Meta recorta empleos en AI mientras impulsa su laboratorio de superinteligencia: ¿crisis o estrategia?
La tecnológica de Menlo Park despide a 600 trabajadores de IA incluso mientras acelera contrataciones para su más ambicioso proyecto de inteligencia artificial: el laboratorio TBD
Meta entre la expansión y los recortes: un rompecabezas estratégico
La gigante tecnológica Meta Platforms ha anunciado el despido de aproximadamente 600 empleados dedicados a la inteligencia artificial en distintas áreas, incluyendo su renombrada unidad Fundamental AI Research (FAIR). Aunque este ajuste podría parecer un retroceso, ocurre en paralelo con nuevos esfuerzos por parte de la compañía para seguir reclutando talento en su más reciente y prometedora apuesta: el TBD Lab, un laboratorio enfocado en desarrollar modelos de lenguaje de última generación.
Entonces, ¿estamos ante una reestructuración estratégica, una crisis organizacional o ambas? Esta es una mirada profunda y crítica a este movimiento desde una perspectiva de análisis sobre el presente y futuro de Meta en el cada vez más competitivo mundo de la inteligencia artificial.
Meta y FAIR: la joya que pierde brillo
FAIR ha sido durante años el centro neurálgico de las investigaciones más avanzadas en IA de Meta. Fundada en 2013, esta división ha sido responsable de numerosas publicaciones científicas, avances en visión por computadora y procesamiento de lenguaje natural. Sin embargo, como reportó Axios, los recortes afectarán a FAIR así como a unidades relacionadas con infraestructuras de IA y áreas de producto.
¿Qué significa esto en el contexto de Meta? Por un lado, hay una reacción comprensible ante presiones internas de productividad y encaje estratégico con los objetivos empresariales más inmediatos. Por otro lado, parece existir una contradicción fundamental: se reducen fuerzas en IA al mismo tiempo que se pretende liderar el sector con el LLM Llama.
Llama y la apuesta “open source” de Meta
La estrategia de Meta difiere radicalmente de la de sus grandes rivales como OpenAI (respaldado por Microsoft) y Google DeepMind. En lugar de monetizar directamente su modelo insignia Llama, Meta ha optado por una vía más abierta, permitiendo su uso y modificación libremente gracias a su naturaleza open source.
En palabras del CEO Mark Zuckerberg, la apertura de los modelos permite "acelerar la innovación responsable en todo el ecosistema de IA". No obstante, esta postura ha sido vista por algunos analistas como una forma de competir desde atrás, dado que Meta todavía no ha alcanzado la misma notoriedad de uso masivo que ha tenido ChatGPT o Gemini.
De acuerdo con declaraciones recientes de la empresa, "más de mil millones de usuarios interactúan mensualmente con productos impulsados por IA" de Meta. Pero eso no equivale necesariamente a popularidad de su modelo LLM entre desarrolladores o consumidores, donde OpenAI lleva la delantera.
¿Qué es el laboratorio TBD y por qué no lo afecta el recorte?
El laboratorio TBD—que no debe confundirse con un nombre provisional— está encabezado por uno de los líderes de visión más ambiciosos de Meta: Alexandr Wang, su jefe de IA. El objetivo de TBD Lab es desarrollar la próxima generación de modelos de lenguaje, mucho más grandes y capaces que los actuales.
En contraste con FAIR, cuyo enfoque era más académico e investigativo, TBD busca integrar profundamente modelos superinteligentes en las plataformas y productos que Meta controla: Facebook, Instagram, WhatsApp y sus iniciativas del metaverso. Este laboratorio ha quedado excluido de los despidos.
Según la propia Meta, el laboratorio es un "motor esencial hacia la próxima frontera del aprendizaje profundo", y es lógico que la compañía tienda a proteger—y expandir—este núcleo estratégico de innovación.
Una ola de despidos que no es aislada
Si bien sorprenden los despidos, no son una excepción. En el último año—nombrado informalmente como la “Austeridad Tecnológica”—, empresas como Amazon, Google y Microsoft también han despedido decenas de miles de trabajadores, incluidos muchos en IA.
De hecho, solo Meta ha recortado más de 21,000 empleos desde finales de 2022 en distintas áreas funcionales, dentro del plan de “eficiencia operativa” anunciado por Zuckerberg, en el cual denominó al presente como el “Año de la Eficiencia”.
El contexto económico, los cambios en consumo digital tras la pandemia y el elevado coste de procesamiento de modelos de IA—con entrenamiento que puede costar millones de dólares por lote—han obligado a estas corporaciones a repensar su estructura de capital humano.
¿Por qué Meta va detrás en la carrera de los LLMs?
Pese a sus recursos y tamaño, Meta no ha conseguido el mismo “punch” mediático ni comercial con sus modelos de lenguaje. Hay varias razones detrás:
- Adopción débil entre consumidores no técnicos comparado con ChatGPT.
- Foco inicial en investigación en lugar de productos integrados.
- Ausencia de monetización directa que incentive desarrollos empresariales.
Para equilibrar esa desventaja, Meta apuesta por conquistar desarrolladores e investigadores a través de su política de código abierto.
Esta estrategia puede convertirse en un caballo de Troya para erosionar el dominio de OpenAI, si logra gestar una comunidad suficientemente grande e innovadora alrededor de Llama.
De FAIR a TBD: un giro de mentalidad
El recorte a FAIR y el ascenso de TBD representan algo más que una reorganización: indican un cambio de modelo mental dentro de Meta. Se transita desde un esquema académico hacia uno profundamente corporativo, orientado a resultados comerciales palpables.
En este proceso, expertos sobresalientes de FAIR han sido invitados a postularse para otros roles dentro de la firma. “La mayoría encontrará nuevas funciones”, asegura el memo interno compartido según reportó Axios. No obstante, una pérdida de experiencia y talento puede ser inevitable.
¿Qué viene después para Meta?
Si Meta logra con TBD desarrollar un modelo tan potente y aplicable como promete, sin duda podría reposicionarse como un actor dominante. Sin embargo, el tiempo juega en su contra. OpenAI ha lanzado versiones cada vez más robustas de GPT, mientras Google integra IA en todo su ecosistema de productos.
Meta deberá demostrar que su ventaja en redes sociales puede ofrecerle un campo de entrenamiento único: billones de interacciones diarias que alimenten y pulan sus algoritmos. Pero en un entorno altamente competitivo, eso podría no ser suficiente.
Y queda una gran incógnita por resolver: ¿puede un enfoque de código abierto sobrevivir a la rentabilidad exigida por sus accionistas?
Lo que Meta representa para la IA en 2024
Meta se encuentra en un punto de inflexión. Sus decisiones entre abrir o cerrar, invertir o recortar, y liderar o seguir, definirán no solo su lugar en la carrera de la IA, sino también cómo se moldeará el acceso global a estas tecnologías en los próximos años.
Mientras tanto, la industria observa de cerca. Porque aunque la inteligencia artificial parece moverse a pasos agigantados, las bases sobre las que se edifica siguen siendo humanas, impredecibles y profundamente estratégicas.
