Lesoto al borde del abismo: el devastador impacto de los recortes de ayuda estadounidense en la lucha contra el VIH

El país africano, que una vez fue ejemplo de progreso en la respuesta al VIH, ahora enfrenta un retroceso mortal tras la reducción de fondos por parte de EE.UU.

Una tragedia silenciosa en el corazón de África

Enclavado en las montañas del sur de África, Lesoto es un país pequeño en tamaño pero de gran relevancia en la historia de la lucha contra el VIH. Durante años, fue el segundo en el mundo con la tasa más alta de infección por el virus. Sin embargo, mediante un sistema de salud sostenido en gran medida por ayuda internacional, particularmente de Estados Unidos, Lesoto logró avances significativos en la atención y prevención de la enfermedad.

Todo eso está en peligro hoy. A raíz de los recortes masivos de ayuda extranjera impuestos durante la administración del expresidente estadounidense Donald Trump, Lesoto enfrenta una crisis sanitaria sin precedentes. Su sistema de atención al VIH se tambalea, amenazando con deshacer años de progreso y poner en riesgo miles de vidas.

PEPFAR: el programa que salvó vidas

La piedra angular de la ayuda estadounidense fue el PEPFAR (President’s Emergency Plan for AIDS Relief), lanzado en 2003, el cual se convirtió en el mayor compromiso de una nación para tratar una sola enfermedad. PEPFAR invirtió casi mil millones de dólares en Lesoto desde su implementación. La eficacia del programa fue tal que su nombre se convirtió en sinónimo de tratamiento contra el VIH para los habitantes del país.

Sin embargo, según la Fundación para la Investigación del Sida (Foundation for AIDS Research), Lesoto perdió más del 23% de su financiamiento procedente de PEPFAR, colocándose entre los diez países más afectados por estos recortes proporcionales.

Héroes que perdieron sus trincheras

Personal sanitario como enfermeras, consejeros y trabajadores comunitarios fueron despedidos tras los recortes, dejando desamparadas a las comunidades más vulnerables. Rethabile Motsamai, una psicóloga de 37 años cuyo rol como consejera de VIH fue eliminado, cuenta con pesar: “Ellos simplemente dejarán de tomar su medicación”.

Clínicas cerradas, laboratorios vacíos y campañas de prevención detenidas son ahora la norma. En un país donde al menos 260,000 de los 2.3 millones de habitantes viven con VIH, esta situación es simplemente devastadora.

El retroceso más grande en décadas

Pepukai Chikukwa, entonces directora de ONUSIDA en Lesoto, calificó el impacto de los recortes como colosal: “Todo simplemente se está desmoronando”. Según Chikukwa y otros expertos, este retroceso podría costar al país al menos 15 años de progreso en la lucha contra el VIH.

El país estaba en camino para alcanzar la ambiciosa meta de 95-95-95 de ONUSIDA: que el 95% de las personas con VIH conozcan su estado, el 95% de ellas reciba tratamiento, y el 95% de quienes están en tratamiento tenga una carga viral suprimida. De hecho, Lesoto ya había alcanzado estos estándares en 2023.

No obstante, con la desaparición de miles de profesionales capacitados y sistemas digitales de seguimiento clínico, no es solo un problema logístico: es una catástrofe humanitaria en curso.

El rostro humano de la tragedia

Para personas como Hlaoli Monyamane, un minero de 32 años que vive con VIH, la situación es siniestra: “Todo VIH positivo en Lesoto es un hombre muerto que camina”, lamenta.

Los programas que promovían la circuncisión masculina, prevención de transmisión maternoinfantil y atención a grupos de riesgo como trabajadoras sexuales y mineros, se detuvieron de inmediato, profundizando el impacto.

Catherine Connor, de la Elizabeth Glaser Pediatric AIDS Foundation, advirtió que “cada paso hacia atrás crea un riesgo de resurgimiento” de la epidemia, especialmente en niños. Su fundación había logrado reducir la transmisión maternoinfantil de VIH del 18% al 6% en Lesoto durante 16 años de trabajo.

¿Hay esperanza en los programas de transición?

A mediados de 2024, EE.UU. anunció el retorno temporal de ciertos programas emblemáticos bajo el formato de “puentes financieros” de seis meses. La medida fue bien recibida pero también criticada por su carácter transitorio. Reiniciar en terreno lo que existía antes no sucede de inmediato: se necesita personal, cadenas de suministro, protocolos, bases de datos y, sobre todo, confianza de los pacientes.

Rachel Bonnifield, del Center for Global Development, expresó su preocupación: “Se está sustituyendo algo que funcionaba por una alternativa no probada”.

Un llamado a la autosuficiencia

Algunos funcionarios locales ven esta crisis como una advertencia para desarrollar soluciones más independientes. Mokhothu Makhalanyane, presidente del comité legislativo de salud del país, fue tajante: “Esto es una llamada de atención. Nunca deberíamos poner la vida de nuestra gente en manos de quienes no han sido electos por ella”.

La autosuficiencia en salud pública es un objetivo loable, pero difícil de alcanzar si el financiamiento desaparece de forma súbita. Mientras se negocian acuerdos plurianuales para el futuro del sistema sanitario, el presente se desangra.

El futuro de la lucha contra el VIH en Lesoto

ONUSIDA ha advertido que hasta 4 millones de personas podrían morir a nivel mundial si la financiación global contra el VIH no se recupera. En Lesoto, el impacto de los recortes puede también tener un efecto dominó: aumento de transmisiones, incremento de mortalidad, sobrecostes hospitalarios, orfandad infantil y un debilitamiento de la resiliencia social frente a futuras pandemias.

Como bien advirtió Connor, cuando se deja de diagnosticar a un niño, es una oportunidad perdida. Pero cuando se le interrumpe un tratamiento que ya recibía, es un crimen contra la humanidad.

Más allá de cifras y burocracia, esta es una historia de confianza rota, vidas en pausa y un pueblo aferrado a una mínima esperanza. Para los miles que necesitan su medicación diaria, cada día importa. Cada pastilla y cada consulta cancelada pueden marcar la diferencia entre la vida o la muerte.

Fuentes consultadas

Este artículo fue redactado con información de Associated Press