Universidades élite y la era post acción afirmativa: ¿Estamos retrocediendo en inclusión racial?
Dos años después de la eliminación de la acción afirmativa en EE. UU., las universidades selectivas experimentan una caída alarmante en la matriculación de estudiantes negros
Un giro inesperado hacia la exclusión
En un país que durante décadas ha luchado por avanzar en equidad educativa, la reciente eliminación de la acción afirmativa en las admisiones universitarias por parte de la Corte Suprema de Estados Unidos ha producido un cambio drástico. Tan solo dos años después de esta histórica decisión, instituciones de élite como Harvard, Princeton y Caltech muestran una caída significativa en la matrícula de estudiantes negros, en algunos casos cayendo hasta niveles no vistos desde los años sesenta. Este fenómeno no es menor. En el sistema universitario estadounidense, estudiar en una universidad de prestigio suele traducirse en acceder a círculos de poder económico, político y social. Si la diversidad se reduce en estas aulas, inevitablemente se reproduce una élite menos representativa y más homogénea.La sentencia que marcó un antes y un después
En junio de 2023, la Corte Suprema, con mayoría conservadora, invalidó la práctica de considerar la raza como uno de los factores en el proceso de admisión universitaria. Esta práctica, conocida como acción afirmativa, buscaba nivelar el terreno de juego para grupos históricamente marginados, en particular los afroamericanos y latinos. La decisión fue recibida con aplausos por grupos conservadores que alegaban “discriminación inversa” contra estudiantes blancos y asiáticos, pero fue vista por muchas instituciones educativas como un golpe a décadas de esfuerzos por una representación más equitativa.Estadísticas que preocupan
Según datos recopilados recientemente de 20 universidades selectivas en EE. UU., solo una de ellas —Smith College— mostró un porcentaje superior de estudiantes negros en su cohorte de primer año en 2024 que en 2023. El resto experimentó caídas significativas:- En Harvard, el porcentaje de estudiantes negros de primer año cayó de 18% en 2023 al 11.5% en 2024.
- Princeton pasó de 9% a solo 5% en su cohorte más reciente, el nivel más bajo desde 1968.
- En el California Institute of Technology (Caltech) y en Bates College, la representación negra no supera el 2%.
Los rostros del impacto: una generación desconcertada
La escena en Princeton lo resume bien. Christopher Quire, un estudiante negro de segundo año, relata con sorpresa cómo el evento de bienvenida para estudiantes negros, que solía desbordarse de asistentes, ahora apenas llena la mitad del salón:“Si esta tendencia continúa, en tres años este campus será tan negro como lo era durante la era de los Derechos Civiles”, advirtió Quire, miembro activo de la Unión de Estudiantes Negros.Su compañera Kennedy Beal narra una experiencia similar, al caminar por el campus durante más de dos horas con su hermano y no ver ni un solo estudiante negro hombre:
“Sintió como un viaje en el tiempo... Es desgarrador”, dijo. “Pero aún tengo fe. Seguiremos demostrando nuestra excelencia en estas instituciones”.
¿Qué hay detrás de esta caída?
Hay múltiples factores que podrían explicar la disminución, más allá del fallo judicial. James Murphy, director en el grupo de expertos Education Reform Now, señala que el complicado estreno de un nuevo formulario federal de ayuda financiera pudo dificultar aún más el acceso a universidades para estudiantes de bajos ingresos, muchos de los cuales pertenecen a minorías raciales. Además, existe una percepción creciente de que muchas universidades están ralentizando, o incluso abandonando, sus iniciativas de diversidad e inclusión para evitar problemas legales. En palabras de Murphy:“No muchos centros educativos han dado un paso al frente para resistir el mandato de la Casa Blanca. Espero que haya una presión creciente para entregar las cifras que la administración de Trump espera”.
Trump intensifica la vigilancia sobre la diversidad universitaria
Desde agosto, el expresidente Donald Trump ha ampliado su escrutinio sobre el sistema de admisiones, exigiendo a las universidades que entreguen grandes volúmenes de datos para evaluar si están usando “proxies raciales” —criterios como declaraciones de diversidad— para mantener la diversidad racial sin romper la ley. A esto se suma la presión de organizaciones como Students for Fair Admissions, que amenazó con demandar a universidades como Princeton, Yale y Duke bajo la sospecha de que aún consideraban factores raciales de forma encubierta.¿Existen alternativas para preservar la diversidad?
Expertos como Richard Kahlenberg, investigador del Progressive Policy Institute, insisten en que la diversidad puede mantenerse a través de otras vías:- Dar prioridad a estudiantes provenientes de familias de bajos ingresos.
- Eliminar políticas de preferencia para hijos de exalumnos (legacy admissions), que usualmente benefician a estudiantes blancos y ricos.
- Ampliar los programas de reclutamiento en escuelas de comunidades marginadas.
“No debemos concluir que es una causa perdida. Todavía hay herramientas para promover la diversidad racial sin romper la ley”.
Un retroceso peligroso
A fin de cuentas, lo que está en juego no es solo una cifra porcentual en una hoja de Excel, sino el acceso equitativo al poder, los recursos y las oportunidades. Una vez más, las universidades se ven obligadas a decidir si seguirán siendo motores de movilidad social o si se convertirán en guardianas de los privilegios heredados. La lucha por una educación equitativa continúa, pero sus protagonistas se enfrentan a un escenario más incierto que nunca. Y mientras las aulas de elite se tornan menos diversas, las preguntas sobre equidad, justicia e inclusión resuenan con más fuerza desde cada rincón del país. Este artículo fue redactado con información de Associated Press
