Gen Z 212: La rebelión de jóvenes que sacude a Marruecos desde las redes hasta las calles

Indignados por la corrupción y el gasto gubernamental en infraestructura para el Mundial 2030, miles de jóvenes marroquíes lideran una protesta inédita que desafía las estructuras tradicionales del poder político.

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Una revuelta generacional: el despertar de Gen Z 212

En los últimos meses, Marruecos ha sido epicentro de un fenómeno social sin precedentes. Bajo el nombre Gen Z 212 —en alusión al código telefónico nacional—, una oleada de jóvenes indignados ha salido a las calles de más de una docena de ciudades, alzando la voz contra lo que consideran injusticia estructural, corrupción sistémica y abandono gubernamental.

Esta rebelión no nació de sindicatos, partidos políticos o estructuras tradicionales. Se gestó en Discord, foros digitales y redes sociales. Con una organización descentralizada pero altamente activa, sus integrantes se coordinan para llevar al espacio físico el descontento que llevan años acumulando virtualmente.

Entre sus demandas destacan la mejora del sistema de salud, educación, modernización rural, y una exigencia clara: dignidad antes que estadios.

¿Por qué ahora? El contexto de una protesta inevitable

La raíz del estallido está en la combinación de múltiples factores:

  • Desigualdad creciente: Aunque Marruecos ha progresado económicamente, el desarrollo ha sido desigual. Mientras se construyen trenes de alta velocidad y estadios para el Mundial 2030, miles de marroquíes viven sin acceso adecuado a centros de salud o escuelas dignas.
  • Desempleo juvenil: Según datos de Afrobarometer, la tasa de desempleo en jóvenes de 15 a 24 años alcanza un 36%. Más del 50% de los marroquíes menores de 35 años han considerado emigrar.
  • Corrupción: Las denuncias contra el primer ministro Aziz Akhannouch, uno de los hombres más ricos del país, y su supuesta red de intereses se han convertido en blanco de críticas.
  • Desigual infraestructura: La construcción de 14 nuevos estadios con una inversión superior a $5 mil millones contrasta con hospitales sin médicos y caminos sin pavimentar.

"Hospitales, no estadios": el grito de un país olvidado

Las calles se llenaron de carteles improvisados con frases como “¿Estadios sí, hospitales no?” o “Libertad, dignidad y justicia social”. Son lemas que resumen décadas de frustración acumulada. En Agadir, ciudad costera con aeropuerto modernizado, murieron ocho mujeres durante el parto por falta de atención médica eficiente. Ese hecho fue la gota que colmó el vaso.

En Al Haouz, donde un terremoto en 2023 dejó cientos de muertos, muchas familias aún viven en tiendas de campaña, mientras se levantan grandes infraestructuras turísticas a pocos kilómetros de distancia.

Una estructura sin líderes, pero con voz colectiva

Gen Z 212 no tiene un rostro visible ni voceros oficiales. Su fortaleza está en sus miembros y su capacidad de adaptación. Cada ciudad organiza marchas de forma autónoma, pero bajo un mismo paraguas discursivo: la urgencia de una nueva Marruecos.

La plataforma Discord, usada generalmente por «gamers», se ha convertido en el centro neurálgico de estrategia, análisis político y coordinación. Ahí se discute desde la planificación de marchas hasta métodos de protección frente a represiones violentas.

El contraste del Mundial 2030: progreso para unos pocos

Marruecos será anfitrión del Mundial de fútbol 2030, junto a España y Portugal. Un orgullo nacional… para algunos.

Sin embargo, este hito ha servido para exponer las prioridades del régimen. Más de $5.000 millones serán invertidos para dejar todo "a la altura del evento". Según la revista Jeune Afrique, los mayores beneficiarios serán conglomerados empresariales como el fondo de inversión real Al Mada, vinculado directamente a la familia real.

Para la Gen Z, el Mundial no representa progreso, sino espectáculo financiado con el sufrimiento colectivo.

La respuesta oficial: entre represión y promesas vacías

La reacción del gobierno ha sido ambivalente. Mientras el primer ministro y algunos ministros expresaron apertura al "diálogo", ocurrieron hechos preocupantes:

  • Detenciones masivas: la ONG Human Rights Watch reportó arrestos, muchos de ellos a menores de edad.
  • Violencia policial: se registraron tres muertes a manos de la policía en una pequeña localidad cerca de Agadir, y casos de atropello vehicular contra manifestantes en Oujda.
  • Sentencias judiciales: entre 4 y 20 años de prisión por cargos de vandalismo e incitación.

El rey Mohammed VI, durante su discurso anual ante el Parlamento, intentó mitigar tensiones asegurando que los megaproyectos no compiten con los programas sociales. No obstante, no hizo mención directa a las protestas ni a las exigencias de Gen Z 212.

Una carta al Rey y un país en efervescencia

Gen Z 212 publicó una carta dirigida directamente al monarca. Entre sus peticiones figuran:

  • Destitución del actual gobierno y partidos corruptos.
  • Liberación de los detenidos por participar en manifestaciones.
  • Convocatoria de un foro ciudadano para fiscalizar y reorientar las prioridades del Estado.

El documento ha sido compartido miles de veces desde plataformas digitales, y ha servido como punto de unión para un movimiento cada vez más articulado. Muchos manifestantes corean en las calles: “¡El pueblo quiere que el Rey intervenga!”

Una juventud que no quiere seguir esperando

Youssef, un joven de 27 años que participa en las protestas desde las primeras semanas, lo explica así: “El gobierno está usando parches. Pero nuestros problemas son estructurales. No queremos promesas; queremos hechos ahora.”

El gran cambio que representa esta nueva generación no es sólo su rabia, sino la forma en que reinventan el activismo. Aprovechan las herramientas digitales, se organizan sin burocracias y tienen la capacidad de movilizarse con rapidez, precisión y sincronía.

El caso de Marruecos se suma a una ola global de protestas juveniles en países como Perú, Nepal, Kenia y Madagascar. Como señala la académica senegalesa Ndèye Binta Ba: “Estamos viendo un nuevo estilo de actuación política en África y otros rincones del mundo: horizontal, disruptivo y liderado por jóvenes que ya no creen en las promesas de ayer.”

¿Y ahora qué?

Aunque el gobierno aún parece apostar a que Gen Z 212 sea solo una tendencia pasajera, lo cierto es que ha cambiado el tablero político en Marruecos. Ha desafiado las narrativas oficiales, forzado un debate público y, sobre todo, demostrado que una juventud marginada puede convertirse en el motor de un cambio real.

El gran desafío será mantener la cohesión del movimiento, articular demandas con claridad, y encontrar formas sostenidas de presión sin caer en la violencia o el desgaste.

Lo que sí está claro es que la lucha por “hospitales en lugar de estadios” no ha hecho más que comenzar.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press