Mike Brown y los nuevos Knicks: ¿La pieza que faltaba para llegar a las Finales del Este?
El debut del nuevo coach de los Knicks en el Madison Square Garden deja buenas impresiones mientras la franquicia mantiene altas expectativas de campeonato.
Un inicio prometedor para la nueva era
El debut de Mike Brown como entrenador en jefe de los New York Knicks no solo marcó el comienzo de una nueva etapa en el equipo, sino que también dejó a los fanáticos con esperanzas renovadas tras la victoria 119-111 sobre los Cleveland Cavaliers. Con un saludo de bienvenida nada menos que del icónico fanático Spike Lee, Brown fue recibido como una figura conocida a pesar de su recién estrenado cargo.
“Spike vino y me dio un abrazo antes del partido”, contó Brown. “Y yo pensando: ‘Spike, ¿sabes quién soy?’”.
De Thibodeau a Brown: una decisión arriesgada
Los Knicks sorprendieron en la pretemporada al despedir a Tom Thibodeau, quien los llevó a las finales de la Conferencia Este por primera vez desde 2000. Thibodeau obtuvo cuatro participaciones en playoffs en cinco temporadas, y fue criticado —pero también elogiado— por su estilo intenso y dirigido a jugadores clave en rotaciones muy limitadas.
Ahora, bajo la dirección de Mike Brown, un veterano y dos veces Entrenador del Año como Thibodeau, los Knicks buscan una identidad renovada pero igual de competitiva. Brown ha sido el encargado de inyectar flexibilidad y profundidad a una plantilla que, en esencia, permanece casi intacta.
Rotaciones amplias y un nuevo ritmo
Uno de los cambios más notorios en el primer partido fue el uso de una rotación de 11 jugadores en la primera mitad: algo inusual bajo el mandato de Thibodeau. Según Brown:
“Creo sinceramente que este equipo es profundo. Mi trabajo es encontrar combinaciones que funcionen, y aún estoy aprendiendo. La parte emocionante es que hay muchas formas de hacerlo porque tenemos jugadores versátiles.”
La presencia de figuras como OG Anunoby en lineups donde ningún jugador superaba los 2 metros de altura muestra que Brown está dispuesto a experimentar sobre la marcha, incluso si eso significa sacrificar altura por velocidad.
Una plantilla sólida que aún no se muestra completa
Los Knicks aún no revelan toda su artillería. Tanto Mitchell Robinson (lesión en el tobillo) como Josh Hart (espasmos en la espalda) estuvieron ausentes, forzando a Brown a iniciar con el poco habitual Ariel Hukporti como pívot. Aun así, los neoyorquinos lograron una ventaja de 17 puntos en el primer tiempo gracias a una transición acelerada que contrastó con el juego más pausado del año pasado.
Brown mencionó que busca imprimirle al equipo un mayor ritmo, ya que los Knicks estuvieron entre los últimos de la liga en “pace” (posesiones por 48 minutos) en la temporada pasada.
Jalen Brunson, el faro de estabilidad
Jalen Brunson, flamante All-Star y alma ofensiva del equipo, opinó tras el partido:
“Tenemos mucho camino por recorrer. Hay muchos detalles que pulir, mucho por aprender… y eso me emociona. Solo es el primer partido”.
Brunson se ha convertido en el termómetro de los Knicks, y su liderazgo es crucial en una temporada en la que el equipo carga altas expectativas. Habrá que ver cómo se acopla a los cambios tácticos de Brown a lo largo de la campaña.
Una comparación inevitable: de Cleveland a Sacramento y Nueva York
El historial de Mike Brown también juega a su favor. Recordado por su paso por los Cleveland Cavaliers, donde llevó a LeBron James a sus primeras finales en 2007, y su más reciente renacimiento con Sacramento Kings, Brown ha mostrado adaptabilidad, algo crucial en una liga tan cambiante.
Con Sacramento, convirtió a un equipo históricamente perdedor en un contendiente serio durante la temporada 2022-23, introduciendo un estilo rápido y prioritario en ofensiva. Ese mismo libreto intenta aplicar en la Gran Manzana.
Lesiones y profundidad: los dos grandes desafíos
Uno de los temas más importantes será cómo Brown manejará la profundidad en posiciones clave y las inevitables lesiones. Con jugadores como Karl-Anthony Towns luchando con una distensión grado 2 en el cuádriceps y con bajas como Robinson y Hart, el técnico deberá hacer constantes ajustes, una habilidad que mostró dominar en su debut.
Además, jugadores jóvenes como Isaiah Hartenstein, Immanuel Quickley o el prometedor ala-pívot Jakub Reinprecht podrían ver minutos importantes si Brown decide mantener una rotación amplia.
Expectativas de los aficionados: soñar o tener cautela
Para los fanáticos de los Knicks, este puede ser uno de los años más emocionantes desde los días de Patrick Ewing. El equipo no solo tiene profundidad y talento sino también dirección renovada. Pero aún resta ver cómo responde el grupo en los momentos de máxima presión. ¿Podrá Brown traducir esta nueva filosofía en resultados concretos cuando lleguen los playoffs?
Los Knicks no llegan a unas Finales de la NBA desde 1999 y el hambre por volver es palpable. La llegada de Brown parece ser el paso lógico hacia una mayor sofisticación táctica sin perder la identidad luchadora del equipo.
Próximos pasos: afinar la maquinaria
El calendario de inicio no será complaciente. Ya en sus siguientes encuentros, los Knicks enfrentarán a Miami, Boston y Milwaukee. Estos partidos servirán de verdadero termómetro para medir no solo la inspiración inicial, sino cuán preparado está Brown para hacer ajustes sobre la marcha.
Los ojos también estarán puestos en qué jugadores logran consolidarse dentro de la rotación principal cuando regrese Hart y Robinson. Con una plantilla veterana en la que cada rol cuenta, las decisiones de Mike Brown podrían definir el techo del equipo.
¿Puede Brown conducir al tren Knickerbocker al destino soñado?
La respuesta está lejos de saberse con certeza, pero lo que es evidente tras la primera noche de acción es que el cambio de timón ha dado aire fresco a la franquicia. La combinación entre un cuerpo técnico innovador, jugadores con hambre y una fanbase impaciente puede ser la mezcla explosiva que los lleve a las anheladas Finales de Conferencia… o más allá.
Mientras tanto, en Nueva York el sueño permanece vivo. Y Mike Brown ha tomado el volante con decisión.
