La prueba de fuego de Sanae Takaichi: ¿puede la nueva primera ministra transformar la política exterior japonesa?

Entre tensiones con China, exigencias de Trump y una cumbre clave de ASEAN, Takaichi inicia su mandato en medio de un torbellino diplomático

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Un mandato que comienza rodeado de desafíos diplomáticos

La recién inaugurada primera ministra de Japón, Sanae Takaichi, ha comenzado su gobierno enfrentando un complicado y acelerado calendario internacional. En apenas una semana, Takaichi se ha embarcado en una maratón diplomática que incluye reuniones bilaterales con el presidente estadounidense Donald Trump, encuentros regionales en Malasia y Corea del Sur, y la clave Cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC). Una entrada al poder nada convencional y que pone a prueba no solo su temple político, sino también su habilidad diplomática. Con escasa experiencia en política exterior, Takaichi se enfrenta no solo a las demandas de un Trump impredecible, sino también a la cautela —y en algunos sectores, abierta hostilidad— de China respecto a sus conocidas posturas nacionalistas y su respaldo al fortalecimiento militar de Japón.

¿Quién es Sanae Takaichi y por qué genera tanta controversia?

Sanae Takaichi es una figura política consolidada dentro del ala conservadora del Partido Liberal Democrático (PLD) japonés, conocida por sus posturas de línea dura y su admiración política por el fallecido exprimer ministro Shinzo Abe. Desde antes de asumir el cargo, provocaba incomodidad entre los países vecinos por su postura en torno a la historia bélica de Japón, particularmente por sus visitas al Santuario Yasukuni, donde están consagrados algunos criminales de guerra del conflicto en el Pacífico. Recientemente evitó asistir al santuario, decisión que fue interpretada por expertos como un movimiento estratégico para evitar fricciones diplomáticas adicionales en una coyuntura particularmente delicada: “Sería muy torpe por parte de Takaichi provocar un incidente diplomático al inicio de su mandato por una visita a Yasukuni,” afirmó el politólogo Gerald Curtis (Universidad de Columbia).

De la guerra comercial a la alianza militar: el regreso de Trump al escenario asiático

En su reaparición internacional, el presidente estadounidense Donald Trump ha elegido Asia como su plataforma para proyectar su imagen de negociador global. Su gira relámpago incluye Japón, Corea del Sur y la cumbre de líderes de la ASEAN en Kuala Lumpur. Una figura polémica que despierta reacciones encontradas, especialmente por su política de aranceles y su retórica imprevisible, pero con quién Takaichi debe lidiar cuidadosamente. Durante su primera declaración oficial como primera ministra, Takaichi recalcó que el fortalecimiento de la alianza Japón-EE. UU. es “la piedra angular” de su política exterior. Para complacer a Washington, prometió adelantar a marzo la meta de aumentar el gasto en defensa al 2% del PIB —una decisión que, aunque probablemente bien recibida por Trump, añade tensión con Pekín. Según datos del SIPRI 2023, China gasta actualmente alrededor del 1.7% de su PIB en defensa, pero dada su magnitud económica, ello representa alrededor de $292 mil millones al año, frente a los $51 mil millones de Japón. Este fortalecimiento militar japonés será interpretado en Beijing como un movimiento estratégico dentro del cerco pro-Estados Unidos en Asia.

Beijing observa con sospecha: el pasado contra el presente

No ha pasado desapercibido que ni el presidente Xi Jinping ni el premier Li Qiang han felicitado oficialmente a Takaichi desde su investidura. Contrasta con la rápida felicitación que recibió su antecesor, Shigeru Ishiba, percibido como más cercano al diálogo con China. Analistas como Lian Degui, del Instituto de Estudios Internacionales de Shanghái, sostienen que si Takaichi logra moderar su discurso y sigue el ejemplo de Abe —quien fortaleció alianzas con EE.UU. sin romper con Beijing— podría mantener una cierta estabilidad diplomática. No obstante, Shi Yinhong, de la Universidad Renmin, es más escéptico: “Habrá una intensificación de la confrontación militar y las diferencias históricas se volverán más visibles bajo su mandato.”

Tensiones en la Cumbre de ASEAN: entre neutralidad y realineamientos

La cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), iniciada en Kuala Lumpur, se enmarca en un contexto geopolítico de múltiples tensiones. Por una parte, el creciente proteccionismo de EE.UU.; por otra, los continuos roces en el Mar del Sur de China y las crisis internas de países miembros, como Myanmar. Durante las sesiones, el ministro de Relaciones Exteriores de Malasia, Mohamad Hasan, advirtió: “El paisaje global, dominado por la división más que el diálogo, limita cada vez más la centralidad y neutralidad de ASEAN.” Uno de los giros más simbólicos fue la bienvenida formal de Timor Oriental como miembro número 11 de ASEAN, una señal de inclusión y crecimiento de la influencia del bloque. “Es la primera vez en 26 años que se suma un nuevo miembro a ASEAN, lo que fortalece nuestra capacidad regional”, añadió Hasan.

El dilema tácito con Myanmar

Uno de los temas más tóxicos en la agenda ha sido, sin duda, la crisis humanitaria y política en Myanmar tras el golpe militar de 2021. El gobierno militar continúa marginado de las reuniones de alto nivel, al no cumplir con el “Consenso de Cinco Puntos” acordado con ASEAN. Este año, ha invitado a observadores internacionales a presuntas elecciones programadas para diciembre, una iniciativa que coloca a ASEAN en una posición incómoda: aceptar implicaría reconocimiento tácito al régimen militar; rechazarlo reforzaría su aislamiento pero reduciría el margen diplomático de la región.

¿Una oportunidad para reposicionar a Japón?

Más allá del pulso de poder entre EE.UU. y China en Asia, Japón busca reafirmar su rol como actor relevante en el equilibrio del Indo-Pacífico. Con una narrativa que enfatiza la defensa del multilateralismo y el imperio de la ley, Takaichi podría posicionarse como una líder que, pese a su retórica nacionalista histórica, apuesta por la estabilidad regional mediante alianzas estratégicas. Expertos consideran que el verdadero reto será gestionar la relación triangular con EE.UU. y China sin ceder demasiado a ninguno. ¿Podrá Takaichi evitar los errores de líderes anteriores y trascender los límites de su facción conservadora? Esa es la gran pregunta que definirá su legado. Como dijo Joanne Lin, del ISEAS en Singapur: “Este no es solo un momento para la visibilidad estadounidense, sino también para que Japón demuestra que su liderazgo puede adaptarse a un nuevo orden geopolítico.” Mientras tanto, los ojos del mundo observan cómo una nueva figura femenina, con posturas contundentes y pasado polémico, intenta mover las piezas con eficacia en el tablero más complejo del planeta: Asia-Pacífico.
Este artículo fue redactado con información de Associated Press