¿Es el regreso del servicio militar obligatorio el nuevo eco de la guerra en Europa?

Análisis del resurgimiento del reclutamiento militar en Croacia y su impacto en un continente al borde del rearme

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Croacia ha decidido reintroducir el servicio militar obligatorio. Esta decisión, votada en el Parlamento croata con 84 votos a favor, 11 en contra y 30 abstenciones, marca un regreso al reclutamiento tras su suspensión en 2008. En un momento donde Europa vuelve sus ojos hacia el Este, y donde la guerra en Ucrania resuena como un recordatorio constante de lo frágil que es la paz, muchas naciones ven la necesidad de fortalecer sus defensas.

¿Por qué Croacia retoma la conscripción?

La respuesta corta es: seguridad nacional.

Según el Ministerio de Defensa de Croacia, el objetivo de esta reforma es proporcionar a los jóvenes “capacidades básicas en situaciones de crisis” y reforzar así su aportación a la seguridad nacional. Este servicio durará dos meses y ofrecerá formación militar básica. Aquellos que se opongan por motivos de conciencia podrán optar por un servicio civil alternativo.

Además, quienes sean llamados a filas recibirán un salario, hecho poco común en sistemas de conscripción anteriores. Los primeros en ser citados para chequeos médicos serán los jóvenes nacidos en 2007. Esto significa que los primeros reclutas, en caso de pasar las pruebas, iniciarían su servicio en 2025.

Contexto europeo: Ucrania como catalizador

La decisión croata no se da en un vacío. Desde el inicio de la invasión rusa a Ucrania en febrero de 2022, la percepción de amenaza en el Viejo Continente ha cambiado radicalmente. Países como Alemania, Finlandia, Suecia y Polonia han elevado significativamente sus presupuestos en defensa.

En este nuevo panorama geopolítico, el regreso a fórmulas antiguas como el servicio militar obligatorio parece cada vez más justificable para ciertos gobiernos. La OTAN ha pedido a sus miembros una participación activa y un mayor compromiso económico que vaya más allá del discurso.

En Croacia, el eco de una guerra más antigua también resuena: la propia guerra de independencia del país contra la antigua Yugoslavia (1991–1995). Este conflicto aún marca tensiones con su vecino Serbia, y es parte del ADN histórico, tanto a nivel ciudadano como político.

¿A qué responde realmente este cambio?

Existen tres hipótesis predominantes entre los analistas sobre por qué Croacia ha decidido dar este paso en este momento:

  • Refuerzo disuasorio ante Rusia: Aunque el país no comparte fronteras directas con Rusia, existe una lógica indirecta que inspira a reforzar sus capacidades internas ante un posible conflicto regional o el colapso de seguridad colectiva.
  • Seguridad civil interna y regional: Con los Balcanes históricamente inestables, y el incremento de movimientos armamentistas en algunos lugares de la región, el gobierno de Andrej Plenković se asegura un margen de maniobra ante cualquier crisis inesperada.
  • Instrumentalización política: Algunos expertos apuntan a que esta medida también puede ser una forma de afianzar percepciones de liderazgo fuerte en períodos de potencial debilidad institucional o para influir en futuras elecciones.

Otros países que están retomando o discutiendo el servicio militar

La medida croata no es aislada. Europa está, poco a poco, redescubriendo el temido —o necesario— servicio militar. No hablamos aún de una marea irreversible, pero sí de aguas que están siendo sondeadas:

  • Lituania: Reintrodujo la conscripción en 2015 en respuesta al conflicto en Crimea.
  • Noruega: Aunque nunca lo suspendió, extendió el reclutamiento a mujeres en 2016.
  • Suiza y Austria: Mantienen sistemas de conscripción que han sido confirmados en referéndums.
  • Alemania: Suspendió el reclutamiento en 2011, pero en 2023 Olaf Scholz abrió el debate sobre su posible reintroducción si fuese necesario para cumplir las metas con la OTAN.

¿Cómo ve la juventud croata esta medida?

Las reacciones han sido mixtas. Mientras que sectores patrióticos y más tradicionales defienden la idea como parte del deber nacional, otros mucha más cercanos a ideales europeos liberales critican lo que consideran una regresión.

Una encuesta realizada por el medio croata Jutarnji list, reveló que el 59% de los ciudadanos no está del todo a favor de la conscripción. Entre los menores de 25 años, esa cifra aumenta hasta el 70%.

Tomislav, un estudiante de Zagreb, explicó al medio: “Yo no quiero portar un arma ni ser entrenado para matar. Quiero estudiar robótica y ser útil construyendo cosas, no destruyéndolas”.

Impacto regional en los Balcanes

Las relaciones de Croacia con Serbia nunca se han recuperado del todo desde los horrores de los años noventa. Una decisión como esta también activa sensores políticos en Belgrado y podría interpretarse como provocación.

El politólogo serbio Milan Subotić mencionó en la cadena RTS: “Aunque en teoría esta decisión es soberana para Croacia, en la práctica, en esta región donde todo termina politizado, el rearme implica inevitablemente una carrera en el vecindario”.

También preocupa la posibilidad de que esta medida pueda ser replicada por otros países limítrofes, reavivando tensiones nacionalistas o armamentistas.

¿Es el servicio militar obligatorio una solución de largo plazo?

Depende de a quién se le pregunte. Para los estrategas militares, aún más necesarios en un mundo multipolar y volátil, esta medida añade capacidad de reacción e incluso cohesión nacional. Pero para los defensores de los derechos humanos y de los modelos cívicos alternativos, puede ser un paso equivocado hacia una sociedad más militarizada.

Como recordaba el periodista francés Jean-Dominique Merchet en su columna en L’Opinion: “La guerra de Ucrania ha blindado nuestras conciencias. Pero hay dos caminos para protegerse: uno es el rearme y otro es la diplomacia preventiva. Ambas deben convivir, nunca reemplazarse”.

¿Será tendencia en toda Europa?

Es muy posible que sí. Las condiciones objetivas están cambiando: amenazas constantes, inseguridad energética, nuevas rutas migratorias influenciadas por conflictos, y una extremada dependencia transatlántica de la OTAN. En ese panorama, la responsabilidad nacional cae de nuevo en el plato de cada gobierno.

Habrá que seguir atentos a los próximos pasos de países como Alemania, Francia o incluso España, que hasta ahora han definido su política de defensa desde el profesionalismo y la voluntariedad.

Últimos datos del contexto europeo en defensa

  • El gasto total en defensa de los países de la OTAN alcanzó los 1,22 billones de dólares en 2023.
  • Polonia ha duplicado su presupuesto militar desde 2022, invirtiendo el 4% de su PIB en defensa, el doble del objetivo OTAN.
  • Finlandia, entrada reciente en la OTAN, ha activado reservas y simulacros de defensa civil por primera vez desde la Guerra Fría.

La reintroducción del servicio militar en Croacia puede ser vista como un reflejo de esos tiempos de cambio, una respuesta pragmática a un nuevo orden inestable, pero también una prueba del miedo colectivo a la repetición de los peores capítulos de la historia europea.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press