La batalla por la historia del Álamo: ¿Revisar el pasado o defender un mito?
La renuncia de la directora del fideicomiso del Álamo desata un debate sobre cómo se debe contar la historia en Texas
Por décadas, el Álamo ha sido mucho más que una atracción turística de San Antonio: ha sido exaltado como el "Santuario de la Libertad de Texas" y un símbolo de heroísmo tejano. Sin embargo, tras la dimisión de Kate Rogers, directora ejecutiva del Alamo Trust, una controversia se ha desatado sobre cómo se deben narrar los hechos históricos, tocando fibras políticas, educativas e incluso identitarias en el estado de Texas.
La renuncia que encendió la mecha
Kate Rogers renunció el jueves pasado luego de que el vicegobernador de Texas, Dan Patrick, la criticara públicamente y pidiera su destitución. ¿Su "falta"? Escribir un artículo académico en el que cuestionaba políticas educativas promovidas por la Legislatura republicana de Texas, además de expresar el deseo de presentar una visión más inclusiva de la historia del Álamo.
“Se hizo evidente a raíz de los acontecimientos recientes que era hora de que siguiera adelante”, dijo Rogers en un comunicado. En dicho artículo presentado como parte de su doctorado en educación global en la Universidad del Sur de California, Rogers criticó la imposición de límites legislativos sobre cómo se debería enseñar acerca de la esclavitud y el racismo en las aulas texanas.
Un conflicto más allá del Álamo
El caso no es aislado. Esta controversia es uno de muchos episodios recientes sobre cómo se cuenta la historia en Estados Unidos. El propio expresidente Donald Trump presionó a los museos Smithsonianos para minimizar el enfoque sobre la esclavitud, en un intento de promover una visión más "patriótica" del pasado. La polémica gira alrededor de la tensión clásica entre el mito heroico y los hechos históricos complejos.
El Álamo recibe más de 1.6 millones de visitantes al año y está administrado por un fideicomiso bajo la supervisión de la Oficina General de Tierras de Texas. Actualmente, el estado ha destinado 400 millones de dólares a una renovación que incluirá un nuevo museo y centro de visitantes, con fecha de apertura en 2027.
El papel de “Forget the Alamo” en la controversia
Gran parte del conflicto gira en torno al contenido del libro Forget the Alamo ("Olvida el Álamo"), publicado en 2021. El texto desafía las narrativas tradicionales sobre el asedio de 13 días que tuvo lugar en 1836 durante la guerra de independencia de Texas respecto a México. Una de sus tesis centrales es que una motivación principal de los colonos anglosajones que combatieron en dicha batalla fue preservar la esclavitud en Texas, justo cuando México ya la había abolido prácticamente en todo su territorio.
Rogers citó el libro en su trabajo académico, destacando que parte del esfuerzo de un consejo asesor local buscaba “contar toda la historia del sitio, incluida su historia como hogar de pueblos indígenas”. Esta perspectiva más amplia y crítica ha encendido alarmas en líderes políticos conservadores, quienes ven en este enfoque una amenaza a la narrativa tradicional.
“13 días de gloria” frente a las voces revisionistas
La interpretación clásica difunde que los defensores del Álamo, como Davy Crockett, Jim Bowie y William B. Travis, fueron mártires que murieron peleando por la libertad. El lema “Remember the Alamo” se popularizó casi como un grito de guerra que culminó con la independencia de Texas y, finalmente, su anexión a Estados Unidos en 1845.
No obstante, muchos historiadores contemporáneos apuntan a una lectura más compleja, en la que intereses económicos —incluyendo la esclavitud— jugaron un rol crucial. Quienes abogan por esta visión plural insisten en que honrar la verdad completa no equivale a deshonrar la memoria de quienes murieron allí.
Conflicto entre política e historia
La intervención de Dan Patrick fue catalogada por el juez del condado de Bexar, Peter Sakai, como una “grosera interferencia política”. Agregó: “Necesitamos sacar la política de nuestra enseñanza de la historia. Punto.”
La respuesta de Patrick fue tajante. En su carta, afirma: “Debemos asegurarnos de que las futuras generaciones nunca olviden el sacrificio por la libertad que se hizo allí”. Según Patrick, contar otra historia sería “reescribir” la historia texana. Posturas como esta suelen vincularse con la denominada “guerra cultural” que atraviesa Estados Unidos actualmente.
¿Qué es el Alamo Trust y cómo se creó este problema?
El Alamo Trust, Inc., es la organización sin fines de lucro encargada de operar el sitio histórico del Álamo. Trabaja en coordinación con la Oficina General de Tierras y otros organismos para asegurar la preservación, educación y experiencia del visitante. A cargo de esta función estaba Kate Rogers... hasta ahora.
Rogers había sido designada con la misión de modernizar la experiencia del Álamo, incluida la visión de un nuevo museo interactivo, restauración de edificios históricos y nuevas exposiciones que reflejaran una historia más integral. El hecho de haber citado autores que cuestionan símbolos tejano-nacionalistas como el Álamo fue suficiente para desatar una tormenta política en el estado.
¿A quién pertenece la historia?
La disputa evidencia una pregunta más amplia: ¿quién tiene el derecho de contar la historia de una nación o un pueblo? La narrativa centrada en héroes y mártires ha sido fundamental para construir sentido de identidad en muchas generaciones texanas. Sin embargo, cada vez más voces —incluidos educadores, historiadores e incluso responsables de museos— argumentan que esas historias incompletas perpetúan mitos y silencian a numerosos grupos: pueblos indígenas, personas afroamericanas, mujeres e inmigrantes.
Este dilema se repite en lugares icónicos como Mt. Rushmore, museos confederados y hasta en nombres de calles. Texas, con su peso histórico y político, se ha vuelto epicentro de la batalla entre el revisionismo histórico basado en hechos y la tradición simbólica.
La educación como campo de batalla
La Legislatura de Texas, de mayoría republicana, ha promovido leyes que buscan prohibir o limitar el análisis crítico sobre raza en las aulas —una respuesta directa al auge del movimiento Black Lives Matter y a estudios académicos como la Teoría Crítica de la Raza. Esto ha generado una fuerte reacción de parte del sector educativo, que ve en estas medidas un intento de censura y control político del contenido pedagógico.
En su ensayo, Rogers resumía su postura: “Filosóficamente, no creo que sea el papel de los políticos determinar qué pueden o deben enseñar los educadores profesionales”.
¿Y ahora qué?
Mientras el Álamo se prepara para su remodelación millonaria, la discusión sobre cómo presentar su historia seguirá viva. ¿Podrá ser un espacio de encuentro y reflexión, como deseaba Kate Rogers, o seguirá siendo un símbolo monocorde de heroísmo blanco y expansión territorial?
Lo verdaderamente importante, más allá de los dramas burocráticos, es quién tiene voz en la construcción del relato oficial. En un país fundado sobre contradicciones —libertad y esclavitud, democracia y genocidio indígena— el reto no es menor. Texas puede optar por seguir contando sólo una parte de su pasado... o, valientemente, abrirse a toda su verdad.
“Toda historia necesita ser contada en su totalidad para que tenga el poder de construir un futuro más justo”, dijo alguna vez el historiador Howard Zinn. El Álamo, quizás, aún tenga la oportunidad de convertirse en ese tipo de historia.
