Adam Driver y su cruzada por el cine de autor en tiempos de franquicias
De 'Star Wars' a 'Ferrari': el actor se convierte en la voz de resistencia frente al Hollywood corporativo
El actor que desafía las reglas de Hollywood
En una época donde los estudios cinematográficos priorizan franquicias multimillonarias y efectos especiales, Adam Driver se ha convertido en una figura de resistencia dentro del cine contemporáneo. Aunque saltó al estrellato mundial interpretando a Kylo Ren en la más reciente trilogía de Star Wars, Driver siempre ha mantenido una fuerte conexión con el cine de autor, colaborando con directores conocidos por su visión artística antes que por sus taquillas.
“Empire Strikes Back es, para mí, el estándar de lo que deberían ser esas películas”, afirmó Driver durante una entrevista reciente. Su amor por el cine de carácter no es un simple gesto romántico: es una misión personal en una industria que parece cada vez más desconectada de su esencia creativa.
Una devoción por los directores, no por los éxitos comerciales
En pocos años, Adam Driver ha trabajado con algunos de los directores más importantes e influyentes de nuestro tiempo: Martin Scorsese, Steven Spielberg, Spike Lee, Michael Mann, Francis Ford Coppola, Jim Jarmusch y Steven Soderbergh, entre otros. Cada colaboración ha sido elegida con precisión y propósito, no por conveniencia comercial.
Una de sus últimas apuestas fue "Ferrari", dirigida por Michael Mann, un clásico en activo cuya visión cinematográfica ha marcado generaciones. El film, que costó cerca de $95 millones y terminó recaudando menos de la mitad a nivel global ($43.6 millones), podría considerarse un fracaso financiero. Para Driver, en cambio, fue una experiencia enriquecedora.
“Preferiría hacer cualquier cosa con Michael Mann que hacer una película sin alma por dinero”, dijo Driver con convicción.
La 'Star Wars' de Soderbergh que nunca veremos
Pese a su larga carrera en películas independientes, Adam Driver no descarta volver al universo que lo convirtió en una súper estrella. Desde 2021, estuvo en conversaciones con Kathleen Kennedy, presidenta de Lucasfilm, con la idea de regresar como Ben Solo, el verdadero nombre de Kylo Ren.
La propuesta era revolucionaria: una película titulada "La caza de Ben Solo", escrita por Scott Z. Burns y dirigida por Steven Soderbergh. Según Driver, el guion era “uno de los más increíbles en los que he trabajado”. Lucasfilm mostró interés, pero Bob Iger y Alan Bergman de Disney dijeron no. ¿La razón? No podían justificar cómo seguía vivo Ben Solo después de su aparente muerte en "The Rise of Skywalker".
El proyecto fue desechado por completo, dejando a los fanáticos con la eterna pregunta: ¿qué habría sido de una película de Star Wars hecha con la mano experta de Soderbergh y protagonizada por un Driver con libertad narrativa?
La fe de Driver en el cine artesanal
Lo que diferencia a Driver de muchos otros actores de su generación es su compromiso emocional con la integridad artística. En palabras del actor:
“Intentábamos hacer una película que fuera judicial con el uso del dinero, hacerla por menos presupuesto, pero con el espíritu de lo que esas películas son: hechas a mano y centradas en los personajes”.
En contraste, el Hollywood actual continúa apostando por fórmulas repetitivas: secuelas, remakes, superhéroes. Mientras Marvel lucha con una fatiga evidente entre sus audiencias y DC reinicia su universo cada pocos años, la visión de Driver resalta como un recordatorio de lo que Hollywood solía ser.
El alma rebelde de Coppola: "Megalopolis"
Otro de los proyectos recientes de Driver es "Megalopolis", una obra visionaria del legendario Francis Ford Coppola, financiada por el propio director con $120 millones de su bolsillo. Para Driver, este acto no es locura sino un gesto profundamente inspirador:
“Tal vez a la gente no les guste esas películas o no estén listos para ellas. Tal vez les parezcan aburridas. Pero el hecho de que Coppola haya tenido el valor de hacerla a su manera, eso es lo que más me conmovió”.
Megalopolis dejó una marca espiritual en Driver. Como él mismo admite, al grabarla sintió una libertad sin precedentes, una emoción que espera poder trasladar a cada nuevo papel.
Jim Jarmusch y el viaje íntimo del cine
Otra figura clave en la carrera de Driver es Jim Jarmusch, cineasta con el que ha trabajado ya en tres películas: Patterson (2016), The Dead Don’t Die (2019) y la más reciente "Father Mother Sister Brother" (2025).
Esta última, una historia coral que examina las relaciones familiares en tres actos, se estrenará el 24 de diciembre bajo el sello de Mubi. En ella, Driver comparte escena con Mayim Bialik y Tom Waits, formando un trío improbable pero poderoso.
Curiosamente, a pesar de ser actor, Driver evita ver sus propias películas. No por vanidad, sino por una razón más profunda: el miedo a arrepentirse de decisiones actuadas. “No quiero ver mi cara. No quiero vivir con el arrepentimiento de haber cometido un error frente a la cámara”, ha explicado.
¿Por qué importa Adam Driver hoy más que nunca?
En la era del streaming y el contenido viral, donde plataformas como Netflix lanzan más de 500 producciones al año, la figura de Adam Driver emerge como un símbolo de autenticidad artística. No solo elige trabajar con cineastas reconocidos por su visión, sino que defiende narrativas humanas, erráticas y hasta incómodas.
Mientras Hollywood reimagina su futuro con nuevas películas de Star Wars (como The Mandalorian and Grogu, con Jon Favreau, y Starfighter de Shawn Levy), queda la sensación de que se ha perdido una gran oportunidad con la visión que Driver y Soderbergh ofrecían.
En definitiva, Adam Driver representa el espíritu rebelde del verdadero cine. Un actor capaz de brillar tanto al lado de un sable láser como interpretando a Enzo Ferrari o compartiendo silencios profundos en los márgenes del cine más íntimo.
Su lucha no es solo artística, también es política: reclama un cine donde el director aún tenga voz, donde el personaje pese más que la taquilla, y donde contar historias signifique aún un acto de resistencia.