Gaza: Entre cadáveres, acuerdos rotos y un pueblo atrapado entre el dolor y la guerra

La entrega de cuerpos de rehenes por parte de Hamas, el cierre del cruce de Rafah y el horror de los prisioneros palestinos liberados son ecos de un conflicto que resiste el fin

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Cruce de Rafah: símbolo de aislamiento

El cruce de Rafah, el único paso fronterizo entre Gaza y Egipto que no estaba controlado por Israel antes de la guerra, se convirtió en el epicentro de una lucha política y humanitaria. Desde su cierre en mayo de 2024, cuando Israel tomó control de su lado gazatí, miles de palestinos han quedado atrapados, sin poder acceder a atención médica, visitar a familiares en Egipto o simplemente escapar del horror.

La oficina del Primer Ministro Benjamin Netanyahu declaró que “la reapertura de Rafah depende de que Hamas cumpla su papel en el alto al fuego, que incluye la devolución de los restos de los 28 rehenes muertos”. Según funcionarios israelíes, Hamas ha entregado hasta ahora 11 de estos cuerpos.

La Autoridad Palestina anunció nuevos procedimientos para los gazatíes que deseen salir o entrar por Rafah. Para salir, deben acudir a funcionarios de la embajada palestina en El Cairo, que emitirán documentos de viaje temporales. La entrada a Gaza, en cambio, requiere una solicitud previa en la embajada para obtener los permisos necesarios.

Una guerra interminable: cifras y devastación

De acuerdo con el Ministerio de Salud de Gaza, controlado por Hamas, más de 68,000 palestinos han muerto desde el inicio del conflicto en octubre de 2023. La mayoría son civiles. Estas cifras han sido corroboradas como una estimación confiable por agencias de la ONU e investigadores independientes. Más de 1,200 israelíes, también en su mayoría civiles, murieron en los ataques iniciales de Hamas.

Además, 251 personas fueron secuestradas por milicianos en los ataques del 7 de octubre de 2023, dando inicio a una ofensiva israelí sin precedentes en Gaza. De todas las personas tomadas como rehenes, 28 siguen oficialmente clasificadas como fallecidas.

El dolor de los que regresan: el caso de Mohammed Abu Moussa

Mohammed Abu Moussa es uno de los más de 1,800 gazatíes liberados por Israel como parte del intercambio de rehenes bajo el reciente acuerdo de cese al fuego. Tras 20 meses detenido sin cargos, regresó a su tierra para encontrar un escenario dantesco y una tragedia familiar irreparable.

Al llegar a Gaza, fue recibido con abrazos por su esposa y sus dos hijos. Pero la sonrisa se congeló cuando preguntó por su madre. Su hermano evitó la mirada. Minutos después, la verdad fue revelada: su madre, hermana, sobrina, sobrinos y tíos murieron en un bombardeo israelí en julio, mientras se refugiaban en el centro de la Franja.

La primera tragedia de Abu Moussa llegó ocho días después del inicio del conflicto, cuando un misil destruyó su hogar en Khan Younis. Su hijo Youssef, de 7 años, fue llevado muerto al hospital donde trabajaba. También murieron su cuñada y sus dos hijos.

Un calvario sin justicia: testimonios de abusos en prisión

Abu Moussa fue arrestado en febrero de 2024 mientras evacuaba el hospital Nasser, donde trabajaba como técnico en radiología. Interrogado violentamente por el ejército israelí y enviado al campo militar de Sde Teiman y luego a la prisión del Negev, pasó 20 meses sin ser acusado formalmente.

Relata haber sido golpeado durante los interrogatorios, obligado a permanecer de rodillas por horas, y mantenido atado durante días. Las condiciones de higiene eran deplorables: casi todos los presos padecían escabiosis, una infestación por ácaros que causa picazón incontrolable.

No recibían tratamiento médico, tampoco ropa limpia. Muchos desarrollaban infecciones por heridas mal cuidadas. Un prisionero murió por una obstrucción del colon sin haber recibido atención médica, denuncia Abu Moussa.

“Nos trataban como animales”, resume Mohammed, con la voz rota.

Estas acusaciones coinciden con informes de la ONU. Según el organismo, al menos 75 palestinos han muerto en prisiones israelíes desde octubre de 2023, muchos de ellos víctimas de abusos que “equivalen a tortura”. Un joven de 17 años falleció por inanición, escabiosis e inflamación intestinal.

El Servicio Penitenciario de Israel se ha limitado a declarar que actúa de acuerdo a la ley israelí e internacional y que investiga denuncias específicas. El ejército, por su parte, niega la existencia de abusos sistemáticos.

Intercambio de cadáveres y presión internacional

A finales de octubre de 2025, Hamas entregó los cuerpos de dos rehenes muertos al Comité Internacional de la Cruz Roja. Uno fue identificado como Ronen Engel, de 54 años, asesinado durante los ataques del 7 de octubre en el kibutz Nir Oz. Su esposa y dos de sus tres hijos fueron liberados en noviembre de 2023.

Israel, en paralelo, ha repatriado los cuerpos de 135 palestinos muertos, lo que representa otro componente del proceso hacia un eventual acuerdo de paz.

La fase dos del plan de paz bajo discusión

Hamas anunció que ha comenzado conversaciones preliminares con mediadores internacionales para establecer las bases de la fase dos del llamado “Plan Trump”. Entre los puntos clave figura el desarme del grupo islamista y la creación de una autoridad respaldada internacionalmente que administre Gaza post conflicto.

Hazem Kassem, portavoz de Hamas, aclaró que su organización no pretende integrar el gobierno una vez finalizada la guerra. Dijo que hasta entonces, los organismos actuales seguirán funcionando “para evitar un vacío peligroso”.

Acusaciones cruzadas y nuevas tensiones

El Departamento de Estado de Estados Unidos lanzó una advertencia: “tenemos información creíble sobre un inminente ataque planificado por Hamas contra civiles palestinos en Gaza”. Hamas no respondió directamente, pero el Ministerio del Interior de Gaza, controlado por el grupo, indicó que sus fuerzas están patrullando tras la retirada del ejército israelí para restaurar la ley.

Sin embargo, testigos relatan que miembros de Hamas se enfrentaron con otros grupos armados en Ciudad de Gaza. Las escaramuzas terminaron con la ejecución pública de presuntos saqueadores y colaboradores israelíes, un acto condenado por múltiples organismos internacionales.

Entre el adiós y el olvido

Narraciones como la de Mohammed Abu Moussa visibilizan un drama que va más allá de estadísticas: la experiencia concreta de aquellos que han perdido todo sin haber empuñado jamás un arma.

Y mientras los líderes discuten acuerdos y fases negociadoras, la gente común sigue enterrando a sus muertos, atravesando calles en ruinas y tratando de reconstruir lo que alguna vez llamaron hogar.

“Solo quería volver a besar la mano de mi madre”, dijo Abu Moussa en lágrimas. “Y ya nunca podré hacerlo.”
Este artículo fue redactado con información de Associated Press