Chargers a la deriva: una crisis entre lesiones, errores y derrotas en cadena
Los Ángeles acumulan tres derrotas en cuatro partidos y exponen profundas fallas defensivas y ofensivas, mientras Justin Herbert y compañía buscan respuestas antes de enfrentar a los Vikings
Un uniforme llamativo, una actuación lamentable
Los Angeles Chargers salieron al campo del SoFi Stadium vistiendo de pies a cabeza un uniforme amarillo brillante, en lo que parecía una metáfora visual perfecta para su actuación ante los Indianapolis Colts: deslizarse sin control hacia otra dolorosa derrota. Perdieron 38-24, por tercera vez en cuatro partidos, y su arranque de temporada prometedor (3-0) ha quedado en la sombra de una crisis latente que amenaza con descarrilar por completo su campaña.
Ofensiva apagada, defensiva vulnerable
Sin componentes clave como los linieros Joe Alt y Trey Pipkins III, así como los corredores Najee Harris (fuera el resto del año) y Omarion Hampton, la ofensiva terrestre de los Chargers fue casi inexistente, generando apenas 54 yardas netas por tierra, su peor cifra de la temporada.
Pero no fue solo un problema ofensivo. La defensa fue castigada implacablemente por Jonathan Taylor, quien registró tres touchdowns por tierra, y por un preciso Daniel Jones, que lanzó dos pases de anotación. La suma: cinco touchdowns que dejaron al equipo angelino sin reacción en casa.
Derwin James Jr., safety estrella del equipo, no escondió su frustración tras el partido:
“Fue todo culpa nuestra. Pudimos haber evitado mucho de eso. Todo empieza con leer bien tus claves, y no lo hicimos. Debemos mejorar.”
Justin Herbert: luces y sombras
Las estadísticas dirán que Herbert superó las 400 yardas aéreas por segunda vez en su carrera (terminó con 420), pero los números no cuentan la historia completa. Cometió dos intercepciones claves, ambas en la zona roja, que acabaron con cualquier intento de remontada en la primera mitad.
“No podemos esperar ganar partidos cuando yo cometo errores así en el momento más importante,” dijo Herbert, asumiendo su responsabilidad de manera directa.
El cuerpo técnico, bajo el mando de Jim Harbaugh, tampoco tuvo respuestas tácticas suficientes. Pese a una reacción ofensiva en la segunda mitad, el equipo nunca logró acercarse a menos de 13 puntos de distancia.
Una tendencia preocupante
Desde la Semana 4, los Chargers han perdido tres de sus últimos cuatro juegos, varios por márgenes que evidencian falta de ejecución defensiva y desconcentraciones clave. Esta derrota los deja con marca de 4-3 y exponiendo una regresión frente a competidores que supieron explotar cada debilidad.
Algunas cifras ilustran el colapso reciente:
- Los Colts lideraban al medio tiempo 23-3.
- Herbert lanzó dos intercepciones entre la yarda 28 y 8 enemiga.
- Los Chargers permitieron 232 puntos en siete juegos, la peor cifra entre los ocho mejores equipos de la AFC.
Lesiones que pasan factura
Las bajas de Harris y Hampton en el backfield han sido especialmente dolorosas. El juego terrestre, que servía como válvula de escape en partidos cerrados, ha desaparecido. En tanto, la ausencia de Joe Alt ha debilitado la protección de pase para Herbert.
Con un calendario ajustado, el equipo podría recuperar a Alt para el partido de jueves ante los Minnesota Vikings, lo cual sería una bocanada de aire fresco. Sin embargo, todavía hay dudas sobre si eso será suficiente para revertir la dirección de un barco que parece tomar agua.
El desafío mental de levantar cabeza
“No puedes dejar que una actuación previa afecte la próxima...” dijo Herbert con convicción. Y es una frase que bien podría repetirse en los vestidores esta semana mientras los Chargers enfrentan un calendario corto y la presión de no descolgarse de los puestos de playoffs.
Herbert sabe lo que hay en juego. Es la cara de la franquicia y uno de los quarterbacks más talentosos de su generación. Pero ganar en la NFL no depende solo de talento. Sin una línea sólida, un apoyo terrestre mínimo y una defensa confiable, incluso los mejores se estrellan.
El elefante amarillo en la habitación
Además del nivel de juego, algunos fanáticos y analistas no pudieron evitar comentar sobre los brillantes uniformes alternativos completamente amarillos que usaron los Chargers. Una metáfora involuntaria pero precisa para un equipo que, plagado de lesiones, acabó resbalando —literal y figuradamente— hacia una derrota evitable.
La NFL, como siempre, no perdona. El margen entre victoria y derrota puede ser una yarda convertida, una intercepción menos, o una mejor decisión desde la banca. En 2025, los Chargers ya conocen al menos una versión de ese abismo.
Contexto en la AFC: el referente de los Colts
La derrota ante los Colts tampoco es un simple tropiezo. Indiana se ha consolidado como una de las sorpresas agradables del año: son el primer equipo con seis victorias y lideran la NFL con 232 puntos anotados, rendimiento que les otorga el cartel de contendientes serios.
La vara está alta en la Conferencia Americana. Y si los Chargers realmente quieren aspirar a algo más que una aparición en postemporada, deben reencontrar su identidad cuanto antes.
Lo que viene: una oportunidad en casa
Afortunadamente para los angelinos, el destino les entrega una nueva oportunidad casi inmediata. Este jueves, y sin salir de casa, recibirán a los Vikings en el SoFi Stadium. Con el recuerdo amargo de esta desastrosa actuación aún presente, es también una prueba de carácter.
“No podemos esperar a pasar la página,” dijo James. “Quiero sacarme este mal sabor de boca cuanto antes.”
¿Lo lograrán? Sólo el tiempo —y quizá un uniforme menos chillón— lo dirá.