Los rancheros de EE.UU. vs. la carne argentina: una lucha política con sabor a bifes

Mientras el gobierno de EE.UU. busca bajar los precios de la carne, los ganaderos protestan y los granjeros esperan ayudas bloqueadas por el cierre federal

Cuando el presidente Donald Trump anunció su intención de importar más carne de Argentina en un intento por frenar los altos precios de la carne vacuna en los supermercados estadounidenses, desató una tormenta de críticas desde uno de sus bastiones políticos más sólidos: el campo.

Importaciones de carne desde Argentina: ¿alivio o amenaza?

En octubre de 2025, el gobierno de Trump propuso aumentar las importaciones de carne vacuna desde Argentina. El objetivo era claro: combatir los precios récord de la carne en EE.UU. y brindar un respiro a consumidores golpeados por la inflación.

Las intenciones, sin embargo, no fueron bien recibidas por los rancheros estadounidenses. Muchos de ellos están atravesando una etapa atípicamente rentable luego de años marcado por crisis climáticas, enfermedades del ganado y mercados volátiles. Para ellos, la llegada de carne sudamericana equivaldría a una competencia externa en un delicado momento de recuperación.

"Traer carne de Argentina no solo pone en riesgo nuestros ingresos, sino también la seguridad alimentaria del país. Nuestro ganado cumple con normas sanitarias estrictísimas, ¿podemos decir lo mismo de otros países?" declaró Mark Duvall, presidente del American Farm Bureau Federation.

Crisis económica + cierre del gobierno = tensión en el campo

Además del problema de las importaciones, el campo estadounidense enfrenta otro frente de batalla: la paralización del gobierno federal, que ha dejado bloqueadas ayudas agrícolas por más de $3.000 millones de dólares. Estos fondos vitales provienen de programas como subsidios por desastres naturales, créditos agrícolas subsidiados, seguros de cosechas y el muy debatido "farm bill".

Para aliviar la presión, el Departamento de Agricultura (USDA) reabrió recientemente 2.100 oficinas de servicio agrícola en todo el país. Aunque muchos empleados federales siguen sin paga durante el cierre, las oficinas funcionarán con dos empleados por sede, garantizando que los productores puedan acceder a los programas más urgentes.

“Con la cosecha en marcha, los productores no pueden darse el lujo de esperar. Estos programas son esenciales para que los agricultores puedan continuar con sus operaciones”, dijo el Senador John Hoeven (R-ND).

¿Un acto de apoyo o un movimiento político?

Algunos sectores ven esta reapertura parcial como una maniobra política. Los demócratas del Comité de Agricultura en la Cámara de Representantes fueron contundentes en sus redes sociales: “El presidente y el secretario de agricultura podrían haber apoyado al campo desde el inicio. En lugar de eso, decidieron usar el dolor de los agricultores como moneda de cambio en una disputa política partidista”.

La crítica apunta a que, cuando el presidente Trump necesitó reforzar apoyo entre sus votantes rurales durante el cierre, rápidamente movilizó recursos. Pero, ¿por qué no lo hizo antes?

El dilema de la política rural: ¿quién protege a quién?

Lo cierto es que el conflicto revela contradicciones en la estrategia del gobierno. Por un lado, busca ayuda urgente para el campo estadounidense (uno de sus electorados más fieles). Por otro, impulsa políticas como las importaciones de carne argentina, que pueden socavar el sustento de esos mismos votantes.

El plan de permitir mayores importaciones de carne de Argentina coincide con un año particularmente sensible para los productores. Los precios de la carne han alcanzado picos históricos, y la demanda interna se mantiene sólida. Muchos criadores de ganado veían este momento como una oportunidad rara para recuperar lo perdido durante años complicados.

"Después de años de márgenes negativos, nos va bien por primera vez. Ahora nos dicen que importarán carne barata desde el sur. Nos están matando con éxito", dijo Cody Hanson, criador de ganado de Texas.

Beyond Meat como contraste: ¿alternativa ganando terreno?

Mientras el debate gira en torno a la carne tradicional, otra industria relacionada está experimentando una resurrección inesperada: la de la carne vegetal.

Las acciones de Beyond Meat subieron más del 1000% en cuatro días, en parte por la inclusión de la empresa en el Meme Stock ETF de Roundhill Investments y por una expansión en más de 2.000 tiendas Walmart.

¿Puede esto alterar aún más el escenario del mercado de proteínas? Si el consumidor -ya golpeado por precios altos- adopta más opciones vegetales, ¿podría eso afectar también a los criadores de carne vacuna?

Presión desde todos los frentes: gremios, mercados y clima político

Las agrupaciones gremiales también levantaron la voz. La Asociación Nacional de Productores de Maíz (National Corn Growers Association) y la Asociación de Soja de Illinois alertan que los agricultores necesitan certidumbre ahora, especialmente cuando se preparan para comprar fertilizantes y semillas para la próxima cosecha.

“Con la inflación por las nubes, la economía agrícola está en un punto crítico. Necesitamos acceso inmediato al dinero de los programas de ayuda, si no queremos ver más bancarrotas en el campo.”, mencionó Kenneth Hartman Jr., presidente de la Asociación Nacional de Productores de Maíz.

El sector agrícola es uno de los más sensibles a los vaivenes de las políticas comerciales y presupuestarias. Desde la guerra comercial con China hasta las negociaciones del T-MEC, los productores estadounidenses han estado en el vórtice de decisiones que los afectan profundamente.

Las cifras detrás del conflicto

  • EE.UU. cuenta con aproximadamente 880.000 ranchos y granjas ganaderas (USDA, 2024).
  • En 2022, las exportaciones de carne representaron más de $10.000 millones de dólares.
  • Durante la pandemia y la postpandemia, los precios de la carne vacuna al por menor subieron hasta un 19%.
  • El cierre de gobierno iniciado el 1 de octubre de 2025 es el tercero más largo desde 1990.
  • Se calcula que más de 2.5 millones de trabajos dependen directa o indirectamente del sector ganadero en EE.UU.

Más allá del bife: una historia de identidad rural

La carne vacuna en Estados Unidos es más que un producto: forma parte del alma rural del país. Desde los concursos de jóvenes carniceros en Texas hasta los mercados ganaderos en Kansas, la cría de ganado es una tradición con profundas raíces.

Lo que hoy estamos presenciando es una lucha entre mercados globalizados versus valores locales. Entre la necesidad política de resolver la inflación, y el deseo de proteger a quienes alimentan a la nación. ¿Puede un gobierno satisfacer ambos frentes a la vez?

Mientras el presidente Trump busca asegurar su base rural con promesas de ayudas y aplausos a los agricultores, algunos se preguntan si esas intenciones son suficientes o si, como dicen los críticos, la lealtad del campo está volviéndose cada vez más difícil de cosechar.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press