Atletas adolescentes bajo presión: El dilema del NIL en las escuelas secundarias de Ohio

Entre sueños deportivos, demandas judiciales y regulaciones contradictorias, los jóvenes atletas enfrentan una nueva batalla por su derecho a monetizar su talento antes de llegar a la universidad

El panorama del NIL en el deporte estudiantil de EE.UU.

Desde que la NCAA abrió las puertas al Name, Image and Likeness (NIL) en el deporte universitario, una revolución ha comenzado a transformarse en todos los niveles del deporte amateur en Estados Unidos. Mientras que muchos estados permiten que sus atletas de secundaria firmen acuerdos de NIL, hay otros, como Ohio, que están atrapados en viejas estructuras, resistiéndose al cambio.

El debate ha llegado a un punto crítico, con padres, abogados, escuelas y organismos estatales enfrentados por el futuro de cientos de talentos juveniles. Esta discusión no es meramente legal; también toca dimensiones sociales, económicas y éticas.

Ohio bajo la lupa: ¿por qué el cambio fue acelerado?

En octubre de 2023, un nuevo giro judicial avivó el debate. La jueza Jaiza Page del Tribunal de Causas Comunes del Condado de Franklin emitió una orden judicial temporal que permite a los estudiantes de las 818 escuelas miembros de la Ohio High School Athletic Association (OHSAA) participar en acuerdos de NIL.

Este fallo ocurrió tras una demanda liderada por Jasmine Brown, madre del prometedor receptor Jamier Brown, considerado uno de los principales prospectos de fútbol americano de la clase 2027 y comprometido verbalmente con Ohio State University. Según la demanda, Brown ha perdido ya más de $100,000 USD en posibles contratos NIL debido a las reglas restrictivas de Ohio.

“Como lo que está permitido en otros estados, quiero poder usar mi nombre, imagen y semejanza para ayudar económicamente a mi familia, y acceder a tutorías académicas y entrenamiento adicional que me ayude a alcanzar mi potencial”, expresó Jamier Brown.

Ohio, como Alabama, Indiana, Michigan, Mississippi y Wyoming, todavía impedía, hasta entonces, que sus estudiantes atletas pudieran capitalizar su imagen y popularidad.

El referéndum que podría cambiar todo

Ante el fallo judicial, la OHSAA reaccionó rápidamente y anunció que del 17 al 21 de noviembre se votará una propuesta de enmienda de emergencia para permitir los acuerdos NIL bajo ciertas condiciones. Esta votación buscará revertir la decisión anterior de 2022, cuando un intento fue masivamente rechazado (538 votos en contra frente a 254 a favor).

La nueva propuesta no solo contempla habilitar los acuerdos NIL, sino que establece límites y mecanismos de reporte para garantizar que los estudiantes no pongan en riesgo su elegibilidad deportiva. Algo que busca responder a las preocupaciones de aquellos que temen que el NIL pueda abrir la puerta a una especie de “mercado negro” en el deporte juvenil.

NIL en secundaria no es NIL universitario

Según Luke Fedlam, abogado de la familia Brown, existen diferencias notables entre el NIL a nivel de secundaria y el universitario. “En secundaria no hay colectivos ni estructuras de reclutamiento. Los acuerdos son mucho más personalizados y vigilados. La preocupación por la elegibilidad y la equidad está en el centro de las reglas sugeridas”.

En los estados donde se ha aprobado, el NIL ha beneficiado a miles de jóvenes sin comprometer la integridad del deporte. Por ejemplo, en California, donde el NIL es legal desde 2021, varios atletas de secundaria han logrado firmar contratos con marcas deportivas, academias de entrenamiento y hasta empresas tecnológicas con enfoque juvenil.

¿Cuál es el miedo real de los detractores?

Los opositores al NIL en secundaria temen que se convierta en un semillero de prácticas corruptas o manipuladoras para niños menores de edad. Algunos argumentan que las marcas podrían aprovecharse de jóvenes sin experiencia, o que agentes inescrupulosos podrían influenciar decisiones académicas o deportivas por intereses económicos.

Desde el punto de vista institucional, las escuelas y organismos deportivos también temen que la implementación desordenada del NIL pueda romper el equilibrio competitivo, favoreciendo a los planteles con más recursos o con mayores vínculos con el mundo empresarial local.

No obstante, los defensores del modelo muestran que con reglas claras, transparencia y supervisión, el NIL puede ser una herramienta poderosa para empoderar a jóvenes atletas, muchos de ellos de entornos económicamente vulnerables.

El contexto nacional: ¿cómo manejan otros estados el NIL en secundarias?

Actualmente, más de 30 estados permiten que los estudiantes de secundaria firmen acuerdos NIL bajo diversas condiciones. En Texas, por ejemplo, el NIL está prohibido, mientras que en estados como Florida, California y Nueva York, ya existen modelos de regulación.

En estos estados, los organismos deportivos han implementado formularios de divulgación y mecanismos de aprobación previa para los contratos. Se exige además que dichos contratos sean revisados por padres o tutores legales, y que no se relaciones con el rendimiento deportivo.

El resultado: atletas como el basquetbolista Hansel Enmanuel o la futbolista adolescente Alyssa Thompson, han logrado construir una marca personal desde temprana edad sin conflictos de elegibilidad o integridad.

Implicaciones sociales y familiares del NIL

En muchos casos, como el de Jamier Brown, el NIL representa mucho más que una marca deportiva o una publicación patrocinada. Es una oportunidad concreta para ayudar económicas a sus familias, invertir en su formación académica y profesional, e incluso salir del círculo de pobreza que muchos de estos jóvenes enfrentan.

En este sentido, impedir que accedan a oportunidades financieras legítimas se percibe como un acto de desigualdad. “No se trata de convertirlos en profesionales, sino de permitirles construir su futuro desde ya”, explican líderes comunitarios y entrenadores juveniles.

El papel del sistema judicial

Con la audiencia que se celebrará el 15 de diciembre para discutir una posible orden judicial preliminar, el caso de los Brown puede sentar jurisprudencia no solo en Ohio, sino como precedente para otros estados que buscan revisar sus políticas.

Mientras tanto, las decisiones judiciales, la presión mediática y la opinión pública juegan un rol cada vez más importante en cómo se deciden estos temas, presionando a los entes reguladores a actuar con mayor rapidez y sensibilidad.

¿Y ahora qué?

La votación de noviembre será crucial. Si los directores de las escuelas secundarias de Ohio aprueban la modificación del reglamento, no solo se abrirán oportunidades para cientos de atletas como Brown, sino que Ohio se sumará a un cambio de paradigma que está redefiniendo el deporte estudiantil en Estados Unidos.

En un escenario donde el talento, la fama y las redes sociales van de la mano con la juventud, negarles a los atletas el derecho a aprovechar legítimamente su imagen parece cada vez menos sostenible. La decisión está entre la resistencia al cambio o la creación de un sistema justo, transparente y equitativo.

El tiempo dirá si la OHSAA y los votantes están del lado de la evolución o del estancamiento regulatorio. Pero una cosa es clara: el futuro ya no se puede frenar.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press