Trump en Asia: Negociaciones, tensión con China y un escenario global en movimiento

El expresidente estadounidense busca acuerdos comerciales y avances diplomáticos en una gira estratégica por Asia, marcada por tensiones geopolíticas y nuevas alianzas

Un regreso con múltiples agendas

Donald Trump ha retomado su agenda internacional con una intensa gira por Asia. La visita, que lo llevará por Malasia, Japón y Corea del Sur, no es solamente una búsqueda de acuerdos comerciales, sino también un intento calculado por reposicionarse como un actor clave en la escena global. Desde negociaciones de tarifas arancelarias hasta una posible tregua entre países del sudeste asiático, esta gira refleja las múltiples tensiones y expectativas alrededor del exmandatario.

Malasia como punto de partida

El primer destino de Trump fue Malasia, donde asistió a una cumbre regional clave. En Kuala Lumpur, el presidente estadounidense se reunió con su par malasio, Anwar Ibrahim, y posteriormente participó en una ceremonia conjunta con los primeros ministros de Tailandia y Camboya. Esta iniciativa busca frenar el conflicto fronterizo entre los dos países del Mekong, una crisis que ha escalado en los últimos meses y amenaza con desestabilizar la región.

Según funcionarios del Departamento de Estado, Trump amenazó a estos países con suspender acuerdos comerciales si no garantizaban un alto al fuego. La presión parece haber funcionado, ya que las delegaciones involucradas firmaron un compromiso por la paz con la mediación de Estados Unidos.

Tensiones comerciales con China: Un encuentro crucial con Xi

Uno de los momentos más esperados de la gira es el encuentro bilateral entre Trump y el presidente chino Xi Jinping, previsto en Busan, Corea del Sur, al margen de la cumbre de la APEC (Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico). La tensión entre ambas potencias ha ido en aumento desde hace años, agravada por una guerra comercial que no muestra signos de solución inmediata.

China ha impuesto nuevos controles a la exportación de tierras raras, minerales esenciales para fabricar tecnología de punta en Occidente, como baterías, semiconductores y turbinas eólicas. A esto se suma la amenaza de elevar aranceles a más del 40% sobre productos estadounidenses. En respuesta, Trump ha exigido que China incremente sus compras de soja y productos agrícolas estadounidenses como gesto de buena voluntad.

A pesar de las hostilidades, Trump se ha mostrado optimista con respecto a la reunión. "Será un gran acuerdo, uno fantástico", aseguró recientemente. Los mercados globales permanecen atentos a cualquier signo de distensión entre las dos mayores economías del mundo.

Inversión extranjera y reactivación industrial

Otro eje principal de la gira es la atracción de inversión extranjera hacia Estados Unidos. Las negociaciones en Japón y Corea del Sur giran en torno a un paquete potencial de 900 mil millones de dólares en compromisos de inversión para fábricas e infraestructura tecnológica estadounidense. A cambio, Trump ha ofrecido reducir aranceles a productos de estos países, bajando el porcentaje del 25% al 15%.

Este aspecto de la gira resuena dentro de la estrategia "América Primero" que marcó su primer mandato, especialmente en estados industrializados clave como Ohio, Michigan y Pensilvania. Inyección de capital, creación de empleo e infraestructuras de alta tecnología forman parte del discurso con el que Trump busca ampliar su base electoral de cara a nuevos desafíos políticos.

Una Japón histórica: Con la primera mujer en el poder

En Tokio, Trump sostendrá una reunión clave con Sanae Takaichi, la primera mujer en ocupar el cargo de primera ministra en Japón. La líder japonesa, discípula del fallecido Shinzo Abe, representa una nueva etapa en la política japonesa, aunque con un fuerte anclaje en el conservadurismo tradicional del Partido Liberal Democrático.

Durante su estancia, Trump también será recibido por el emperador Naruhito y se encontrará con tropas estadounidenses estacionadas en Japón. Estos gestos apuntan a recalcar los lazos estratégicos de defensa entre ambos países, una alianza que ha sido crucial para mantener el equilibrio de poder en el Pacífico.

El triángulo Trump-Lula-Bolsonaro: Una reunión inesperada

Un hecho notable en la gira fue también el posible encuentro con el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva. Lula planea pedir a Trump que reduzca los aranceles del 40% actualmente aplicados a las exportaciones brasileñas. La administración estadounidense ha justificado estas tarifas en base al proceso judicial que Lula emprendió contra su antecesor, Jair Bolsonaro, un aliado de Trump.

Además del comercio, Lula ha criticado abiertamente las operaciones militares estadounidenses en el Atlántico sur, calificándolas de una nueva forma de imperialismo. Si el encuentro se concreta, podría marcar un hito no solo para la relación bilateral, sino para el futuro de la OEA y otras alianzas hemisféricas.

Kim Jong Un y la DMZ: La especulación que no cesa

Desde Corea del Sur, no pocos analistas especulan con una posible reunión inesperada con el líder norcoreano Kim Jong Un, como ya ocurrió en 2019 en la Zona Desmilitarizada entre las dos Coreas. Aunque la Casa Blanca no ha confirmado este encuentro, la política de puertas abiertas y los antecedentes diplomáticos de Trump mantienen viva la posibilidad.

Corea del Sur también se encuentra en una fase sensible, tras realizar reformas en defensa y una gestión cuidadosa de sus relaciones con China y Estados Unidos. Cualquier movimiento entre Trump y Kim podría alterar la balanza regional, especialmente en el contexto de la cumbre APEC.

Análisis: ¿Simple gira o estrategia preelectoral?

Más allá de los objetivos diplomáticos o comerciales, esta gira tiene lecturas múltiples. Para muchos, representa un ensayo político de cara a nuevas aspiraciones electorales de Trump. Volver al escenario global, cerrar acuerdos e influenciar conflictos regionales es una manera eficaz de proyectar liderazgo internacional —algo que podría usar a su favor en campaña.

También es cierto que la mayor parte de los acuerdos comerciales o compromisos de inversión podrían tardar años en concretarse. Pero en política, la percepción importa, y Trump se perfila como alguien que “trae resultados”.

En palabras del académico en relaciones internacionales Stephen Walt: “Trump entiende el poder simbólico de las cumbres. Aunque no logre transformar el sistema internacional, logra posicionarse como si lo hiciera”.

Habrá que ver si estas visitas se traducen en logros tangibles o si quedarán como maniobras de alto perfil sin consecuencias duraderas. Por ahora, Trump ha vuelto al escenario internacional, y parece decidido a quedarse.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press