Melissa: La Amenaza Silenciosa del Caribe y el Riesgo Inminente para Jamaica y Haití

Con el suelo ya saturado y una tormenta lenta pero implacable, la región se encamina hacia una emergencia climática sin precedentes

Melissa y la amenaza de una catástrofe natural

Mientras el Caribe Central lucha por recuperarse de intensas lluvias previas, la Tormenta Tropical Melissa ha llegado para añadir más incertidumbre. Lo que en principio parecía una perturbación climatológica más, se está transformando en lo que podría ser uno de los desastres naturales más graves en la región en los últimos años.

Con velocidades moderadas actuales de viento (75 km/h), su desplazamiento lento de apenas 6 km/h significa precipitaciones prolongadas e intensas. Un dato clave: históricamente, más muertes en el Caribe por tormentas se deben a lluvias torrenciales y deslizamientos que a los vientos (NOAA).

Impacto inmediato: Jamaica y Haití en alerta crítica

Melissa se posiciona a 245 km al sureste de Kingston y 430 km de Puerto Príncipe, con proyecciones que la fortalecen hasta alcanzar la categoría de huracán mayor (categoría 4) para el próximo martes. Las autoridades ya han lanzado alertas de huracán para Jamaica y el suroeste de Haití, donde el suelo está saturado debido a lluvias recientes.

Jamaica cerró escuelas, centros de salud y oficinas gubernamentales desde el jueves, en preparación para un posible azote directo. En palabras del ministro Matthew Samuda:

“La situación es seria. No se dejen engañar por su actual debilidad. Puede volverse mortal de forma repentina.”

El pronóstico señala hasta 36 centímetros de lluvia en regiones del sur de Jamaica y Haití, lo que pone en riesgo a zonas de alto historial de deslaves. Organismos como Naciones Unidas están preparando más de 100 refugios de emergencia en Haití.

Un sistema de salud y vivienda frágil ante el impacto climático

En el caso de Haití, el miedo no solo es meteorológico. Con su sistema de salud profundamente debilitado, infraestructura deteriorada y más de 19.6 millones de personas viviendo en zonas vulnerables en toda la isla (UNDRR), cualquier golpe adicional podría duplicar el nivel humanitario de emergencia del país.

Ya se han reportado una muerte y cinco heridos por inundaciones en el centro del país. Además, decenas de sistemas de suministro de agua han colapsado en la República Dominicana, afectando a más de 500,000 personas.

¿Por qué hay tanto riesgo con una tormenta aparentemente débil?

  • Su ritmo lento permite acumulación masiva de agua.
  • Viene tras semanas de lluvias intensas en la región, saturando el suelo.
  • La capacidad local de respuesta en muchos municipios afectados es limitada.
  • La deforestación en zonas montañosas aumenta el riesgo de deslizamientos.

Según Michael Brennan, director del Centro Nacional de Huracanes (NHC, por sus siglas en inglés):

“La lluvia siempre ha sido el factor más letal de las tormentas en el Caribe.”

La temporada ciclónica 2025: una amenaza anunciada

Melissa es la 13ª tormenta nombrada en la temporada de huracanes del Atlántico de 2025, y la primera en formarse dentro del Caribe. La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) ya había advertido que este año el Caribe y el Atlántico estarían por encima del promedio:

  • 13 a 18 tormentas con nombre
  • 5 a 9 huracanes
  • 2 a 5 huracanes mayores (Categoría 3 o más)

La temporada va del 1 de junio al 30 de noviembre, pero no todos los países han invertido lo suficiente en mitigación y planes de emergencia. Como resultado, cada nueva tormenta golpea sobre estructuras ya debilitadas por eventos pasados.

Resiliencia comunitaria: ¿una asignatura pendiente?

Melissa nos obliga a reflexionar sobre la falta de preparación regional ante fenómenos hidrometeorológicos cada vez más extremos. Muchos países del Caribe dependen de ayuda internacional para su recuperación, lo que genera una espiral interminable de vulnerabilidad.

Algunos expertos en desarrollo climático destacan que, pese a décadas de advertencias, sistemas de drenaje, reforestación de cuencas, y planificación urbano-costera han avanzado poco.

Además, el desafío se agrava al considerar que más del 70% de la población del Caribe vive en zonas costeras, de fácil afectación por tormentas y marejadas ciclónicas.

El papel de la educación y la comunicación pública

Uno de los factores claves en salvar vidas durante ciclones tropicales es la educación preventiva. Campañas masivas de concienciación en Jamaica y República Dominicana buscaban prevenir la complacencia. En palabras de Juan Manuel Méndez García, director de operaciones de emergencia en República Dominicana:

“Este es un evento a seguir minuto a minuto. Las evacuaciones en zona de alerta son obligatorias.”

La preparación anticipada es clave ante tormentas lentas como Melissa que pueden parecer inofensivas hasta el último momento.

Un nuevo paradigma climático exige respuestas proactivas

Este tipo de tormentas nos recuerda que los eventos climáticos ya no siguen reglas tradicionales:

  • Deben ser analizados no solo por intensidad, sino por duración, trayectoria y acumulación de lluvia.
  • Los gobiernos deben crear mapas actualizados de riesgo e intervenir proactivamente en las áreas más vulnerables.
  • La inversión en infraestructura resiliente es tan urgente como la ayuda humanitaria post-desastre.

El Caribe debe prepararse para un futuro donde fenómenos como Melissa serán cada vez más frecuentes, erráticos y destructivos.

Una región al límite, pero no sin esperanza

Mientras Melissa continúa su lento avance, el llamado a la acción inmediata y preventiva se multiplica. Las tormentas pasarán, pero lo que determinará el futuro de Jamaica, Haití y República Dominicana no será el poder de Melissa, sino el poder de respuesta de sus pueblos y gobiernos.

La resiliencia no puede ser un concepto abstracto. Debe traducirse en refugios, drenajes, educación y vigilancia comunitaria. El futuro del Caribe dependerá de qué tan en serio tome hoy la preparación para eventos extremos como Melissa.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press