Preppers, promesas rotas y búnkeres en disputa: El oscuro mundo de Vivos xPoint

Una mirada profunda al caso judicial que enfrenta la comunidad de supervivencia más famosa de EE.UU. por contratos abusivos, servicios incumplidos y conflictos legales

Un refugio para el apocalipsis… o una pesadilla legal

En pleno corazón de Dakota del Sur, donde el viento arrasa las praderas y el horizonte parece infinito, existe una comunidad singular: Vivos xPoint, un complejo de cientos de búnkeres supuestamente preparados para enfrentar cualquier catástrofe global. Este proyecto, liderado por el controvertido empresario californiano Robert Vicino, prometía seguridad, comodidad y una comunidad autosustentable para quienes quisieran sobrevivir al fin del mundo. Sin embargo, lo que muchos encontraron al llegar fue una montaña de problemas legales, promesas incumplidas y una estructura empresarial cuestionable.

Una comunidad nacida de una base militar olvidada

El sitio que hoy ocupa Vivos xPoint alguna vez fue parte del vasto Black Hills Army Depot, utilizado entre 1942 y 1967 por el Ejército de EE.UU. para el almacenamiento de municiones, incluyendo algunas químicas. Posteriormente abandonado, el terreno fue adquirido por Vicino en 2016 con una visión ambiciosa: transformar los viejos búnkeres de concreto en hogares resistentes para los llamados "preppers", personas convencidas de que una gran catástrofe —natural, nuclear o social— está a la vuelta de la esquina.

Cada uno de estos refugios subterráneos tiene aproximadamente 2,200 pies cuadrados y fue adaptado paulatinamente por los inquilinos que pagaron grandes sumas para personalizarlos. El plan sonaba atractivo: pagar entre 25,000 y 55,000 USD por un contrato de arrendamiento a 99 años, adaptarlo con tus propias manos y tener tu refugio ideal. Pero nada fue tan simple.

La demanda colectiva: ¿la estafa del siglo?

En septiembre de 2025, un equipo legal liderado por el abogado J. Scott James presentó una demanda colectiva en el condado de Fall River contra Vivos xPoint Investment Group. El caso representa a más de 150 inquilinos actuales y antiguos que alegan una amplia variedad de abusos, comenzando por el contrato de arrendamiento en sí:

  • Contrato ilusorio: Según la demanda, el contrato permite a la empresa cambiar unilateralmente sus cláusulas en cualquier momento, sin consentimiento de los inquilinos. Esto lo haría, según la ley de Dakota del Sur, ilegítimo e inejecutable.
  • Amenidades prometidas no entregadas: Tours realizados antes de la firma del contrato prometían centro médico, gimnasio, lavandería y servicios esenciales que nunca fueron construidos.
  • Servicios mal gestionados: La recogida de basura, el mantenimiento de carreteras y la seguridad han sido inconsistentes o inexistentes.
  • Abusos contractuales: Inquilinos que invirtieron decenas de miles de dólares en mejorar los búnkeres fueron desalojados sin reembolso, y los espacios fueron revendidos a nuevos residentes bajo cláusulas similares.

Las cifras de la controversia

Se estima que el total de dinero que Vicino podría tener que devolver asciende a más de 17 millones de dólares. Esta cifra incluye la cuota inicial pagada por cada arrendatario, las mejoras realizadas en los búnkeres, las cuotas mensuales por mantenimiento y posibles daños punitivos.

Además, según datos del secretario de Estado de Dakota del Sur, la empresa matriz, Vivos Group, también ofrece búnkeres en otros puntos de EE.UU. y Europa. Si esta demanda prospera, podría sentar un precedente jurídico relevante a nivel nacional e internacional para este tipo de sitios.

Una comunidad bajo tensión

Más allá de los documentos legales, lo que sucede dentro del complejo Vivos xPoint es incluso más alarmante. En 2024, uno de los empleados de seguridad recibió un tiroteo casi fatal por parte de un residente. Aunque el gran jurado decidió no presentar cargos, el incidente reflejó un entorno tenso, aislado y potencialmente volátil.

Los testimonios recabados por el medio South Dakota News Watch revelan conflictos frecuentes entre inquilinos y administración, acusaciones de intimidación, y una percepción general de que el proyecto se ha desviado mucho de su promesa original. Muchos de los residentes son familias con niños o personas mayores, con pocas alternativas más allá de mantener sus búnkeres, incluso aunque las condiciones sean indignas.

Sobrevivencialismo vs. realidad: el auge del prepping en EE.UU.

El movimiento prepper no es nuevo. Según estudios del Pew Research Center, casi un 15% de los estadounidenses cree que un gran colapso político o natural es inminente en la próxima década. Redes de YouTube, foros como Reddit y empresas como Vivos se han beneficiado de este temor generalizado, especialmente tras eventos como la pandemia del COVID-19 y las tensiones geopolíticas internacionales.

Lo que sí es nuevo es la escala industrial con la que se comercializa este miedo. Vivos, sin una regulación específica, ha logrado crear un mercado millonario basado no en la prevención responsable, sino en promesas esotéricas que sientan la base para abusos legales, financieros y emocionales.

Vicino se defiende (poco)

Vicino, el controvertido creador de Vivos, ha ofrecido pocas declaraciones públicas últimamente. En entrevistas anteriores, desestimó las quejas diciendo que “algunos son manzanas podridas”, sugiriendo que la mayoría de los residentes están satisfechos. Sin embargo, los documentos revisados por medios independientes muestran un patrón de quejas extensas y persistentes.

Ni Vicino ni su abogado, Eric Schlimgen, han respondido a solicitudes recientes de comentarios. Esta estrategia de silencio ha sido denunciada por los demandantes como una manera de evadir responsabilidad y estancar los procesos judiciales.

Lo que viene: ¿redención o debacle?

Si el tribunal otorga estatus de demanda colectiva, hasta 150 inquilinos estarían en línea para recibir compensaciones. Además, existe la posibilidad de que el fallo les otorgue la propiedad total sobre los búnkeres, lo cual transformaría radicalmente la estructura del complejo.

Pero la batalla legal es apenas el comienzo. A medida que más personas conocen las prácticas de Vivos, se abren interrogantes sobre la legalidad de tantos otros proyectos similares en EE.UU. y el mundo. ¿Puede una comunidad autoregulada existir sin caer en el abuso? ¿Quién protege a los consumidores en escenarios de catástrofe hipotética?

Lo que nació como un experimento de seguridad colectiva hoy representa lo contrario: ámbitos legalmente grises, tensiones existenciales y una comunidad completamente rota por dentro.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press