Trump, Reagan y la guerra de los anuncios: ¿cuándo la política comercial cruzó la línea?
Una disputa entre Canadá y EE.UU. por un anuncio sobre Ronald Reagan expone la fragilidad de las relaciones comerciales y la influencia del pasado en la política contemporánea
Por qué un anuncio televisivo de Ontario que reutiliza un discurso de Ronald Reagan ha provocado un incendio diplomático entre Canadá y Estados Unidos
Un comercial con historia y un presidente con legado
Lo que comenzó como una campaña de promoción comercial de la provincia de Ontario en EE.UU. ha escalado a un conflicto transfronterizo que involucra figuras políticas actuales y del pasado. El primer ministro de Ontario, Doug Ford, presentó una serie de anuncios destinados a promover el libre comercio entre EE.UU. y Canadá, utilizando un discurso de radio de Ronald Reagan de 1987, en el que el expresidente estadounidense expresa su oposición a los aranceles.
Sin embargo, la campaña no cayó bien en Mar-a-Lago. El expresidente Donald Trump, actor clave en el resurgimiento del proteccionismo comercial estadounidense, arremetió contra los anuncios, alegando que se trataba de una manipulación «falsa» y una afrenta directa. Incluso la Ronald Reagan Presidential Foundation and Institute intervino, acusando a Ontario de usar contenido sin permiso y con media verdades.
Ronald Reagan y su postura sobre el libre comercio
Pocas figuras políticas estadounidenses han sido tan asociadas con el libre mercado y el liberalismo económico como Ronald Reagan. Durante su presidencia (1981-1989), Reagan promovió una política clara de reducción de aranceles, apertura de mercados y fortalecimiento del comercio global. Su discurso del 25 de abril de 1987, titulado “Radio Address to the Nation on Free and Fair Trade”, fue un llamado a la eliminación de barreras comerciales, enfatizando que «los aranceles nos aíslan y debilitan nuestras economías».
La campaña de Ontario se apoyó precisamente en este mensaje para argumentar que incluso un presidente conservador estadounidense como Reagan se oponía a los aranceles, una postura contraria a la adoptada por Trump.
Trump responde: "¡Anuncio falso!"
Trump, famoso por su apoyo vehemente a los aranceles como herramienta de negociación internacional, estalló en redes sociales. Acusó a Ontario de “fraude” por distorsionar la posición de Reagan y anunció que cancelaría «todas las negociaciones comerciales» con Canadá. También sugirió que el anuncio formaba parte de un intento de influir en una futura resolución judicial sobre su sistema arancelario global.
“El anuncio canadiense es FALSO. Ronald Reagan nunca se habría opuesto a utilizar herramientas comerciales que beneficiaran a EE.UU.”, escribió en su red Truth Social.
La respuesta de Canadá y la defensa de Doug Ford
Doug Ford no se retractó. “Reagan sabía que Canadá y EE.UU. son más fuertes juntos”, afirmó. Además, publicó de nuevo el discurso original de Reagan, insistiendo en que no había manipulación ni distorsión.
Jason Kenney, exministro canadiense, profundizó aún más en su defensa, afirmando que todo el discurso fue usado sin edición engañosa. Llamó “vergonzosa” a la crítica de Trump y sugirió que la influencia del trumpismo ha contaminado incluso la interpretación histórica de los símbolos conservadores como Reagan.
Aranceles: ¿herramienta nacionalista o ancla al pasado?
El choque revela mucho más que un desacuerdo sobre un anuncio. Refleja una batalla ideológica sobre cómo debería ser el comercio en el siglo XXI. Reagan representó un conservadurismo globalista, mientras que Trump ha liderado una visión aislacionista centrada en “Estados Unidos primero”.
Desde 2018, cuando Trump impuso aranceles a productos canadienses como el aluminio y el acero bajo la Sección 232 de la Ley de Expansión del Comercio (Trade Expansion Act), las tensiones han sido latentes. A pesar de que Canadá es el principal socio comercial de EE.UU., Trump ha inflamado las diferencias, e incluso sugirió públicamente que Canadá debería ser el “estado número 51”.
Mark Carney, actual primer ministro canadiense, ha advertido que Canadá se alejará de su dependencia comercial con EE.UU., y buscará duplicar sus exportaciones a otras regiones del mundo, sobre todo Asia.
¿Estamos ante la segunda guerra de los anuncios políticos?
Lo que hace esta disputa aún más interesante es que marca cómo una pieza publicitaria se ha convertido en un instrumento de política exterior. El gobierno de Ontario gastó 75 millones de dólares canadienses (aproximadamente 54 millones de dólares estadounidenses) para que los anuncios se vieran en todo EE.UU., especialmente en zonas republicanas.
El objetivo de Ford era claro: hablar directamente al votante conservador estadounidense que aún tiene nostalgia de Reagan. Ford, populista conservador pero no alineado con el partido liberal de Carney, ha aprovechado el capital político de Reagan para construir una narrativa pro libre comercio dentro del espectro conservador, lo cual desafía directamente a la visión de Trump.
¿Una batalla por el alma del conservadurismo?
Ford lo dijo sin tapujos: “Siento que los Reaganautas están por enfrentarse al grupo MAGA… y esperemos que ganen los Reagan”.
Este tipo de declaración no es trivial. Sugiere que el conservadurismo internacional atraviesa una bifurcación real. Por un lado, están quienes veneran el estilo nacionalista, intervencionista y etnonacional de Trump, y por otro, quienes aún creen en el liberalismo de mercado clásico, representado en figuras como Reagan o incluso Margaret Thatcher.
El uso del legado político como recurso en campañas modernas no es inédito, pero raramente ha generado este nivel de confrontación entre gobiernos.
Lecciones desde la frontera
Lo ocurrido ofrece lecciones interesantes:
- El legado político es poder: Reagan sigue siendo una figura influyente. Su discurso de más de 35 años aún puede reverberar con fuerza, tanto que quien se sienta “propietario” de su memoria puede influir en grandes decisiones.
- La comunicación política moderna borra fronteras: Ontario no anunció su mensaje en Ottawa, sino en Alabama, Ohio y Carolina del Norte. El público objetivo no es el votante canadiense, sino el republicano nostálgico.
- Las tensiones comerciales con EE.UU. están lejos de resolverse: Con aranceles vigentes en sectores como aluminio, autos y madera, no es sorpresa que el gobierno canadiense contemple cambiar su eje comercial.
¿Qué viene ahora?
La Ronald Reagan Foundation anunció que revisará sus opciones legales contra Ontario. Trump, por su parte, no muestra señales de bajar el tono, y en año electoral, cualquier chispa puede convertirse en incendios transfronterizos.
Ontario, mientras tanto, ha logrado algo que raramente se gana con un anuncio de 60 segundos: colocar el libre comercio en la agenda pública estadounidense, recordando que Ronald Reagan, por encima de fronteras y décadas, aún tiene cosas que decir.
