Chipre al Borde del Abismo Político: ¿Más Cerca de Turquía o de Europa?

Las elecciones turcochipriotas reavivan el debate sobre la reunificación de la isla dividida y su futuro geopolítico

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La isla de Chipre vuelve a ser el epicentro de un complejo tablero político en Europa oriental. El pasado domingo, los votantes turcochipriotas acudieron a las urnas para decidir entre dos caminos radicalmente opuestos: uno marcado por una alineación cada vez más profunda con Turquía y otro que propone una apertura hacia Europa y un posible acercamiento con los grecochipriotas.

Una elección simbólica sobre el futuro de la isla

Con 218.000 votantes registrados en la autoproclamada República Turca del Norte de Chipre (RTNC), la elección del nuevo líder no solo concierne al norte de esta nación insular, sino también a las relaciones internacionales y la estabilidad regional en el Mediterráneo Oriental. Aunque siete candidatos compitieron por la presidencia, la carrera se centró en dos figuras clave: el actual líder Ersin Tatar y el ex primer ministro Tufan Erhurman.

Ersin Tatar: El camino hacia la 'solución de dos estados'

Ersin Tatar, de 65 años, es conocido por su enfoque rígido hacia una solución de dos estados para Chipre. Alineado profundamente con el presidente turco Recep Tayyip Erdogan, Tatar ha abogado por el reconocimiento internacional de la RTNC como un estado independiente y soberano. Para él, la paz solo puede lograrse con el reconocimiento explícito de que existen "dos pueblos, dos estados" en la isla.

Durante su mandato, Tatar ha seguido una agenda que estrecha los lazos económicos, sociales y políticos con Turquía. En un discurso reciente ante la Asamblea General de la ONU, Erdogan reiteró esta postura, solicitando al mundo un gesto que ningún país ha dado hasta ahora: el reconocimiento de la RTNC.

“Hay dos Estados separados en Chipre”, declaró Erdogan en septiembre de 2025. “Es tiempo de que la comunidad internacional los reconozca por lo que son.”

Tufan Erhurman: Federalismo como ruta hacia la reunificación

Tufan Erhurman, de 55 años y líder del Partido Republicano Turco (CTP), defiende con firmeza un modelo federal basado en una federación bizonal y bicomunal, el cual ha sido respaldado repetidamente por la ONU y la Unión Europea (UE). Según Erhurman, esta es la única vía viable para la reunificación de Chipre.

Erhurman ha criticado duramente a Tatar por su negativa a comprometerse en negociaciones de paz durante los últimos cinco años. Considera que se han perdido preciosos años en los que el norte se ha aislado cada vez más del mundo y ha sido arrastrado a un mayor tutelaje turco.

“No podemos permitir que la solución de dos estados se normalice. Necesitamos volver al acuerdo en el que se basaron todas las conversaciones de paz desde 1977”, ha afirmado.

Una isla dividida por la historia

Para entender la trascendencia de esta elección, es indispensable repasar los antecedentes históricos. Chipre ha permanecido dividido desde 1974, cuando Turquía invadió el norte de la isla en respuesta a un golpe de Estado respaldado por la dictadura militar griega que promovía la unificación con Grecia.

Desde entonces, el norte está ocupado militarmente por Turquía, que mantiene una presencia de más de 35.000 soldados. En 1983, se autoproclamó la RTNC, pero solo Turquía reconoce este estado. En contraste, el sur de la isla es controlado por la República de Chipre, reconocida internacionalmente y miembro de pleno derecho de la Unión Europea desde 2004.

La paradoja europea

Curiosamente, miles de turcochipriotas poseen pasaportes chipriotas reconocidos por la UE, lo que les permite viajar y trabajar en Europa como ciudadanos comunitarios. Sin embargo, viven en una región no reconocida donde las leyes europeas no se aplican directamente.

Este contraste ha generado una situación paradójica: una población que flirtea con Europa legalmente mientras su administración se acerca cada vez más a Turquía en la práctica.

La visión grecochipriota: Unidad bajo una sola soberanía

Desde el lado griego, cualquier intento de partición formal es inaceptable. El presidente chipriota Nikos Christodoulides ha declarado de forma tajante que no se entablarán conversaciones sobre la base de una solución de dos estados porque contravienen las resoluciones de la ONU y los tratados de la UE.

“Para nosotros, la única solución viable es una federación bizonal y bicomunal con una única soberanía internacional”, ha dicho reiteradamente Christodoulides.

Los grecochipriotas temen que una solución de dos estados sea el principio de una estrategia turca para obtener aún más influencia sobre toda la isla, consolidando su presencia militar y empujando a Chipre fuera de la órbita de la UE.

¿Qué está en juego?

Esta elección no es una simple contienda electoral local, sino un evento de alto impacto geopolítico. Las consecuencias podrían ser duraderas:

  • Una victoria de Tatar podría significar el fin de décadas de esfuerzos por la reunificación y un avance hacia la institucionalización del statu quo, legitimando aún más la ocupación turca del norte.
  • Una victoria de Erhurman mantendría viva la posibilidad de una solución negociada y acercaría al norte chipriota a estándares democráticos y legales más próximos a Europa.

El factor Erdogan

La influencia del presidente Erdogan no puede subestimarse. Durante los últimos años, Ankara ha invertido económicamente en el norte, ha enviado ayuda humanitaria y ha ejercido una influencia directa en las decisiones políticas de la RTNC.

Además, Erdogan ha utilizado la causa turcochipriota como parte de su retórica nacionalista para fortalecer su posición doméstica. Rescatar a "los hermanos de la isla" del aislamiento internacional ha sido una constante en sus discursos.

El apoyo internacional: una pieza ausente

Pese a los esfuerzos por internacionalizar el conflicto, la comunidad internacional ha mantenido una postura cautelosa. La ONU continúa recomendando negociaciones con base en una federación, mientras que la UE apoya plenamente al gobierno grecochipriota.

No obstante, la falta de presión efectiva para reanudar las conversaciones formales ha contribuido al estancamiento político, del cual se ha aprovechado Tatar para fortalecer su posición interna.

La polarización de la juventud turcochipriota

La juventud al norte del país enfrenta una disyuntiva existencial. Por un lado, observan las ventajas de la ciudadanía europea y sienten atracción por los valores democráticos; por otro, muchos dependen de los recursos económicos enviados desde Turquía.

En encuestas realizadas por el Instituto de Estudios del Mediterráneo Oriental (IMS), el 64% de los jóvenes entre 18 y 30 años afirman sentirse culturalmente más cercanos a Europa. Sin embargo, el 58% prefiere mantener vínculos económicos estrechos con Turquía, revelando la fragmentación emocional y sociopolítica de esta generación.

¿Un horizonte para la reconciliación?

Mientras el mundo observa con atención, la elección en el norte de Chipre puede marcar la pauta para una nueva etapa de diálogo o el momento determinante del punto de no retorno. La incógnita sigue siendo si la comunidad internacional tendrá la voluntad y las herramientas para reactivar el proceso de paz en un contexto regional cada vez más polarizado.

Como dijo recientemente el ex enviado especial de la ONU para Chipre, Espen Barth Eide: “O aprovechamos esta oportunidad para negociar un futuro común, o nos arriesgamos a dejar la isla atrapada para siempre en un limbo geopolítico”.

La próxima votación será algo más que una elección: será una decisión crítica sobre la identidad, la soberanía y la pertenencia en una de las islas con mayor carga simbólica de Europa.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press