La caída de los Buccaneers y el legado de Belichick: luces y sombras en la NFL actual

Del tropiezo de Tampa Bay frente a Detroit a la candidatura de Bill Belichick al Salón de la Fama, el último capítulo de la NFL resume crisis, pérdidas y grandeza histórica

Una noche para el olvido: los Buccaneers se estrellan en Detroit

Lo que se perfilaba como una consagración para Baker Mayfield y los Tampa Bay Buccaneers terminó siendo una dolorosa llamada de atención. Ante unos Detroit Lions diezmados por lesiones en su secundaria titular, los Bucs cayeron por 24-9 en una noche en que nada funcionó. El partido no solo dinamita las aspiraciones de dominio de Tampa Bay en la NFC, sino que deja preocupantes bajas y un desempeño que plantea más preguntas que respuestas.

La ofensiva de los Bucs, irreconocible

Mayfield, que venía generando revuelo como uno de los quarterbacks más eficientes de la NFL en las primeras seis semanas, se mostró errático. Lanzamientos imprecisos, poca química con sus receptores y una línea ofensiva que no estuvo a la altura marcaron su peor actuación del año. El equipo solo acumuló 41 yardas terrestres, la cifra más baja en la temporada para ellos.

La lesión de Mike Evans —fractura de clavícula y conmoción cerebral en su primer juego tras un mes fuera— es un golpe que puede tener implicaciones severas para lo que resta de temporada. Evans lleva 11 años consecutivos superando las 1,000 yardas por aire, una hazaña solo igualada por Jerry Rice.

Además, el equipo no pudo contar con Bucky Irving (corredor), Chris Godwin (fibula) ni Luke Haggard (hombro). En lugar de una ofensiva temible, Tampa mostró una cara inoperante y deslucida.

Errores defensivos que cuestan caro

Aun cuando la defensa logró contener a Detroit en algunas terceras oportunidades, múltiples penalizaciones —especialmente de los esquineros Jacob Parrish y Jamel Dean— extendieron jugadas claves que terminaron en touchdowns para los Lions.

Además, una defensa terrestre que era la quinta mejor de la NFL permitió 164 yardas por tierra, con un escandaloso promedio de 5.1 yardas por acarreo. El touchdown de 78 yardas de Jahmyr Gibbs fue una muestra clara de malas coberturas y fallos en el tacleo.

Lo que se salva: Cade Otton al alza

El ala cerrada Cade Otton fue uno de los pocos puntos positivos para los Bucs. Con 7 recepciones para 65 yardas en 9 intentos, demostró que puede asumir un rol protagónico en ausencia de Evans y Godwin.

La encrucijada de Mayfield

“Si tu mariscal no está afinado, tienes que ayudarlo con el juego terrestre o los pases pantalla”, admitió el entrenador Todd Bowles. Fue una crítica velada a Mayfield y un llamado de atención a su coordinador ofensivo, Josh Grizzard.

Ahora los Buccaneers (5-2) deben reponerse rápido. Su próximo partido es contra los Saints (1-6), su rival divisional, con la oportunidad de no perder el empuje antes de su semana de descanso.

Steelers y la pérdida de un bastión: Miles Killebrew fuera el resto del año

En Pittsburgh, el coach Mike Tomlin confirmó la baja de Miles Killebrew, quien pasó por el quirófano tras rompérsele los ligamentos de la rodilla. Killebrew, dos veces invitado al Pro Bowl como especialista en equipos especiales, era una pieza clave cuya ausencia obliga al equipo a reconfigurar parte de su estructura.

Killebrew acumuló cinco tacleadas esta temporada y era el 'protector personal' en despejes. Aunque Jabrill Peppers lo reemplazó en ese rol temporalmente, Tomlin fue claro: “Eso tiene que ganarse con el tiempo”.

Los Steelers (4-2) enfrentan este domingo a los Green Bay Packers (4-1-1), y aunque no tienen grandes preocupaciones de salud en general, la ausencia de Killebrew es considerable.

El legado de un titán: Bill Belichick candidato al Salón de la Fama

En medio del caos actual, la historia nos ofrece un respiro con potencial de homenaje. Bill Belichick, considerado uno de los entrenadores más grandes en la historia de la NFL, ha sido nominado como uno de los 12 finalistas para el Salón de la Fama de la NFL 2026.

La nueva reglamentación permite que un coach sea considerado solo un año después de retirarse, criterio que Belichick cumple tras su salida de los New England Patriots en 2023. El entrenador de seis anillos no solo dominó dos décadas con Tom Brady, sino que fue arquitecto de una dinastía sin precedentes: nueve apariciones en Super Bowl y 333 victorias (2.º lugar histórico detrás de Don Shula, con 347).

Belichick también ganó dos Super Bowls como coordinador defensivo con los New York Giants. En total, estuvo presente en ocho anillos de campeonato.

Un selecto grupo de leyendas entre los finalistas

  • Tom Coughlin: Dos veces campeón con los Giants. Legendaria victoria ante los Patriots en la temporada invicta de 2007 y repetición en 2011.
  • Mike Shanahan: Dos Super Bowls con los Broncos y mentor de una camada de discípulos hoy con éxito en la NFL: McVay, McDaniel, LaFleur y más.
  • George Seifert: Lideró a los 49ers a dos títulos como coach tras suceder a Bill Walsh.
  • Mike Holmgren: Campeón con Green Bay en 1996, con paso exitoso también en Seattle.

Otros nombres ilustres como Marty Schottenheimer, Buddy Parker y Dan Reeves también forman parte de la competencia. El comité seleccionará a nueve semifinalistas, de los cuales saldrá un finalista cuya elección requerirá el 80% de los votos.

¿Méritos suficientes?

La figura de Belichick como estrella multifacética —estratega defensivo, constructor de talento y maestro de la preparación— es prácticamente incuestionable. Si bien tras la era Brady sus equipos no fueron igual de exitosos, su legado ya era inamovible.

Actualmente, entrena fútbol americano universitario en la Universidad de Carolina del Norte, donde lleva un modesto récord de 2-4. Aun así, su reinvención y amor por el deporte siguen intactos.

De tropiezos presentes a gloria eterna

Mientras los Buccaneers lidian con pérdidas físicas y de rumbo, otros como los Steelers deben encontrar nuevas formas de sostener sus estructuras tras perder piezas cruciales. En medio del caos siempre aparece la historia para darnos perspectiva: la NFL es demasiado cambiante como para refugiarse únicamente en lo inmediato.

La caída de Tampa Bay no debe escalarse a la categoría de crisis total tan rápido como se les elevó a contendientes. Lo mismo vale para Belichick: si bien su última etapa fue discreta, el peso de sus logros no tiene parangón. La NFL, como la vida, exige equilibrio entre la pasión del presente y el respeto por el legado.

“No te defines por tu último partido, sino por todo lo que construiste antes de él”, decía Bill Parcells. Y su discípulo más brillante parece estar próximo a tener su merecido homenaje en Canton.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press