TikTok, inmigración y resistencia comunitaria: La historia de Carlitos Parias y la militarización del sur de California
Entre cámaras, redes sociales y redadas, comunidades latinas encuentran nuevos héroes en ciudadanos que informan desde la primera línea del conflicto migratorio.
El impacto de un disparo: un activista digital bajo fuego
La mañana del martes en Los Ángeles, Carlitos Ricardo Parias, un conocido streamer de TikTok, fue herido por oficiales federales mientras intentaban arrestarlo con una orden de detención migratoria. Parias, ciudadano mexicano que reside en EE. UU. sin documentación legal, fue acusado de agresión a un oficial federal por supuestamente embestir con su automóvil a los vehículos de los agentes.
La noticia ha sacudido a la comunidad latina de Los Ángeles, especialmente en South LA, donde Parias se ha convertido en un referente de información comunitaria gracias a sus videos en dos cuentas de TikTok que suman más de 340,000 seguidores. Desde allí, documenta operativos policiales, política migratoria, vida cotidiana e, incluso, acontecimientos culturales.
La figura de Carlitos Parias: más que un influencer
Parias no es un simple creador de contenido. “Richard”, como lo llaman muchos de sus seguidores, ha llenado un vacío informativo en zonas donde los canales oficiales o los grandes medios no llegan. Su contenido abarca desde raids migratorios, accidentes, incendios y protestas, hasta paisajes mexicanos, elaboración de tortillas, días lluviosos y animales callejeros.
La variedad y humanidad de sus publicaciones lo han hecho visible no solo ante sus seguidores, sino también ante líderes municipales como el concejal Curren Price, cuyo equipo ha reconocido públicamente el valor informativo que Parias ofrece a su comunidad. José Ugarte, jefe de personal de Price, resaltó: “Richard estaba dando noticias importantes a nuestros residentes. Su trabajo es invaluable”.
TikTok como arma de resistencia
El fenómeno Parias no es aislado. En el sur de California se está gestando una nueva forma de activismo digital: ciudadanos que se convierten en cronistas de su propia realidad, transmitiendo en vivo redadas migratorias, detenciones y operativos que anteriormente pasaban desapercibidos o eran tergiversados.
Chris Newman, director legal de la National Day Laborer Organizing Network, lo resume así: “Es otro ejemplo de cómo el liderazgo en las calles está superando al de quienes ocupan cargos de poder, ya sea en el gobierno municipal o en los medios tradicionales. Están sirviendo al interés público de forma increíble”.
La represión como respuesta
La respuesta de las fuerzas federales ha sido contundente. El arresto de Parias fue el segundo intento por parte de autoridades federales en poco tiempo. En junio, ya había tenido un encontronazo con agentes de migración mientras grababa una operación en curso. En uno de sus videos aparece con un chaleco de prensa y en el suelo, agarrándose la pierna tras presuntamente ser empujado por agentes.
Durante el operativo más reciente, un oficial rompió la ventana del conductor y al menos un disparo fue efectuado, impactando a Parias en el codo. Un alguacil federal resultó herido en la mano por una bala desviada. El incidente ha generado protestas y fuertes cuestionamientos sobre el uso excesivo de la fuerza, considerando que Parias no era una amenaza armada.
Territorios ICE-free: Resistencia desde el gobierno local
En paralelo a este episodio, el condado de Santa Clara en el norte de California, en un acto histórico, aprobó por unanimidad la creación de zonas libres de ICE (inmigración y control fronterizo) en sus propiedades públicas. Inspirado en una medida similar adoptada en Chicago, el plan contempla:
- El cierre físico de garajes, lotes vacíos y edificios estatales que podrían ser usados por ICE para vigilancia o arrestos.
- La instalación de carteles que adviertan a los agentes federales que esas áreas son protegidas.
- La disponibilidad de estas propiedades para el uso ciudadano, como refugio temporal o puntos de información.
El objetivo es doble: dificultar operativos migratorios sin consentimiento legal, y empoderar a la comunidad ante el miedo constante de redadas y detenciones arbitrarias.
“Esta administración señala a personas de color de una manera vil. Todos tenemos una historia migratoria. Esto lo hago por mis padres, por mi familia y por mi comunidad”, declaró la supervisora del Distrito 1, Sylvia Arenas, promotora de la iniciativa.
Un movimiento nacional en ascenso
Estas políticas reflejan un creciente esfuerzo contra la militarización del control migratorio en zonas urbanas donde las comunidades latinas e inmigrantes padecen niveles altísimos de tensión y trauma colectivo. Desde San José hasta Los Ángeles, se multiplican las iniciativas de defensa social, asistencia legal y comunicación comunitaria.
De hecho, el condado de Santa Clara ha desarrollado un plan de tres etapas para responder a los operativos de ICE según su magnitud: desde detenciones específicas hasta redadas en escuelas y supermercados. El paquete incluye asistencia legal, albergue temporal, comida, atención médica y orientación sobre derechos civiles.
Lucila Ortiz, directora política de la organización Working Partnerships USA, compartió: “Yo también soy inmigrante de primera generación y mi familia siente estos impactos. Es reconfortante ver a nuestros líderes protegernos”.
La reacción federal: silencios e incertidumbre
Mientras tanto, las autoridades federales se han mantenido en gran medida en silencio respecto a los detalles del caso Parias. Tricia McLaughlin, vocera del Departamento de Seguridad Nacional, no especificó si sobre Parias pesaba una orden de deportación previa o si había sido deportado antes. Su abogado, Carlos Jurado, indicó que tampoco tiene acceso aún a toda la información del caso.
La opacidad en torno al proceso y la imposibilidad de que sus familiares lo visiten en el hospital alimentan la preocupación sobre la transparencia y respeto a sus derechos durante la detención y en su recuperación postquirúrgica.
Crisis, historias y esperanza
Más allá del caso judicial, Carlitos Parias se ha convertido en símbolo de una época donde las redes sociales sustituyen las redacciones tradicionales, y donde los latinos —ante la asfixia de los discursos oficiales— empiezan a escribir su propia narrativa, cámara en mano.
El suyo es el último nombre de una lista creciente de ciudadanos que asumen el rol de reporteros, defensores y cronistas de una realidad compleja. Su frase, dicha en uno de sus videos mientras mostraba un cuerpo sin vida dentro de un coche en Los Ángeles, define su trinchera: “Estoy informando desde Los Ángeles, donde la suerte y la muerte van de la mano”.
En una nación fracturada por políticas migratorias punitivas, el periodismo ciudadano emerge como resistencia vital. Carlitos Parias, herido pero no silenciado, es hoy no solo un tiktoker, sino un testimonio vivo de dignidad, información y comunidad en tiempos de guerra moral contra los inmigrantes.
