Huelga histórica en Kaiser Permanente: ¿el principio de una revolución laboral en la salud?
Decenas de miles de trabajadores de Kaiser Permanente pusieron en pausa su labor para exigir salarios justos y mejores condiciones. ¿Estamos ante un punto de inflexión en la atención médica estadounidense?
Un grito desde la primera línea de la salud
El sistema de salud estadounidense, uno de los más complejos y costosos del mundo, está atravesando un momento de profunda tensión. Miles de trabajadores de Kaiser Permanente —uno de los proveedores de salud más grandes del país— llevaron a cabo una huelga de cinco días en lo que muchos ya califican como la mayor protesta laboral en el sector médico en años recientes.
Entre el 10 y el 15 de octubre de 2023, alrededor de 30,000 empleados paralizaron sus labores en California, Hawái y Oregón, dejando temporalmente sin atención a centenas de hospitales y clínicas. El mensaje, sin embargo, fue fuerte y claro: Las condiciones actuales ya no son sostenibles ni para los pacientes ni para los profesionales médicos.
¿Por qué decidieron ir a huelga los trabajadores de Kaiser?
La razón principal: los salarios. Aunque también se denunciaron temas como la falta de personal y el agotamiento profesional, los trabajadores señalaron que los bajos sueldos están provocando una crisis de contratación y retención de profesionales, especialmente tras los arduos años de la pandemia.
Según datos del sindicato United Nurses Associations of California/Union of Health Care Professionals (UNAC/UHCP), muchas clínicas y hospitales operaban por debajo del 70% del personal necesario. Esto impacta directamente en la calidad de la atención a los pacientes y genera jornadas extenuantes para los pocos trabajadores disponibles.
“Nuestro sistema está fallando. Atendemos a miles de pacientes al límite de nuestras fuerzas físicas y emocionales, y aún así nos dicen que debemos conformarnos”, afirmó Sarina Roher, presidenta de la Oregon Federation of Nurses and Health Professionals.
La situación se volvió insostenible. A pesar de que Kaiser Permanente reporta ingresos multimillonarios, muchos trabajadores aseguraron ganar salarios que no se equiparan con la responsabilidad ni las exigencias del cargo. Por ejemplo:
- Un técnico de laboratorio reportó ganar $24/hora, tan solo un poco más que el salario mínimo en algunos lugares de California.
- En regiones como Hawái, donde el costo de vida es especialmente alto, los sueldos actuales no permiten cubrir el arriendo ni los gastos básicos.
Kaiser Permanente: una gigante bajo presión
Fundada en 1945, Kaiser Permanente opera bajo un modelo de atención integrada, con más de 12.6 millones de miembros, 600 clínicas y 39 hospitales. Últimamente, la organización ha enfrentado críticas por decisiones empresariales que priorizan la eficiencia económica por sobre el bienestar del personal clínico.
Durante la huelga, sus centros médicos continuaron funcionando gracias al respaldo de 6,000 trabajadores contratados temporalmente y directivos que asumieron tareas asistenciales. Sin embargo, múltiples reportes indicaron que la calidad de atención disminuyó notablemente. En redes sociales, pacientes reportaron retrasos, reprogramaciones y un sentimiento de abandono.
El contexto nacional: una ola creciente de sindicalización
La huelga de Kaiser no es un hecho aislado. Forma parte de una tendencia nacional de organización sindical que ha cobrado fuerza tras el impacto de la COVID-19. Desde 2020, sindicatos y trabajadores del sector salud han protagonizado manifestaciones en todo EE. UU.
Según la Oficina de Estadísticas Laborales de EE. UU. (BLS, por sus siglas en inglés), en 2022 hubo:
- Más de 120,000 empleados hospitalarios involucrados en huelgas.
- Un aumento del 17% en intentos de sindicalización entre personal de enfermería.
- Más de 2 millones de días laborales perdidos por movimientos huelguísticos en el sector salud.
Este fenómeno ha sido denominado por algunos analistas como “la rebelión de los esenciales”, un término que refleja la frustración de quienes fueron considerados héroes durante la pandemia, pero que ahora luchan contra el olvido y el desgaste profesional.
“Nos llamaban ‘héroes’, pero no podemos pagar el alquiler. Nos aplaudían a las 8 p. m., pero hoy estamos en huelga”, decía un cartel durante las protestas.
¿Qué sigue para Kaiser y sus trabajadores?
Tras el fin de la huelga, se retomarán las mesas de negociación. El sindicato ha advertido que, si no hay avances en materia de aumentos salariales y personal adecuado, podrían repetirse medidas de fuerza.
Por su parte, Kaiser Permanente emitió un comunicado expresando su respeto por el derecho de huelga, pero reafirmando que buscará soluciones “sostenibles y justas para todas las partes”. También aseguró que sus hospitales nunca dejaron de funcionar y que están comprometidos con mejorar las condiciones laborales “en la medida que sea razonable”.
Consecuencias a largo plazo: ¿el inicio de una transformación en la salud estadounidense?
Expertos en política pública y salud coinciden en que esta huelga podría sentar un precedente. Si bien EE. UU. tiene uno de los sistemas de salud más caros del mundo —gastando más del 17% del PIB en atención médica—, enfrenta uno de los peores ratios de personal por paciente en países desarrollados.
- De acuerdo con la OCDE, EE. UU. tiene 8.5 enfermeras por cada mil habitantes, por debajo de países como Alemania (13), Noruega (18) y Suiza (17).
- Más del 30% del personal en hospitales urbanos ha pensado en renunciar o reducir su carga laboral, según una encuesta de la American Nurses Association.
En este contexto, lo que está en juego no es solo el sueldo de los trabajadores de Kaiser, sino la sostenibilidad del sistema de salud general. La exigencia de salarios dignos, personal suficiente y condiciones laborales adecuadas no solo beneficia a los empleados: beneficia directamente al paciente.
El espíritu de los trabajadores se mantiene firme
La huelga ha terminado, pero el espíritu de lucha persiste. Muchos trabajadores han indicado que esta protesta no fue un evento aislado, sino el inicio de una nueva etapa de organización.
“Estamos cansados, pero más unidos que nunca”, dijo una enfermera en San Diego. “Estamos listos para pelear por nuestro derecho a cuidar sin descuidarnos.”
En definitiva, lo que ocurrió en Kaiser Permanente durante octubre de 2023 podría pasar a la historia como el primer capítulo de una nueva era en la atención en salud: una en la que el bienestar de quienes cuidan finalmente sea prioridad nacional.
Fuentes consultadas: Bureau of Labor Statistics (BLS), Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), declaraciones de UNAC/UHCP, Kaiser Permanente.