Freddie Freeman: Entre dos patrias y el alma de una dinastía

El primera base de los Dodgers no solo es pieza clave en la historia moderna del béisbol, sino también un puente emocional entre Canadá y Estados Unidos

Un campeón con alma canadiense y corazón californiano

Freddie Freeman está viviendo una temporada de reencuentros. No solo con sus raíces canadienses, sino también con su legado familiar —uno que trasciende la línea de cal y el diamante del estadio. Cuando los Dodgers de Los Ángeles abran el telón de la Serie Mundial contra los Blue Jays de Toronto, el vínculo personal de Freeman con Canadá llenará de significado cada jugada, cada ovación y cada lanzamiento.

Los padres de Freeman son oriundos de Ontario: su padre Fred es de Windsor y su madre, Rosemary, era de Peterborough. Aunque nació en Fountain Valley, California, el corazón de Freddie tiene una señal clara hacia el norte. "Cada vez que regreso, siento que estoy más cerca de mi mamá", declaró recientemente. Rosemary falleció de melanoma —el tipo de cáncer de piel más agresivo— cuando Freddie tenía apenas 10 años. En un gesto silencioso pero constante, juega con mangas largas como tributo y protección familiar.

Más que un jugador, un puente entre países

Freeman posee la ciudadanía canadiense y estadounidense. No es casualidad que haya elegido representar a Canadá en los Clásicos Mundiales de Béisbol de 2017 y 2023. Es un tributo activo y personal a su madre, cuya cultura y valores siguen presentes en su vida.

En 2023 contó una anécdota que revela esa conexión profunda: "Tenía ocho años y estábamos en un partido de los Angels. Sonaba el himno canadiense, yo estaba sentado comiendo palomitas, y sentí como si alguien me arrancara del asiento. Era mi mamá", dijo conmovido.

Cuando los Dodgers juegan en Toronto, siempre espera un sobre en su casillero. “Algún primo lejano encuentra fotos viejas en un garaje y me las da”, dijo. Es una muestra del lazo que todavía existe con la extensa, y a veces desconocida, familia canadiense.

Una dinastía en construcción

Freeman no es solo una historia emotiva; es el eje ofensivo de una generación dominante de los Dodgers. Desde que se unió al equipo en 2022, ha sido protagonista de momentos épicos: walk-offs, series decisivas y, por supuesto, el MVP de la Serie Mundial pasada.

Los números no mienten: los Dodgers han ganado 12 de las últimas 13 divisiones de la Liga Nacional. Han llegado a cinco Series Mundiales en nueve años y buscan su tercer título en seis temporadas. Eso los coloca cerca del codiciado estatus de "dinastía", un término debatido en los círculos del béisbol, pero cada vez más difícil de ignorar.

Conseguir uno ya es difícil. Si logras tres en cinco o seis años, creo que se puede usar esa palabra”, dijo Freeman con cautela. Dave Roberts, manager del equipo, lo resumió sin pretensiones: “El legado, el hablar de dinastía… son temas que otros pueden debatir. Nosotros solo queremos jugar”.

¿Qué es una dinastía en el béisbol moderno?

Históricamente, hay pocas dudas sobre qué equipos pueden llevar ese título:

  • Yankees 1949-53: cinco títulos consecutivos
  • Athletics de Oakland 1972-74: tres campeonatos
  • Yankees 1998-2000: tres al hilo

Pero en la era de los comodines y playoffs extendidos, la excelencia sostenida pesa más que nunca. El historiador oficial de MLB, John Thorn, comentó: “Hoy en día, una dinastía se define por banderines o títulos divisionales consecutivos, no exclusivamente por títulos de Serie Mundial”.

La serie contra Toronto: historia, emoción y algo más

Freeman no está pasando su mejor momento ofensivo en estos playoffs: batea .231 con un solo jonrón y cinco impulsadas en nueve juegos. Sus 11 ponches en 39 turnos están por encima de su promedio de postemporada, pero Dave Roberts aún confía: "Cada vez que entra al cajón, siento que hará algo grande".

Y si hay un lugar donde el destino podría sonreírle de nuevo, es Toronto. El Rogers Centre es más que un estadio para Freddie; es una especie de templo emocional. En los pasillos del estadio, comparte recuerdos con su padre, quien lo acompaña en esta Serie, tal como lo hizo cuando conectó el grand slam que definió el primer partido de la Serie Mundial pasada ante los Yankees.

Betts, Snell, Yamamoto y el motor Dodger

El equipo actual de los Dodgers ofrece una mezcla letal de veteranía, juventud y una rotación de lanzadores diseñada para postemporada. Mookie Betts, otra figura icónica, evita hablar de dinastía y se enfoca en el trabajo: “No sé qué hace falta para que te llamen así, pero me concentro en competir cada día”.

La fórmula de éxito es clara. La consistencia en temporada regular —con años como 2022, donde ganaron 111 juegos— combinada con jugadores clutch como Freeman y lanzadores como Yoshinobu Yamamoto, quien hará su debut en la Serie Mundial, representa el modelo Dodger.

Freeman y el Salón de la Fama

Más allá del impacto colectivo, Freeman está construyendo un currículum de Salón de la Fama. Con una carrera sobre .300 de promedio, más de 1,000 carreras impulsadas, y factores intangibles como su liderazgo y conexión emocional con múltiples generaciones de fanáticos, su camino parece inevitable.

Todos queremos eventualmente estar en Cooperstown, esa es la meta”, dijo Betts, y aunque hablaba de sí mismo, bien pudo haber descrito el destino de Freeman.

El regreso a casa: Una Serie con doble significado

Freddie Freeman regresa a Canadá, no solo como ídolo deportivo, sino como hijo, sobrino, primo y legado viviente de una madre que sigue siendo su fuerza silenciosa. En cada batazo, hay más que estrategia y técnica: hay memoria, respeto y tributo.

Para muchos jugadores, una Serie Mundial es la cúspide de la ambición deportiva. Para Freeman, es también un viaje al pasado, una conexión con su origen, y quizá el capítulo más emotivo de su carrera estelar.

“Preferiría estar acalorado unas horas que pasar por quimioterapia”, dijo alguna vez al explicar por qué juega con mangas largas. En esa frase se resume quién es este hombre: luchador, resiliente y, ante todo, humano.

Así que cuando suene el himno canadiense en Toronto y Freeman alce la cabeza mirando al cielo, no sólo estará representando a los Dodgers o a un país. Estará rindiendo honor a una madre, a una familia y a una historia que trasciende el deporte.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press