Sanae Takaichi: El Ascenso de la Dama de Hierro Japonesa

La nueva primera ministra de Japón marca un giro conservador y promete emular a Shinzo Abe con políticas audaces en defensa, economía y reformas sociales

Sanae Takaichi ha hecho historia al convertirse en la primera mujer en ocupar el cargo de primera ministra de Japón. Pero no se trata solo de romper el techo de cristal: Takaichi trae consigo una visión firme y conservadora que ha sido comparada ya con la de su mentor político, el fallecido Shinzo Abe. Su triunfo no solo reconfigura el panorama político japonés, también plantea una serie de interrogantes sobre el rumbo que podría tomar la tercera economía más grande del mundo.

¿Quién es Sanae Takaichi?

Takaichi, de 62 años, es una política experimentada. Exministra del Interior y de Comunicaciones, es conocida por su estilo directo, su afición a las motocicletas y al heavy metal, y su ideología ultraconservadora. Aunque ha sido una figura prominente dentro del Partido Liberal Democrático (PLD), su ascenso al máximo cargo es un parteaguas en la tradicionalmente patriarcal política japonesa.

Su elección se logró tras una alianza entre el PLD y el Partido de Innovación de Japón, asegurando una mayoría en la Dieta —la cámara baja del parlamento japonés— con 237 votos. Fue una jugada estratégica tras las pérdidas significativas sufridas por el PLD en las elecciones generales, que derivaron en la renuncia del ahora ex primer ministro Shigeru Ishiba.

Las bases de "Sanaenomics": Un nuevo enfoque económico

Al igual que "Abenomics" —el plan económico que llevó adelante Shinzo Abe—, la naciente política económica de Takaichi ya ha sido bautizada como "Sanaenomics". Sus pilares se centran en extender los estímulos fiscales, mantener el acceso a crédito barato y aumentar el gasto público, especialmente en defensa. Bajo sus propias palabras:

"Quiero enfocarme primero en enfrentar el aumento de los precios al consumidor."

En efecto, la inflación en Japón ha superado el objetivo del 2% del Banco de Japón y ronda actualmente el 2.5 al 3%. La combinación de inflación y estancamiento salarial ha golpeado el poder adquisitivo de los japoneses. Según datos del Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar, los salarios reales solo superaron el promedio de 1997 en el año 2024 por primera vez en tres décadas.

Sin embargo, Takaichi ha expresado oposición a la subida de tasas de interés, lo que alimenta dudas sobre la sostenibilidad financiera a largo plazo, dadas las presiones inflacionarias y un yen debilitado frente al dólar.

La demografía como bomba de relojería

Japón enfrenta una crisis demográfica sin precedentes. Su población no solo disminuye, también envejece a un ritmo acelerado. Para el año 2050, se espera que el 40% de los japoneses tenga más de 65 años.

Takaichi ha propuesto incentivos fiscales a empresas con guarderías e incluso deducciones tributarias a las familias que gasten en cuidados infantiles. Sin embargo, expertos sostienen que estas medidas marginales no abordan los principales factores que explican la baja natalidad, como el estancamiento salarial y la cultural laboral hostil a la conciliación familiar.

Hacia una postura militar fortalecida

Una de las líneas más claras de la política de Takaichi es su visión agresiva respecto a la defensa y seguridad nacional. Inspirada por Abe, propone fortalecer la alianza con Estados Unidos y aumentar el gasto en defensa, el cual actualmente representa un 1% del PIB, uno de los más bajos del G7.

Tras su elección, las acciones de empresas militares como Mitsubishi Heavy Industries, Yaskawa Electric y Japan Steel Works se dispararon. Para muchos inversores, Takaichi es una apuesta segura para el rearme japonés. Tal como lo expresó el analista de Nomura Holdings, Hiroshi Takeda:

“Los bastiones electorales conservadores celebran no solo por la histórica elección de una mujer, sino por lo que esto representa a nivel geopolítico.”

Takaichi no ha ocultado su afinidad con Estados Unidos y su intención de mantener relaciones cercanas con el presidente Donald Trump, siguiendo el ejemplo de Abe. Recién elegida, ratificó el controvertido acuerdo de $550 mil millones con EE.UU. en ayuda bilateral.

Resistencia interna: las trabas del poder fragmentado

La política japonesa está fragmentada por feudos hereditarios y divisiones internas dentro del PLD. Los primeros ministros suelen tener períodos cortos en el poder. En los últimos 15 años, Japón ha tenido más de ocho primeros ministros, lo que ilustra la inestabilidad endémica del sistema.

Pese a su alianza con el Partido de Innovación de Japón, Takaichi requerirá apoyo de otras fuerzas, desde la extrema derecha hasta el Partido Comunista Japonés, para sacar adelante proyectos legislativos importantes. Esta diversidad ideológica complica la posibilidad de reformas estructurales profundas.

La paradoja de empoderar sin modificar estructuras

Paradójicamente, aunque se ha convertido en símbolo del empoderamiento femenino en el país, Takaichi es conocida por sus posturas conservadoras respecto a derechos de las mujeres y diversidad de género. Se ha opuesto al uso compartido del apellido en matrimonios y ha mantenido un discurso tradicionalista sobre los roles de género.

Aun así, su liderazgo podría abrir un camino simbólicamente importante para futuras generaciones de mujeres japonesas. Como señaló la politóloga Noriko Hama:

“No es una feminista. Pero el solo hecho de que una mujer haya alcanzado este puesto en Japón no debe subestimarse.”

Expectativas internacionales y regionales

En el ámbito internacional, Takaichi se esfuerza por reposicionar a Japón como un actor protagónico en seguridad regional. En medio de tensiones con China y Corea del Norte, se espera que aumente la cooperación con EE.UU. y que impulse reformas constitucionales para permitir a Japón tener “una defensa ofensiva”.

Idea que no ha estado exenta de conflicto. Su visita al polémico Santuario Yasukuni, donde se veneran a varias figuras vinculadas a crímenes de guerra de la Segunda Guerra Mundial, generó tensiones diplomáticas con Corea del Sur y China. El gobierno de Beijing lo consideró una provocación.

El futuro de Sanaenomics: ¿continuidad o ruptura?

La política económica, demográfica y militar de Takaichi parece una mezcla entre pragmatismo electoral y pura continuidad del legado Abe. Pero el clima social ha cambiado y la población japonesa, particularmente los jóvenes, se encuentra cada vez más escéptica ante promesas vagas y prioridades militares en medio de crisis económicas domésticas.

Sus próximos desafíos incluirán cómo manejar el endeudamiento público japonés, que ya representa cerca del 266% del PIB, según cifras del Fondo Monetario Internacional. Un nivel que pocos países desarrollados pueden permitirse mantener.

¿Podrá Takaichi trascender la sombra de Abe?

La historia juzgará si Sanae Takaichi logra consolidarse en el tiempo como una reformista con mano dura o quedará como una figura simbólica en un sistema que aún no asimila plenamente el liderazgo femenino. Lo que es innegable, por ahora, es que el Japón político ha entrado en una nueva era… con nombre de mujer.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press