Tragedia en Flamengo: cuando el fuego apagó los sueños de futuro

El incendio en la academia de Flamengo que cobró la vida de 10 jóvenes futbolistas y la reciente absolución que reabre heridas en Brasil

El 8 de febrero de 2019, las llamas consumieron más que edificaciones: devoraron sueños, familias e ilusiones en el Ninho do Urubu, centro de entrenamiento juvenil del Clube de Regatas do Flamengo, el club más popular y laureado de Brasil. Diez adolescentes, jugadores de las categorías inferiores, murieron en el incendio ocurrido en los dormitorios de la academia. Una tragedia nacional.

Recientemente, un tribunal del Estado de Río de Janeiro absolvió a los últimos siete acusados que enfrentaban juicio por responsabilidad en el siniestro. La decisión ha generado un profundo malestar entre familiares, aficionados y actores del fútbol brasileño. Sin embargo, más allá de las emociones, ¿qué nos dice esta historia sobre la relación entre el fútbol, la justicia y la vida misma en Brasil?

Crónica de un desastre anunciado

El incendio se desató a las 5:10 a.m. del viernes 8 de febrero de 2019. En aquel momento, 26 jugadores juveniles dormían en estructuras improvisadas, similares a contenedores metálicos, utilizados como dormitorios. Las investigaciones revelaron posteriormente que el complejo carecía de certificaciones clave, como la licencia del Cuerpo de Bomberos y otras normativas urbanísticas indispensables.

Diez jóvenes de entre 14 y 16 años fallecieron. Entre ellos estaban Arthur Vinícius, que iba a celebrar su cumpleaños al día siguiente, y Christian Esmério, arquero de la selección sub-15 de Brasil. Otros tres adolescentes resultaron gravemente heridos.

Lo que ardía no era solo fuego: ardía un sistema

Los documentos judiciales y reportes periodísticos han dejado claro que el club había sido multado más de 30 veces antes del incendio por irregularidades en el Ninho do Urubu. El Ministerio Público incluso había iniciado una demanda en 2015 para que Flamengo mejorara las condiciones del alojamiento juvenil. Sin embargo, esas advertencias fueron ignoradas o demoradas en su cumplimiento.

En este sentido, el desastre fue en buena medida consecuencia previsible de una negligencia estructural, más allá de las responsabilidades individuales. Para miles de brasileros, el fútbol es un escape de la pobreza. Sin embargo, el camino hacia el profesionalismo está plagado de riesgos invisibles, siendo uno de ellos las condiciones de vida de los jóvenes talentos en las academias de los clubes.

La absolución judicial: ¿injusticia o falta de pruebas?

En 2021, 11 personas fueron imputadas penalmente por su supuesta responsabilidad en el incendio. Sin embargo, este año solo 7 llegaron al final del proceso. La semana pasada, una jueza los absolvió argumentando que “no existían pruebas suficientes de una contribución directa al incendio.”

Uno de los más conocidos acusados era Eduardo Bandeira de Mello, presidente del club durante el periodo en que se construyeron los dormitorios, pero su caso fue desestimado previamente por prescripción del delito. También estuvieron implicados funcionarios del área de infraestructura y supervisión de las obras.

La reacción en redes sociales explotó de inmediato. La cuenta @donaluciaoficial, con más de 90.000 seguidores en X (antes Twitter), resumió el sentimiento general: “Justicia es lo que menos tenemos en Brasil.”

La lucha de las familias: dolor, memoria y resistencia

Padres y madres de los jóvenes fallecidos han librado una batalla incansable por verdad y responsabilidad. Muchos de ellos relatan que el club se tardó en prestar asistencia psicológica y económica adecuada, y que las indemnizaciones fueron ofrecidas en condiciones más cercanas a negocios que a procesos de reparación.

“Lo que buscamos no es venganza, es justicia para que esto no le pase nunca más a nadie”, dijo a la prensa Marília Barros, madre de Pablo Henrique, una de las víctimas.

Hoy, algunas de las familias han transformado su dolor en acción, impulsando iniciativas para garantizar mejores condiciones a jóvenes futbolistas en todo Brasil. Un esfuerzo que, si bien no les devolverá a sus hijos, convierte la memoria en herramienta de transformación.

¿Qué hace falta para que el fútbol cuide más a sus jóvenes?

Brasil ha ganado cinco Copas del Mundo, más que cualquier otro país, y ha exportado al mundo a figuras como Pelé, Ronaldo, Ronaldinho y Neymar. Sin embargo, detrás del brillo de las estrellas, existe un sistema de captación juvenil opaco, vulnerable e inadecuado.

  • No existen regulaciones homogéneas para las academias en los estados brasileños.
  • El Ministerio Público no cuenta con funciones exhaustivas para inspeccionar academias deportivas a menos que medien denuncias.
  • Los clubes prefieren lidiar con multas administrativas moderadas antes que hacer las inversiones necesarias.

Una auditoría del Tribunal de Cuentas del Estado de Río de Janeiro, poco después del incendio, halló más de 30 irregularidades estructurales en el complejo, desde instalaciones eléctricas defectuosas hasta sistemas de aire acondicionado con alta posibilidad de cortocircuitos. Justamente, se cree que un aire acondicionado defectuoso causó el siniestro.

Flamengo hoy: éxito deportivo, deuda social

Desde la tragedia, Flamengo ha ganado varias competencias, incluyendo la Libertadores (2019 y 2022) y el Brasileirao. El club cuenta hoy con un patrimonio financiero sólido y una de las mayores hinchadas de América Latina.

No obstante, sigue siendo objeto de críticas por lo que sectores sociales perciben como una falta de sensibilidad y transparencia en el tema. El club ha declarado su compromiso por mejorar la infraestructura juvenil, pero las cicatrices siguen abiertas.

La otra cara del fútbol brasileño

Durante décadas, la narrativa dominante sobre el fútbol brasileño ha estado asociada al disfrute, la pasión y el talento natural. Sin embargo, tragedias como la del Ninho do Urubu nos recuerdan que el deporte también puede ser escenario de desigualdades, violencia estructural y fallas institucionales.

La muerte de diez adolescentes nos obliga a preguntarnos: ¿vale todo por formar una estrella? ¿Hasta cuándo se permitirán las omisiones sistemáticas bajo el pretexto del “sueño de ser profesional”?

¿Y ahora qué?

La fiscalía aún puede apelar la decisión de la corte. Mientras tanto, diversos sectores de la sociedad civil piden una legislación nacional para academias deportivas, con estándares mínimos en seguridad, salud, alimentación y monitoreo psicológico.

El Congreso Nacional ha debatido algunas iniciativas, pero aún no se aprueba ninguna ley sólida. El Estatuto del Niño y Adolescente (ECA) exige condiciones de bienestar integral para quienes están bajo responsabilidad institucional, pero su implementación sigue siendo desigual.

La Corte podrá haber absuelto, pero el caso está lejos de cerrarse en las calles, en la conciencia pública y en la historia del deporte más amado de Brasil.

Una deuda con el futuro

El incendio de Flamengo simboliza más que una tragedia puntual: es el rostro descarnado de un modelo que forma jugadores pero no protege personas. La justicia debe servir no solo para castigar, sino para enviar mensajes claros a las instituciones.

Y ese mensaje aún está por llegar.


“El fútbol puede ser alegría, pero también puede arder en silencio si no lo cuidamos desde adentro.”

Este artículo fue redactado con información de Associated Press