Publicidad en el campo: El nuevo juego del fútbol americano universitario
Cómo los logotipos corporativos están transformando el deporte universitario en EE.UU.
El negocio detrás de los logos en el emparrillado
Lo que alguna vez fue territorio sagrado para la tradición universitaria está cambiando rápidamente. Desde 2023, y tras décadas de restricciones, la NCAA permitió que los equipos de fútbol americano universitario en Estados Unidos comenzaran a añadir logotipos de patrocinadores directamente en los campos de juego. Esta movida ha provocado un debate intenso sobre la comercialización de uno de los últimos bastiones del amateurismo deportivo.
En la temporada 2025, equipos icónicos como Texas Longhorns, Alabama Crimson Tide y el Oklahoma Sooners ya han pintado patrocinadores a ambos lados de sus líneas de 25 yardas. La “sagrada” marca universitaria ahora convive con marcas como Riverwind Casino, YellaWood y Amica Mutual Insurance.
Las razones económicas que impulsan la decisión
El contexto detrás de esta transformación no es trivial. Con el reciente settlement legal que obliga a las universidades a compartir hasta 20.5 millones de dólares en ingresos con los atletas, muchas instituciones educativas están bajo presión para encontrar nuevas fuentes de ingresos. Según el director atlético de Fresno State, Garrett Klassy:
“Esta actualización no trata de quitar nada, sino de encontrar todas las formas posibles para devolver recursos a nuestro programa.”
No se trata solo de grandes ligas. Fresno State, perteneciente a la Mountain West Conference, reemplazó su tradicional “V” verde —símbolo del Valle de San Joaquín— en el centro del campo por logotipos del Table Mountain Casino. Incluso los programas más modestos están recurriendo a la comercialización como herramienta fundamental de sostenibilidad.
Una tendencia irreversible: los pioneros
Texas fue uno de los primeros en adoptar esta medida durante la temporada 2024 al colocar logotipos de Humann, empresa asociada desde hace años a la institución. Aunque su director atlético, Chris Del Conte, había dicho antes que no considerarían esta acción, el potencial económico, aunque “no necesario” según sus palabras, fue suficiente impulsor.
Universidades como Penn State agregaron logos a sus zonas de anotación, mientras que Alabama integró el lema “Build Giants” de su colaboración con el programa del U.S. Navy. LSU colocó Venture Global en el legendario estadio Death Valley. En South Carolina, la maquinaria pesada de Blanchard Cat marca territorio en sus 25 yardas.
El entrenador de fútbol de Auburn, Hugh Freeze, expresó:
“No podríamos funcionar en el clima actual sin la calidad de los benefactores que tenemos… muchos han dado un paso adelante con nuevas iniciativas que reflejan una era diferente.”
Un terreno resbaladizo: ¿Dónde trazar la línea?
Sin embargo, no todos están convencidos de esta tendencia. Troy Dannen, director atlético de Nebraska, ha optado por esperar antes de implementar logotipos comerciales en el emblemático Memorial Stadium. Su argumento es claro: “Queremos entender el verdadero valor del mercado antes de tomar una decisión apresurada.”
Se trata de una estrategia bien fundamentada. Mientras unos equipos ya monetizan su campo con logotipos, otros toman nota para no vender barato su preciado espacio de branding. El desequilibrio financiero cada vez más visible entre programas ricos y modestos también juega un rol clave en estas decisiones.
Del césped al uniforme: el siguiente paso
Los campos fueron solo el comienzo. La NCAA actualmente estudia la posibilidad de permitir logos en los uniformes, una práctica que ya tiene precedentes en deportes como la NBA y la MLS. De aprobarse, se abriría una dimensión completamente nueva para la publicidad en el deporte universitario.
Jeff Perlman, periodista deportivo y autor, advirtió en una entrevista para NPR:
“Estamos viendo la desaparición del amateurismo universitario tal como lo conocíamos. Y aunque sea inevitable, deberíamos preguntarnos si esto va en beneficio del estudiante-atleta o solo del bolsillo institucional.”
¿El fin del deporte universitario romántico?
Muchos nostálgicos ya lamentan la pérdida del carácter clásico y puro que solía acompañar al fútbol americano universitario. La introducción de logos ha generado una reacción divida entre aficionados. Algunos aprecian la transparencia y la búsqueda de sostenibilidad; otros sienten que se está comercializando en exceso un espacio que debería enfocarse en desarrollo académico y deportivo.
Esto es especialmente relevante dados los vínculos crecientes entre universidades e industrias corporativas. Si bien antes las contribuciones eran silenciosas o limitadas a donaciones de edificios o infraestructuras, ahora las marcas están jugando en primera línea de fuego visual durante cada transmisión televisiva.
La evolución de las reglas del juego
En 2023, la NCAA derogó oficialmente una prohibición de décadas contra anuncios publicitarios en el campo. Según la propia organización, se trató de una respuesta estructural a la nueva economía del deporte universitario. Con el auge del Nombre, Imagen y Semejanza (NIL, por sus siglas en inglés), atletas pueden monetizar su identidad y las universidades buscan mecanismos para no dejar de competir financieramente.
Y es que la economía manda. Según un análisis de Forbes, la Universidad de Alabama generó más de $214 millones en ingresos deportivos en 2022, mientras que programas más pequeños luchan por llegar a los $30 millones. Abrir el campo a anunciantes nivela, en cierta medida, el terreno de juego financiero.
¿Qué viene después?
- Uniformes con patrocinio: se estaría valorando integrarlos desde la temporada 2026.
- Más presencia en redes sociales: acuerdos con marcas para apariciones en TikTok y Reels de atletas universitarios.
- Derechos de transmisión personalizados: paquetes exclusivos patrocinados por marcas que financien becas directamente.
A medida que el deporte universitario se acerca a un modelo casi profesional, la pregunta más importante no es si veremos más cambios, sino cuándo y hasta qué punto.
La tradición puede seguir viva, pero ahora está firmando contratos con patrocinadores.