Borussia Mönchengladbach, en crisis: ¿Puede Eugen Polanski revertir el destino del club?
Tras otra derrota y sin victorias desde su nombramiento, el técnico interino y el nuevo director deportivo Rueven Schröder enfrentan una difícil misión para salvar al histórico equipo alemán del descenso.
Por primera vez en mucho tiempo, Borussia Mönchengladbach atraviesa una crisis deportiva tan profunda que ya no basta con el peso de su historia para mantenerse a flote.
La reciente derrota 3-1 ante Union Berlin no solo fue decepcionante para sus seguidores, sino que también dejó al equipo en el último lugar de la Bundesliga. Cuatro partidos bajo la dirección del entrenador interino Eugen Polanski, y ni una sola victoria. Peor aún: la defensa ha concedido 14 goles en ese lapso.
Un técnico interino sin resultados
Polanski, quien anteriormente tenía bajo su mando al equipo sub-23, fue promovido como interino tras el despido de Gerardo Seoane, quien dejó el equipo después de no haber podido ganar en los tres primeros partidos de liga. La llegada del nuevo director deportivo Rouven Schröder parecía ser un intento por reestructurar la institución, pero hasta el momento, los resultados siguen sin aparecer.
“Básicamente, la confianza existe”, declaró Schröder acerca de Polanski después del último partido en Berlín. “El partido mostró cosas que fueron buenas, pero por supuesto otras que no lo fueron”
El problema más evidente es la fragilidad defensiva. Con tres goles encajados nuevamente el pasado viernes, la zaga de Gladbach parece incapaz de contener a cualquier rival, y el equipo ya se ubica como el más goleado en la Bundesliga durante ese período.
Un equipo roto mentalmente
Más allá de los números, lo que se percibe en el terreno de juego es la falta de confianza generalizada en el plantel. Las líneas están desconectadas, no hay liderazgo claro y la posesión de balón se transforma en una especie de castigo para un equipo que vive con miedo a equivocarse. El propio Polanski lo ha reconocido en ruedas de prensa: “No es fácil cambiar de chip cuando vienes de tres derrotas seguidas, pero debemos intentarlo”.
Schröder y la esperanza de una reestructuración
Rouven Schröder fue designado esta semana como nuevo director deportivo, en reemplazo de Roland Virkus, quien dimitió tras 35 años de servicio en el club. Schröder, con experiencia en equipos como Mainz, Schalke y Salzburgo, enfrenta ahora uno de los mayores desafíos de su carrera: reconstruir uno de los clubes más emblemáticos del fútbol alemán en medio de una crisis existencial.
En declaraciones recientes, intentó minimizar la presión del próximo encuentro ante el líder de la Bundesliga, el Bayern Múnich: “Ese partido también empieza 0-0. Totalmente parejo”, dijo. Pero la realidad es que Mönchengladbach no parte como favorito, ni cerca.
Mönchengladbach y su historia de altibajos
Gladbach no es un equipo cualquiera. Fundado en 1900, tiene en su haber más de cinco campeonatos alemanes (todos en los años 70), además de dos Copas de la UEFA (las actuales Europa League) en 1975 y 1979. Sin embargo, también es un club acostumbrado a las montañas rusas: descensos, promociones y más de una crisis interna han marcado su último medio siglo de historia.
En la temporada 1998-99 descendió a la 2. Bundesliga, y no fue sino hasta 2008 que volvió a tomar impulso como un equipo fuerte de la máxima categoría alemana. En la última década, con figuras como Marco Reus, Granit Xhaka o Thorgan Hazard, parecía haber recuperado algo de estabilidad. Pero ahora todo eso se ve comprometido.
¿Puede Polanski salvar su puesto?
La confianza declarada por Schröder podría no durar mucho más si los resultados no mejoran. Con Bayern Munich en el horizonte inmediato y partidos complicados en las próximas fechas (incluyendo enfrentamientos con Leverkusen y Leipzig), el margen de error es prácticamente inexistente.
Además, gran parte de la hinchada está dividida respecto a si Polanski debe continuar. Algunos apelan a su conocimiento interno y a su relación con los jugadores jóvenes del club, mientras otros argumentan que ya es momento de traer un técnico con experiencia demostrada en situaciones límite.
Los números de la crisis
- 0 victorias en los primeros 7 partidos de Bundesliga 2025-26.
- 14 goles en contra en los últimos 4 partidos.
- -10 diferencia de goles, una de las peores del torneo.
- Último puesto en la tabla con 2 puntos (hasta la fecha del artículo).
Más preocupante aún, el equipo no muestra señales claras de mejora, ni táctica ni emocionalmente. Hay esfuerzos individuales, pero no un plan de juego coherente.
¿Y si el descenso se hace realidad?
Para un club del tamaño de Borussia Mönchengladbach, el descenso significaría una pérdida millonaria en derechos de televisión, patrocinios y valor de mercado de sus futbolistas. También complicaría el crecimiento de su cantera, históricamente una de las más productivas de Alemania.
Según Transfermarkt, el valor total de mercado del plantel ronda los 165 millones de euros. Un eventual descenso podría reducir esa cifra hasta en un 30%, afectando no solo las finanzas del club sino también su capacidad para atraer y retener talento.
¿Qué opciones tiene ahora Schröder?
A corto plazo, detectar potenciales refuerzos libres o cedidos en invierno parece la única tabla de salvación realista. La nómina, aunque cuenta con talento, sufre por la falta de profundidad y experiencia en posiciones clave como central, mediocentro defensivo y delantero centro.
En paralelo, muchos ya especulan con nombres para reemplazar a Polanski, si los resultados no mejoran pronto. Algunos de los candidatos mencionados por la prensa alemana son:
- Adi Hütter (ex-Eintracht Frankfurt, ya dirigió Gladbach antes).
- Lucien Favre (ídolo del club y técnico libre tras su paso por Niza).
- Thomas Schaaf (aunque más retirado, siempre aparece en rumores).
El Bayern como juez
El próximo partido ante Bayern puede ser una sentencia temprana. Aunque Schröder insista en que todo empieza 0-0, la diferencia actual entre ambos clubes es abismal. Bayern lidera el campeonato, mientras Gladbach parece destinado al purgatorio. Cualquier resultado que no sea una derrota decorosa podría significar el punto final de la etapa Polanski.
En el fútbol, como en todo arte de presión, los proyectos se construyen con victorias. Por ahora, ni Polanski ni Schröder pueden hablar de construcción. Solo de contención, mientras el edificio tiembla.