El Despertar del Lunes: Cómo una caída de Amazon Web Services paralizó al internet global

Snapchat, Fortnite, Signal, McDonald's y hasta Alexa cayeron por una simple falla técnica en la nube. ¿Debemos preocuparnos por esta dependencia?

Una mañana digital apagada

El pasado lunes, usuarios en todo el mundo comenzaron su día con una sorpresiva ausencia: no podían acceder a varias de sus aplicaciones y servicios digitales favoritos. Desde Snapchat, Fortnite y Roblox hasta Signal, Coinbase y hasta los sistemas de Ring y Alexa de Amazon dejaron de funcionar. ¿La causa? Un fallo en Amazon Web Services (AWS), la columna vertebral invisible de internet.

¿Qué es AWS y por qué importa tanto?

Amazon Web Services es el proveedor de servicios en la nube más grande del mundo. Ofrece potencia de cómputo, almacenamiento y servicios digitales a empresas, gobiernos y desarrolladores. Desde Netflix hasta la NASA, miles de organizaciones dependen de su infraestructura. De hecho, el 32% del mercado global de servicios en la nube le pertenece a AWS según datos de Synergy Research Group.

Aunque es menos visible para el usuario común, AWS está detrás de muchas aplicaciones que utilizamos cada día. Por tanto, cuando algo falla en sus sistemas, el impacto se siente en todo el ecosistema digital. Como dijo Patrick Burgess, experto en ciberseguridad del BCS británico: “El mundo ahora funciona en la nube”.

La falla del lunes: ¿Qué sucedió realmente?

Según el panel de salud de AWS, los primeros reportes de error surgieron a las 3:11 a.m. (hora del Este), cuando se detectaron “tasas elevadas de error y latencias” en múltiples servicios alojados en la región US-EAST-1, uno de los centros neurálgicos de Amazon.

La causa del problema se remontó a su Sistema de Nombres de Dominio (DNS), que traduce direcciones web legibles (como snapchat.com) en números IP comprensibles por los servidores. Cuando esta conversión falla, la experiencia digital se paraliza, sin importar si se trata de una videollamada o un pedido de hamburguesa.

Un vistazo de servicios afectados

  • Snapchat: Aplicación de mensajería y contenido social.
  • Fortnite y Roblox: Videojuegos con millones de usuarios diarios.
  • Signal: Aplicación de mensajería segura utilizada incluso por activistas y periodistas.
  • Coinbase: Plataforma de intercambio de criptomonedas.
  • Robinhood: Broker en línea que facilita la compra de acciones.
  • McDonald’s App: Clientes reportaron no poder hacer pedidos o recibir promociones.
  • Alexa y Ring: Dispositivos inteligentes de Amazon también fueron víctimas del propio problema.

Una nube, muchas grietas

No es la primera vez que ocurre una interrupción de esta magnitud. AWS ha experimentado caídas significativas en 2017, 2020, 2021 y 2023. En diciembre de 2021, una falla similar afectó operaciones durante más de 5 horas, impactando desde servicios de streaming hasta aerolíneas y concesionarios de autos.

La diferencia esta vez fue la velocidad de recuperación. Para las 6:30 a.m. del mismo día, Amazon reportó que “la mayoría de las operaciones de servicios AWS funcionaban con normalidad”. A pesar de eso, el impacto global ya estaba dado, y dejó una lección clara sobre la vulnerabilidad de nuestra infraestructura digital.

¿Ciberataque? No esta vez

En medio de un mundo hiperconectado, lo primero que se piensa frente a una caída masiva es un ciberataque. Sin embargo, AWS aclaró que el problema no fue causado por ninguna intrusión maliciosa, sino por un “problema técnico tradicional” asociado al DNS.

Burgess también descartó esa posibilidad al decir: “Esto parece un buen ejemplo de un problema de tecnología común y corriente. Algo falló y será arreglado por Amazon”. Aunque parezca una banalidad, este tipo de errores tienen consecuencias multimillonarias.

¿Qué tan dependientes somos?

La nube se ha convertido en el motor silencioso que impulsa desde el entretenimiento hasta la logística mundial. Las empresas ahora prefieren alquilar recursos digitales en lugar de invertir en infraestructura propia. Este modelo “as-a-service” ofrece flexibilidad, pero también centraliza el riesgo.

Según Canalys, Amazon, Microsoft (Azure) y Google Cloud dominan el 66% del mercado global. Esto significa que cualquier falla en uno de estos gigantes tiene el potencial de congelar la vida digital de millones en cuestión de minutos.

Una lección para gobiernos, empresas... y usuarios

La interrupción del lunes no solo recuerda la fragilidad de nuestro ecosistema digital, sino también la necesidad de diversificar riesgos. ¿Qué sucede si un gobierno tiene toda su base de datos alojada en una única nube? ¿Y si un hospital pierde acceso a su sistema durante una emergencia?

Expertos recalcan la necesidad de tener infraestructura redundante, protocolos de recuperación y una planificación orientada al “peor escenario posible”. El concepto de “multi-cloud” o estrategias híbridas (usar múltiples proveedores de nube) se vuelve cada vez más relevante.

El usuario como víctima invisible

Lo más paradójico es que, aunque la falla fue de Amazon, los afectados culparon a las apps que utilizan. Burgess lo explica claramente:

“Los usuarios no ven a Amazon. Solo ven que les falla Snapchat. De ahí que sea difícil para ellos entender qué está pasando realmente.”

Este fenómeno es común dentro del modelo de cloud computing, donde la mayoría desconoce quién provee la infraestructura detrás del servicio que usa. Y eso es un riesgo en sí mismo.

¿Qué pasaría si la nube cayera por completo?

Un escenario apocalíptico, pero no imposible. Una interrupción masiva y prolongada de AWS, Azure y Google Cloud a la vez podría paralizar sectores como:

  • Finanzas: Bancos, brokers y criptomonedas dependen de la nube para procesar transacciones.
  • Salud: Expedientes médicos y sistemas de citas médicas están digitalizados en su mayoría.
  • Educación: Plataformas como Moodle o Google Classroom desaparecerían temporalmente.
  • Logística: Compañías como FedEx, Amazon y supermercados coordinan todo digitalmente.

Y como ya vimos, hasta las aplicaciones de comida rápida quedarían fuera de servicio.

¿Estamos preparados?

El incidente reveló nuestra fragilidad digital. No basta con tener plataformas modernas, sino asegurar que puedan soportar fallos inevitables. Y sobre todo, requiere que gobiernos, empresas y usuarios entiendan que el internet no es infalible.

Es muy probable que este evento acelere debates sobre soberanía tecnológica, regulación del cloud computing y ciberseguridad. Y tal vez lo más importante es que nos obliga a repensar qué tan segura y resiliente es realmente la infraestructura que sostiene nuestra vida digital.

Cuando el mundo digital se apaga, todos sentimos el apagón.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press