Bolivia en la encrucijada: ¿Choque con el FMI o capitalismo popular?

La segunda vuelta presidencial enfrenta dos visiones opuestas sobre cómo rescatar al país de su peor crisis económica en décadas

Un país quebrado, una elección crucial

El próximo presidente de Bolivia no solo lidiará con los ecos de un pasado populista, sino que tendrá en sus manos la difícil tarea de reencauzar un país atrapado en una profunda crisis económica. La segunda vuelta electoral enfrenta al exmandatario conservador Jorge "Tuto" Quiroga y al centrista senador Rodrigo Paz en una batalla por superar el legado del Movimiento al Socialismo (MAS) y redefinir el futuro del país andino.

Desde 2023, Bolivia atraviesa una de sus peores crisis económicas: escasez de dólares, inflación interanual que llegó al 23% —la más alta desde 1991— y un mercado negro de divisas que refleja una caída dramática de confianza en el sistema financiero. A esto se suman los subsidios a los combustibles que paralizan al Estado y generan colas interminables en estaciones de servicio.

El colapso del MAS: caída de una hegemonía

Durante casi dos décadas, el MAS, fundado por Evo Morales, dominó el escenario político boliviano con un estilo que combinaba redistribución, nacionalismo económico y retórica antinorteamericana. Sin embargo, en agosto de 2025, la fórmula populista se derrumbó electoralmente:

  • El partido sufrió una derrota histórica.
  • La crisis económica debilitó su base popular.
  • Los antiguos bastiones rurales y populares migraron hacia opciones más centristas o conservadoras.

El MAS se convirtió en víctima de sus excesos: promesas insostenibles y dependencia de recursos agotables —como el gas natural— que hoy están en declive.

Quiroga: el shock económico como receta

Jorge "Tuto" Quiroga, quien fuera presidente entre 2001 y 2002, plantea una solución ortodoxa y de ajuste estructural agresivo. Su plan incluye:

  • Acuerdo inmediato con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
  • Reducción de los subsidios a los combustibles de forma inmediata.
  • Privatización parcial o redefinición del rol estatal en sectores como el gas y minería.
  • Desregulación e incentivos al capital extranjero.

"La crisis hay que resolverla ahora", afirma Mirian Chávez, estudiante de arquitectura de 24 años. Para ella, Quiroga posee la formación técnica necesaria para frenar el colapso y gestionar una transición al capitalismo clásico.

Paz y Lara: capitalismo con rostro social

En el otro extremo del espectro está Rodrigo Paz, senador moderado y sorpresivo ganador de la primera vuelta. Hijo del expresidente Jaime Paz Zamora, su campaña se enfocó en un discurso de reformas lentas pero inclusivas:

  • Eliminación gradual de subsidios.
  • Conservación de bonos sociales estilo MAS para mitigar los efectos de los recortes.
  • Legalización del mercado negro de divisas y lucha contra la corrupción interna como primer paso.

“No quiero un presidente neoliberal que imponga ‘paquetazos’”, declara Marcelino Choque, taxista de 27 años y votante de Paz. La fórmula Paz-Lara ha logrado captar apoyo en sectores populares gracias a una narrativa de capitalismo justo y proximidad con el pueblo.

Su compañero de fórmula, Edman "Capitán" Lara, exoficial de policía despedido por denunciar corrupción en TikTok, ha sido clave para humanizar su propuesta. Con carisma y conexión con las bases rurales, Lara ha contribuido a que esta dupla se perciba como una novedad dentro del sistema político.

La herencia del gas: de bonanza a maldición

Durante los años dorados del MAS, Bolivia vivió una bonanza del gas natural que permitió crear una economía centrada en subsidios. En su mejor momento, las exportaciones financiaron escuelas, carreteras y programas sociales. Pero la exploración y producción cayeron drásticamente, y el Estado ahora gasta $2.000 millones anuales en subsidios a combustibles (fuente: Ministerio de Economía de Bolivia, 2024).

Intentos pasados de eliminar subsidios terminaron muy mal. En 2011, Morales intentó liberalizar los precios del combustible. La medida fue revertida en menos de una semana tras protestas masivas.

Los gremios de transporte ya han amenazado con nuevas movilizaciones si el próximo gobierno decide aplicar medidas similares.

Las máscaras del poder: discurso electoral versus realidad

A medida que la segunda vuelta se acercaba, tanto Paz como Quiroga comenzaron a atenuar su discurso. Analistas como Verónica Rocha, politóloga boliviana, sostienen que los candidatos se han mostrado "camaleónicos":

“Tuvimos un tipo de candidato en la primera vuelta y otro en la segunda. Han ablandado su tono y se contradicen constantemente”, señala Rocha, y predice una gobernabilidad frágil sin un mandato claro.

El litio y los cambios geopolíticos

Bolivia alberga las mayores reservas de litio del mundo, un recurso crítico en la transición energética global. Sin embargo, la producción sigue atascada por burocracia, falta de inversión e infraestructura obsoleta.

Ambos candidatos proponen una apertura al capital internacional para explotar este "oro blanco", rompiendo con el modelo extractivista estatal reciente.

Además, la elección podría redibujar el mapa geopolítico regional. Morales cultivó vínculos estrechos con China y Rusia. Quiroga y Paz, en cambio, viajaron a Washington durante la campaña para reunirse con autoridades del FMI y del gobierno de Trump.

"Ambos candidatos buscan relaciones fuertes con Estados Unidos", dijo el Secretario de Estado Marco Rubio en una rueda de prensa conjunta con el presidente argentino Javier Milei. "Es otra oportunidad transformadora para la región".

Dolarización informal y desconfianza financiera

El dólar estadounidense es la moneda de facto en buena parte del comercio boliviano. La diferencia entre el tipo de cambio oficial y el del mercado negro ha hecho que los ahorros en bolivianos pierdan valor rápidamente. Muchos bolivianos ya operan con "cajas de cambio" clandestinas para proteger su dinero.

Paz y Quiroga coinciden en que una reforma del sistema cambiario es urgente. Quiroga apunta a liberalizar completamente el tipo de cambio; Paz propone una estrategia más gradual y controlada.

¿Una nueva Bolivia? Opciones, no milagros

No existen soluciones mágicas. Cualquier candidato enfrentará resistencia social, presión internacional y una caja fiscal deteriorada. Pero los comicios del domingo marcan el cierre de un ciclo populista que redefinió al país y, al mismo tiempo, el inicio de un desafío monumental: hacer funcional al capitalismo en un Estado asediado por la pobreza, la informalidad y la desconfianza ciudadana.

Para muchos bolivianos, votar este domingo no será solo un ejercicio democrático: será un salto de fe hacia un modelo económico aún por definir, entre la ortodoxia de Quiroga y el experimento mixto de Paz y Lara.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press