Raila Odinga: Un legado de lucha por la democracia en África
La muerte del veterano político keniano desencadena una ola de emociones, homenajes masivos y reflexiones sobre la democracia en el continente
Un adiós monumental a un ícono nacional
El fallecimiento de Raila Odinga, ex primer ministro de Kenia y una de las figuras más prominentes en la política africana moderna, ha conmovido profundamente a la nación y al continente. Con 80 años al momento de su muerte en la India, Odinga deja tras de sí un legado marcado por una constante lucha por la democracia, los derechos humanos y las reformas sociales.
Durante los últimos días, miles de kenianos han salido a las calles de Kisumu, Nairobi y Bondo para rendir homenaje al veterano opositor. El estadio Nyayo en Nairobi fue testigo de una de las despedidas más multitudinarias, pero también más turbulentas, en la historia reciente de Kenia. La policía ha tenido que mantener una fuerte presencia para evitar disturbios, aunque se han reportado muertes y heridos en algunos actos conmemorativos, lo que deja entrever la intensidad emocional de este duelo nacional.
Los honores reservados para los grandes
El nivel de atención y homenaje recibido por Odinga solo ha sido comparable al de presidentes en funciones o exmandatarios. Su cuerpo reposó en el parlamento nacional de Kenia, honor reservado para figuras de primer nivel, lo que destaca la importancia histórica que tuvo su papel político.
El presidente actual de Kenia, William Ruto, lo elogió públicamente como “un estadista patriótico y desinteresado que ayudó a estabilizar el país en momentos críticos”. Palabras que resuenan teniendo en cuenta que Ruto y Odinga fueron férreos rivales políticos hasta hace poco, cuando firmaron un acuerdo de reconciliación tras intensas protestas opositoras.
Una vida marcada por el activismo y la resistencia
Raila Odinga no fue solo un político electoral. Para muchos africanos, fue un símbolo vivo de la resistencia contra los regímenes autoritarios. Hijo del primer vicepresidente de Kenia, Jaramogi Oginga Odinga, Raila fue arrestado varias veces durante la dictadura de Daniel arap Moi en las décadas de 1980 y 1990 por sus intentos de democratizar Kenia.
En 1982, fue detenido tras sospechas de participar en un golpe fallido contra Moi, y pasó seis años en prisión sin juicio. Su encarcelamiento lo convirtió en una figura internacional que encarnaba la resistencia africana a políticas autoritarias.
Cinco veces candidato presidencial, nunca presidente
Odinga se postuló cinco veces a la presidencia de Kenia, en 1997, 2007, 2013, 2017 y 2022. Su intento más cercano fue en 2007, cuando una controvertida elección desató una de las mayores crisis políticas en la historia de Kenia, con más de 1,100 muertos y 600,000 desplazados debido a la violencia postelectoral.
Posteriormente, la mediación internacional liderada por el exsecretario general de la ONU Kofi Annan dio lugar a un gobierno de coalición nacional, en el cual Odinga fue nombrado primer ministro en 2008. Su mandato estableció un nuevo camino para las reformas constitucionales y la descentralización del poder.
Aliado de Obama y símbolo continental
El expresidente estadounidense Barack Obama, cuyo padre era keniano y provenía de la misma región de Odinga, elogió en varias ocasiones su compromiso con la democracia. “Raila representa una generación de líderes africanos que entendieron que el progreso venía de la lucha pacífica, el diálogo y el sufrimiento compartido con el pueblo”, declaró Obama en un comunicado tras la noticia de la muerte.
Odinga también fue clave en la creación de instituciones democráticas a lo largo de África del Este. Como figura regional, participó en mediaciones en Somalia, Sudán del Sur y Uganda, promoviendo elecciones justas y reformas constitucionales.
Muerte en el exilio médico
Su deceso en la India subraya otra realidad africana dolorosa: la fuga de líderes al extranjero en búsqueda de atención médica de calidad. Odinga llevaba semanas enfermo y su muerte ocurrió en un hospital de Nueva Delhi. Su cuerpo fue repatriado a Kenia en medio de un recibimiento masivo y con honores que incluyeron desfiles militares, himnos y vigilias públicas en todo el país.
Luto nacional con disturbios
El velorio público más reciente en Kisumu, ciudad natal de Odinga, resultó en la muerte de tres personas por disparos policiales, luego de que se desatara una riña entre fuerzas de seguridad y seguidores del político. En otro evento, una multitudinaria avalancha causó la muerte de dos personas e hirió a 163 más.
“Raila ha sido lo más importante para nosotros. Si no lloramos y protestamos ahora, ¿cuándo?”, gritaba una manifestante mientras se enfrentaba a policías antidisturbios.
Por su parte, su viuda Ida Odinga pidió calma y respeto: “No dejemos que su funeral se convierta en lo que él siempre evitó: la violencia sin sentido”.
Un símbolo inquebrantable
Raila Odinga no logró ser presidente, pero su historia está más allá de títulos oficiales. Su influencia en el fortalecimiento institucional del país, su resistencia a los abusos del poder y su ambición por una Kenia libre y democrática lo han convertido en un héroe nacional.
“No cargo odio, pero sí memoria”, declaró una vez tras perder una de sus últimas elecciones. Frase que refleja no solo su carácter, sino su enfoque hacia la política: persistente, comprometido y progresista.
El último viaje a Bondo
Este domingo, su cuerpo será enterrado en su hogar rural en Bondo, en el oeste de Kenia. Se espera que asistan más de 50,000 personas, incluidos dignatarios de toda África y representantes de organismos internacionales.
Su tumba no solo será un punto de descanso final, sino un monumento simbólico al impulso feroz por la democracia en África. En un continente donde el poder aún se disputa a menudo por la fuerza, Odinga es recordado como alguien que entendió que la legitimidad se gana, no se toma.
Su legado se convierte hoy en una herencia viva para los pueblos de África que aún luchan por elecciones libres, justicia social y respeto a los derechos fundamentales.
“Raila no fue un mártir, sino un maestro. Que descansen en paz, su cuerpo y sus ideales.”