Carson Wentz, Justin Fields y Rashee Rice: Tres historias que definen la semana en la NFL
Lesiones, redención y críticas: la liga se encuentra en un punto de inflexión para tres talentos cuyo futuro está en juego
Carson Wentz: El eterno suplente con una nueva oportunidad
La historia de Carson Wentz es una de segundas (y terceras, cuartas y quintas) oportunidades. Después de pasar por cinco equipos distintos, el mariscal de campo ahora tiene los reflectores puestos en él como titular de los Minnesota Vikings. La lesión de J.J. McCarthy, selección de primera ronda en 2024, ha llevado a Wentz a tomar control de la ofensiva.
Wentz ha respondido con números decentes: completó el 69% de sus pases para 759 yardas, 5 touchdowns y 2 intercepciones en tres juegos, logrando victorias ante Cincinnati y Cleveland. Su única derrota fue ante Pittsburgh.
Lo curioso es que esta semana enfrenta a Philadelphia, el mismo equipo que lo seleccionó como número 2 global en el Draft de 2016. Durante su paso por los Eagles, Wentz mostró un techo alto, pero también una preocupante inconsistencia. Ahora, con su sexta camiseta en seis temporadas, la pregunta se impone:
¿Hasta cuándo puede sostener este nivel y resistir las comparaciones con el joven McCarthy?
Kevin O'Connell, el entrenador de Minnesota, destacó el progreso de McCarthy tras una severa torcedura de tobillo, aunque aclaró que el joven sigue sin estar listo y será el mariscal de emergencia.
A pesar del historial de lesiones de McCarthy, que ya se perdió su año rookie completo por una operación de menisco, los Vikings aún creen en su potencial. Wentz, mientras tanto, tiene una vitrina limitada para demostrar que puede guiar a una franquicia otra vez. Y lleva décadas detrás de esa narrativa.
Justin Fields: El talento atrapado en el reloj
La historia de Justin Fields en la NFL hasta ahora ha sido una montaña rusa emocional. El QB de los New York Jets llegó con grandes expectativas tras su paso por Ohio State, y aunque ha demostrado flashes de brillantez, su lentitud para soltar el balón es un punto continuo de crítica.
La derrota ante Denver fue el colmo: Fields fue capturado nueve veces, y los Jets terminaron con un triste récord de -10 yardas netas en pase. Una estadística que lastima a cualquier aficionado.
"A veces, sostener el balón más tiempo le ha traído buenos partidos", comentó el entrenador Aaron Glenn, en una polémica defensa de su quarterback.
Fields tiene un promedio de tiempo para lanzar de 3.01 segundos, el segundo peor de la liga tras Caleb Williams. Pero Glenn no dudó en compararlo con Lamar Jackson (2.87s) y Josh Allen (2.91s), dos mariscales que también improvisan e interpretan desde lo físico, aunque estadísticamente siguen siendo más rápidos.
En una liga que constantemente exige precisión y velocidad desde la posición de QB, Fields lucha por encontrar el balance entre su instinto y lo que exige el sistema ofensivo. Aunque aún no ha lanzado intercepciones esta temporada, su conservadurismo lo tiene con apenas 4 touchdowns en 6 partidos.
El propio Fields lo admitió durante la semana:
"He tenido un enfoque muy grande en la seguridad del balón, pero también necesito comenzar a lanzarlo más agresivamente. Hay que encontrar ese punto medio", dijo en rueda de prensa.
Dan tiempo para crecer, pero también se agota. Los Jets están con un horrendo récord de 0-6, y la presión no hace más que crecer. Justin Fields tiene talento, pero si no convierte eso en impacto, el reloj (una vez más) puede jugar en su contra.
Rashee Rice: La redención de un receptor explosivo
El regreso de Rashee Rice a los Kansas City Chiefs marca una historia de redención. Luego de un año largo sin jugar —primero por la rotura de ligamento cruzado anterior (ACL) y luego por una suspensión de seis partidos—, el receptor estrella regresa justo a tiempo para reforzar al equipo.
La suspensión fue resultado de su implicación en una carrera ilegal a alta velocidad en Dallas en marzo de 2024, que terminó en un accidente. Rice se declaró culpable de dos delitos: "colisión con lesiones corporales“ y “carreras de autos en vía pública causando lesiones". Pagó $115,000 USD en restitución y se le impuso una sentencia de 30 días de cárcel que puede cumplir durante sus cinco años de libertad condicional.
A pesar de esto, Rice estaba listo desde el campamento de entrenamiento y se mantuvo en Florida entrenando seis días a la semana. Ahora, finalmente, puede dejar atrás el ruido externo y enfocarse en lo que mejor hace: jugar fútbol.
Durante su temporada de novato logró 938 yardas y 7 touchdowns, proyectándose como la nueva arma principal para Patrick Mahomes tras la salida de Tyreek Hill en 2023. La ofensiva de Kansas, aunque ganó 3 de los últimos 4 partidos, ha extrañado una amenaza vertical confiable. Rice regresa para llenar ese vacío.
“Aprendí que amo este juego. Me permitió ver cuán fuerte soy mentalmente”, expresó Rice esta semana al reunirse nuevamente con los medios.
Andy Reid, entrenador de los Chiefs, no quiso confirmar si tendría límites en sus «snaps», pero dejó claro que lo evaluarán partido a partido. No tienen prisa gracias a la profundidad de receptores con jugadores como Xavier Worthy, Marquise Brown y JuJu Smith-Schuster.
La clave está en cómo sus piernas responden tras un año y medio sin acción competitiva. Pero motivación no le falta.
Una liga en constante metamorfosis
Los casos de Wentz, Fields y Rice son exponentes claros de cómo la NFL exige al máximo a sus protagonistas. La combinación de talento, resiliencia ante las críticas o dificultades personales, y el momento correcto puede hacer —o romper— carreras.
Mientras Wentz busca ser más que un reemplazo temporal, Fields lucha por salvar su titularidad en una ofensiva rota, y Rice intenta reivindicarse después del error más grave de su vida, todos tienen algo en común: la necesidad de demostrar ahora mismo que pueden transformar oportunidades en hechos.
Porque en la NFL, la paciencia es finita. Y el momento es ahora.