajudicial?

De ataques letales en el mar Caribe a tensiones diplomáticas: el modelo militar estadounidense bajo escrutinio en América Latina y el Caribe

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Una operación silenciosa en aguas turbulentas

Desde septiembre del año pasado, el gobierno de los Estados Unidos ha intensificado una enigmática ofensiva militar en el mar Caribe. Se han reportado al menos cinco ataques letales con un saldo de 27 fallecidos, muchos de ellos supuestamente ligados al tráfico de drogas. Sin embargo, el reciente bombardeo de una pequeña embarcación en aguas cercanas a Trinidad y Tobago ha encendido las alarmas diplomáticas y humanitarias tras conocerse que seis personas, incluidos dos pescadores trinitenses, perdieron la vida. Los hechos han sido tildados por Venezuela de "ejecuciones extrajudiciales".

“Hay un asesino acechando el Caribe”

Estas fueron las palabras del embajador de Venezuela ante la ONU, Samuel Moncada, durante su intervención en el Consejo de Seguridad. Mostrando la portada del periódico Trinidad and Tobago Guardian que relataba la desaparición de Chad Joseph y otro hombre identificado como “Samaroo”, Moncada denunció una supuesta campaña encubierta impulsada por la administración estadounidense de Donald Trump.

“Están fabricando una guerra”, advirtió Moncada, argumentando que hay un patrón sistemático de ataques letales en la región. Para Venezuela, según su diplomático, esto constituye una serie de asesinatos con motivaciones políticas y geoestratégicas.

La tragedia de Las Cuevas: una comunidad en shock

Las Cuevas, un pueblo pesquero al norte de Trinidad, hoy vive un luto compartido. Chad Joseph había migrado a Venezuela en búsqueda de mejores oportunidades económicas. Luego de meses decepcionantes, decidió regresar. Subió a una pequeña embarcación rumbo a su hogar. Nunca llegó.

“La gente está llorando. ¿Por qué Donald Trump está destruyendo familias?”, expresó Afisha Clement, prima de Chad Joseph.

Christine Clement, abuela del joven, comentó: “Era una persona tranquila. Ha dejado al pueblo entero sumido en la tristeza”. Estos testimonios humanizan una tragedia de alcance regional que amenaza con convertirse en una bomba diplomática.

Una política militar heredada y cuestionada

El núcleo del problema radica en cómo la administración Trump decidió afrontar el narcotráfico caribeño: con misiles. El enfoque equipara a los narcotraficantes con combatientes enemigos, permitiendo su neutralización sin juicio previo. Esta doctrina no solo ha sido condenada por demócratas que la consideran ilegal tanto nacional como internacionalmente, sino que también ha despertado las alertas de los aliados regionales.

Al mismo tiempo, analistas como el Center for Strategic and International Studies han destacado que la militarización del Caribe responde a un “reordenamiento sísmico” de las prioridades defensivas estadounidenses en el hemisferio. Puerto Rico, indican, ha sido clave como plataforma de lanzamiento de estas operaciones.

División regional: ¿apoyo o condena?

Curiosamente, Trinidad y Tobago representa un caso particular. Su Primera Ministra, Kamla Persad-Bissessar, ha respaldado públicamente el primer bombardeo contra una embarcación presuntamente cargada de narcóticos en el sur caribeño. “Todos los traficantes deben ser eliminados violentamente”, sentenció. Esta posición ha generado fracturas internas, especialmente ante la sospecha de que ciudadanos inocentes fueran víctimas colaterales de las operaciones.

¿Estrategia antidrogas o ensayo geopolítico?

Este capítulo podría parecer un reflejo del largo historial intervencionista estadounidense en América Latina. Desde los años 80, Estados Unidos ha acusado a gobiernos y actores no estatales de utilizar el narcotráfico como base económica. Pero el uso de bombardeos aéreos y armas de precisión fuera de zonas de guerra oficiales plantea un nuevo dilema.

  • ¿Está cambiando Estados Unidos su doctrina sobre el uso de la fuerza armada en nombre de la seguridad nacional?
  • ¿Podrían estos ataques establecer un precedente legal internacional peligroso?

Bajo el argumento de “combatientes ilegales”, Washington ha justificado acciones similares en Afganistán y Yemen. ¿Estamos viendo un modelo trasladado al Caribe?

Las leyes internacionales en juego

El ataque a embarcaciones en aguas internacionales o próximas a países soberanos sin consentimiento explícito podría vulnerar principios fundamentales de la Carta de las Naciones Unidas. Uno de los pilares del derecho internacional es el principio de soberanía territorial y el uso proporcional de la fuerza.

Además, organizaciones de derechos humanos han pedido investigaciones independientes, alegando que la falta de transparencia envuelve estas operaciones en un halo de impunidad difícil de ignorar.

Datos alarmantes y poco escrutados

Desde el inicio de estas operaciones, las cifras exactas son difíciles de verificar. Sin embargo, reportes extraoficiales apuntan a:

  • 27 muertes en menos de un año
  • 5 ataques con drones o embarcaciones artilladas
  • Operaciones principalmente entre septiembre y marzo en zonas de alta actividad pesquera

Organismos de derechos humanos locales e internacionales han abierto líneas de investigación, pero se enfrentan al secretismo y negación oficial.

El arte de disimular bajo el espectro de la “guerra contra las drogas”

La retórica es poderosa. Estados Unidos ha usado el término “war on drugs” desde los años de Nixon y Reagan. Pero hoy, en el contexto del Caribe actual, parece ser una fachada que esconde múltiples intereses:

  • Control del espacio marítimo estratégico
  • Desestabilización de gobiernos incómodos
  • Protección de rutas comerciales y energéticas

Para expertos como el profesor Gregory Weeks, autor del libro U.S. Policy Towards Latin America, este tipo de acciones “encajan dentro de una vieja lógica imperial que ahora se recubre de modernidad táctica con drones y ataques quirúrgicos”.

¿Qué dicen los tratados internacionales?

Según la Convención de Ginebra, toda acción armada fuera de un conflicto declarado debe regirse por el principio de necesidad militar, humanidad y proporcionalidad. Además, al atacar objetivos sin juicio, se vulnera el derecho al debido proceso, pilar de toda democracia.

La ética perdida en el mar

Más allá de los tecnicismos legales, la ética de estas operaciones está profundamente cuestionada. ¿Dónde queda el juicio previo? ¿Qué pasa cuando los muertos no tienen ficha penal, sino que son jornaleros que simplemente iban en el barco equivocado?

Afisha Clement lo resume en su llanto: “¿Por qué nos matan sin saber quiénes somos?”.

La ONU y un silencio atronador

Hasta el momento, el Consejo de Seguridad no ha convocado una sesión formal para tratar el tema. Pero la presión aumenta. ONG como Human Rights Watch y Amnistía Internacional han solicitado audiencias urgentes, mientras medios de comunicación regionales amplifican los relatos de las víctimas.

Una nueva doctrina que amenaza expandirse

Desde Washington, se discute la posibilidad de ampliar esta política a otras zonas de tránsito de estupefacientes en Centroamérica y la región andina. Si no se actúa con prudencia legal y diplomática, esta doctrina podría volverse regla y no excepción.

¿Estamos ante un nuevo paradigma de guerra no declarada? ¿Podría el Caribe convertirse en el próximo escenario de conflictos híbridos disfrazados de operaciones antidrogas?

El Caribe clama justicia

En pueblos como Las Cuevas, la incertidumbre duele. Cada día que pasa, cada funeral no reconocido, es un síntoma de cómo la violencia estatal trasciende fronteras en nombre de causas discutibles. Lo que para algunos está justificado por estadísticas de incautaciones, para otros significa perder a un hijo, un hermano, un abuelo.

Mientras el Caribe se militariza bajo la sombra del Pentágono, la pregunta es clara: ¿quién protege a quienes no tienen voz en las aguas abiertas del poder geopolitico?

Este artículo fue redactado con información de Associated Press