Polémica en el fútbol europeo: ¿Discriminación a los aficionados israelíes en la Europa League?
El veto a los hinchas del Maccabi Tel Aviv en Inglaterra desata acusaciones de antisemitismo, cuestionamientos políticos y encendidas reacciones internacionales
Por primera vez en la historia reciente del fútbol europeo moderno, un país prohíbe la asistencia de hinchas extranjeros a un partido de competición continental por supuestos riesgos de seguridad, desatando una tormenta política y cultural sin precedentes. El veto impuesto a los aficionados del Maccabi Tel Aviv que impide su viaje al partido contra el Aston Villa en la UEFA Europa Conference League ha provocado indignación en varios sectores.
Un veto sin precedente: ¿seguridad o discriminación?
El partido previsto para el 6 de noviembre en Villa Park, Birmingham, estaba marcado como una cita crucial para ambos equipos, particularmente porque representa la primera salida internacional del Maccabi Tel Aviv en la presente campaña tras una visita previa a Grecia que también estuvo rodeada de tensión. Sin embargo, la policía del condado de West Midlands decidió prohibir la presencia de aficionados del club israelí citando preocupaciones por protestas fuera del estadio.
La razón oficial: "preocupaciones de seguridad pública fuera del perímetro del estadio y dificultades para lidiar con posibles protestas". Sin embargo, ¿se trata realmente de un tema logístico, o es el reflejo de algo más oscuro?
Reacciones inmediatas del gobierno británico
La respuesta del gobierno británico fue tajante. El primer ministro Keir Starmer se opuso públicamente al fallo, calificándolo como "una decisión incorrecta". Según sus propias palabras:
“El rol de la policía es asegurar que todos los aficionados al fútbol puedan disfrutar del juego, sin miedo a la violencia o a la intimidación.”
Ian Murray, ministro de cultura, medios y deportes, también declaró que el gobierno haría “todo lo que esté a su alcance” para revertir la medida. Incluso la ministra de Cultura, Lisa Nandy, ha sostenido reuniones con el Ministerio del Interior y otras partes interesadas para tratar de solventar la situación.
UEFA también presiona
La UEFA, organismo rector del fútbol europeo, emitió un comunicado directo instando a las autoridades británicas a garantizar las condiciones necesarias para que los aficionados del Maccabi puedan asistir:
“La UEFA quiere que los aficionados puedan viajar y apoyar a su equipo en un entorno seguro y acogedor, y anima a ambos equipos y a las autoridades pertinentes a acordar medidas apropiadas para permitir que esto suceda.”
Historial reciente bajo la lupa
Este no es un caso aislado. El club israelí ya había enfrentado incidentes recientes cuando jugó contra el PAOK en Tesalónica (Grecia) el pasado 24 de septiembre, donde protestas pro-palestinas complicaron el acceso al estadio para los 120 hinchas israelíes desplazados. Además, la temporada pasada, hubo violentos enfrentamientos en Ámsterdam cuando el Maccabi Tel Aviv enfrentó al Ajax, resultando en disturbios callejeros y enfrentamientos con los residentes locales.
Tomando este contexto histórico, la policía británica considera el evento como de alto riesgo basado en inteligencia previa. Pero, ¿qué tan justificadas son estas medidas? ¿Hay una línea divisoria entre garantizar la seguridad y limitar derechos fundamentales?
La cuestión del antisemitismo: ¿una alerta creciente?
La medida ha sido interpretada por líderes de la comunidad judía como un acto con posibles connotaciones antisemitas. El CEO del Maccabi Tel Aviv, Jack Angelides, fue particularmente contundente en sus declaraciones:
“No uso este término a la ligera, pero la gente pregunta: '¿Cómo se manifiesta el antisemitismo?' Y a menudo se presenta como una serie de pequeños eventos que conducen a algo más siniestro.”
Organizaciones judías internacionales y líderes comunitarios del Reino Unido han visto en el veto algo más que una decisión operativa basada en el orden público. Para muchos, el acto simboliza una normalización de la exclusión contra judíos en contextos deportivos.
Libertad de movimiento y derecho al deporte
La Unión Europea garantiza la libre circulación de ciudadanos y una de las vertientes más significativas en la experiencia del fanático al fútbol es precisamente poder asistir a partidos de sus equipos en el extranjero como parte de esa movilidad.
De acuerdo al Estatuto del Aficionado de la UEFA (versión 2023), se establece que:
“Los aficionados deben disfrutar de una experiencia segura, inclusiva y respetuosa, independientemente de su nacionalidad, religión o afiliación política.”
La prohibición a los fans del Maccabi Tel Aviv parece colisionar con esta filosofía. Además, podría sentar un precedente peligroso para futuras decisiones de exclusión basadas en factores políticos o simbólicos.
El contexto geopolítico como telón de fondo
El veto se produce en un momento especialmente delicado, con una tregua reciente en la Franja de Gaza y una creciente tensión a nivel global por el conflicto entre Israel y Palestina. Cabe recordar que la propia UEFA había evaluado en semanas anteriores la posibilidad de suspender a equipos israelíes de sus competiciones, aunque esa intención perdió fuerza tras la relativa calma diplomática alcanzada.
Aún así, la inclusión de equipos israelíes en competiciones europeas ha estado constantemente bajo escrutinio, y este episodio en Birmingham reabre un intenso debate: ¿Debe el deporte permanecer ajeno a los conflictos internacionales, o inevitablemente los refleja?
La larga sombra del nacionalismo deportivo
Lo ocurrido no parecería tan aislado si vemos la historia reciente del fútbol como escenario de debates políticos. Ejemplos abundan:
- Cuando los clubes ucranianos y rusos fueron separados en cruces por decisión de la UEFA tras la anexión de Crimea en 2014.
- La exclusión de Serbia de varias competiciones por conflictos regionales hace décadas.
- La suspensión temporal de equipos turcos en algunas regiones europeas durante tensiones diplomáticas con países vecinos.
El fútbol es, aunque lo intente evitar, un espejo de las divisiones sociales y políticas de nuestro mundo.
¿Qué sigue para los aficionados del Maccabi Tel Aviv?
Por ahora, las escasas opciones para revertir la medida parecen estar en manos del gobierno británico o de un acuerdo diplomático especial. Si nada cambia, la afición israelí deberá conformarse con ver a su equipo desde casa, sin poder alentar en uno de sus partidos más importantes de la temporada.
Para muchos, el tema ya trasciende el partido o el resultado. Se ha convertido en una discusión global sobre libertad de expresión, antisemitismo moderno y el derecho de los aficionados a vivir el fútbol plenamente.