Steelers bajo fuego: ¿puede Pittsburgh dejar atrás la mediocridad defensiva?

Una mirada crítica al desmoronamiento de la defensa de los Steelers ante un Joe Flacco de 40 años y lo que dice sobre el equipo en su intento de regresar a la élite de la NFL

Una derrota que duele más allá del marcador

La derrota de los Pittsburgh Steelers por 33-31 ante los Cincinnati Bengals el pasado jueves no sólo fue una más en la cuenta: fue reveladora, dolorosa e incluso inquietante para la fiel fanaticada acerera. Más allá del marcador ajustado, el equipo dirigido por Mike Tomlin fue superado táctica y mentalmente por un quarterback de 40 años que apenas conocía el playbook. Joe Flacco, eterno rival en sus años con los Ravens, destrozó a la defensa de Pittsburgh con 47 pases completos, llevando a su equipo a una victoria inesperada —una auténtica clase maestra en control y ejecución.

La paradoja defensiva: del golpe físico al desorden total

El problema central no fue ofensivo, sino defensivo. La unidad que históricamente ha definido la identidad de los Steelers —intimidante, física, disciplinada— fue un desastre contra los Bengals. Chase Brown y Samaje Perine, corredores de segundo nivel en el papel, promediaron 6.2 yardas por acarreo. Incluso Flacco, notoriamente estático, tuvo una carrera clave que desestabilizó a la defensa. TJ Watt lo resumió con brutal honestidad: “Una actuación absolutamente inaceptable de nuestra parte en la defensa." Datos como el número de yardas terrestres permitidas, o las tres conversiones de tercer down clave que Cincinnati logró en el último cuarto, reflejan el caos en su máxima expresión.

Una secundaria reconfigurada, pero igual de vulnerable

La offseason de Pittsburgh fue ambiciosa. Trajeron a Jalen Ramsey desde Miami, reestructuraron su cuerpo de safeties y se prometieron blindar la secundaria. Todo esto con un objetivo claro: frenar a Ja'Marr Chase y Tee Higgins. El resultado fue todo lo contrario. Chase estableció un récord de recepciones de franquicia y Higgins quemó la cobertura en la última serie, acercando a los Bengals al gol de campo vencedor. Ramsey, frustrado, declaró:
“Sabemos que los receptores estrella muchas veces obtienen el beneficio en las decisiones. Es lo que hay. Hay que pasar la página y jugar cada jugada.”

¿Un equipo bipolar?: la inconsistencia como sello

La derrota no fue única ni aislada. Pittsburgh ha perdido sus últimos siete partidos de jueves por la noche en campo rival contra equipos de la AFC Norte. Esto apunta a un patrón preocupante: la defensa se desinfla en momentos clave. Sólo cuatro días antes, dominaron a los Browns con una defensa feroz. Pero en tan poco tiempo, volvieron al “modo Jets” en la jornada inaugural, donde también fueron superados hasta que una jugada fortuita de los equipos especiales cambió todo. En Cincinnati, no hubo tales jugadas milagrosas. Solo un Flacco cómodo en el bolsillo, sin presión, con todo el tiempo del mundo y con un plan ofensivo que parecía de entrenamiento.

Un toque de Tight End U y señales de vida ofensivas

Si hay algo que funcionó con precisión suiza fue el grupo de ala cerradas. Pittsburgh hoy puede presumir su título honorífico como la “Tight End U” de la NFL. Los cuatro touchdowns de Aaron Rodgers fueron para alas cerradas distintos: Pat Freiermuth, Jonnu Smith, Darnell Washington y Connor Heyward. El coordinador ofensivo Arthur Smith ha utilizado paquetes de personal creativos que explotan el talento sobre el campo con eficiencia. Rodgers, por su parte, alcanzó una marca histórica: 64,222 yardas por pase, superando al legendario Ben Roethlisberger como quinto en la lista histórica. Solo una cifra más que agranda su legado.

El eterno retorno de la duda: ¿es este otro año más de engaño?

Los Steelers siguen siendo una incógnita. La victoria contra los Browns había generado esperanza. Ya se escuchaban análisis sobre cómo la AFC Norte podría estar bajo su control. Pero esta derrota reubicó al equipo en una realidad más familiar: la de un conjunto que puede llegar a playoffs, pero que no tiene con qué competir con los pesos pesados. Pittsburgh tuvo una oportunidad de oro para demostrar que su proyecto defensivo había cambiado. Lo que ofrecieron fue más de lo mismo. La línea media fue blanda, los apoyadores perdieron referencias, y la secundaria vio pasar balones como si fueran hojas en otoño. Ramsey, en uno de sus peores partidos como profesional, fue apenas una sombra persiguiendo al veloz Chase. Calvin Austin III, otro de los receptores clave, lleva dos juegos fuera por lesión y su regreso es inminente, pero ¿será suficiente?

La esperanza en la juventud: Roman Wilson se asoma

El receptor Roman Wilson, aún con muy poco tiempo de desarrollo, dejó algunos destellos. Dos recepciones para 17 yardas, incluyendo una de 13 yardas en tercera, no son estadísticas que asusten, pero representan un paso adelante. Pittsburgh ha tenido problemas desarrollando receptores tras su primer año, y ver a Wilson avanzar es, al menos, un pequeño rayo de luz.

Lo que sigue: duro calendario, presión creciente

Los Steelers ahora se preparan para un enfrentamiento en horario estelar contra los Green Bay Packers, un partido lleno de simbolismo: el regreso de Rodgers ante su ex equipo. Todo esto, después de una semana corta y una paliza que deja heridas más mentales que físicas. Mike Tomlin dijo tras la derrota: “No seremos definidos por esta actuación.” Pero la pregunta es inevitable: ¿cuántas veces más podrán permitirse decir eso esta temporada? Si Pittsburgh no corrige ese patrón de inconsistencias, si su defensa sigue siendo una ruleta de emociones, y si los veteranos como Ramsey no retoman su nivel, lo único que les definirá será la mediocridad. No basta con entrar a playoffs. En Pittsburgh, la exigencia va mucho más allá. Y si el equipo no lo interioriza pronto, ese famoso "Estándar Steeler” quedará sepultado una temporada más.

¿Podrán redimirse?

Queda un mes para la revancha contra Cincinnati. Esa podría ser la prueba definitiva. No sólo será una prueba táctica, sino emocional. Si logran borrar la imagen ofrecida, quizás cambien la narrativa. De lo contrario, la historia se repetirá. Una vez más.
Este artículo fue redactado con información de Associated Press