Drama en los Jets: Justin Fields será titular, pero ¿es la decisión correcta?
Con Tyrod Taylor fuera por lesión, todo recae en un Fields cuestionado por su propio dueño. ¿Puede el joven mariscal redimirse o es el final del camino en Nueva York?
Una decisión inevitable y silenciosa
Después de una semana plagada de incertidumbre, secretismo y evasivas por parte del entrenador Aaron Glenn, los New York Jets finalmente tendrán a Justin Fields como mariscal titular en su duelo contra los Cincinnati Bengals. No fue precisamente una elección meditada y anunciada con bombos y platillos, sino una decisión obligada por la situación médica de Tyrod Taylor, quien fue descartado tras no recuperarse de una lesión en la rodilla.
La historia detrás de esta designación, sin embargo, es rica en matices, tensiones internas y declaraciones que van desde lo diplomático a lo demoledor. Y una pregunta flota sobre el ambiente en East Rutherford: ¿Justin Fields tiene lo que se necesita para liderar a estos Jets sin rumbo?
Un mariscal cuestionado incluso por su dueño
Fields ha tenido un inicio de temporada catastrófico, con estadísticas que apenas justificarían un puesto de titular en un equipo de reconstrucción, y no en una franquicia históricamente exigente como lo son los Jets. En el último partido antes de ser reemplazado por Tyrod Taylor, Fields completó apenas 6 de 12 pases para 46 yardas contra los Panthers. Anteriormente, había lanzado para apenas 45 yardas en Londres frente a los Broncos.
El dueño de la franquicia, Woody Johnson, no se guardó nada en su crítica pública a Fields, afirmando:
“Tiene la habilidad, pero algo simplemente no encaja. La ofensiva no está funcionando. No puedes correr el balón si no puedes pasar. Esto es Football 101.”
Estas palabras pesan, especialmente cuando el equipo acumula un desastroso récord de 0-7 en la temporada. Johnson no apuntó directamente a Glenn o al cuerpo técnico. Apuntó a Fields. Y el mensaje fue claro: esperamos más de ti.
Los números no mienten: la ofensiva es un desastre
Los Jets son, hoy por hoy, una de las ofensivas más improductivas de la NFL:
- Últimos en yardas por jugada: Apenas 3.8
- Últimos en anotaciones por partido: 10.9 puntos
- Penúltimos en eficiencia en tercera oportunidad: 24.7%
- Campo promedio de inicio de posesión: propia yarda 22. Esto denota también errores en equipos especiales.
Los problemas son múltiples, pero el quarterback es —inevitablemente— el rostro del fracaso cuando una ofensiva no hace clic. Fields, con sus lecturas inexactas y pobre precisión, ha contribuido más a hundir al equipo que a salvarlo.
Tyrod Taylor, la alternativa ‘veterana’ que nunca fue
A sus 35 años, Tyrod Taylor parecía ofrecer estabilidad momentánea mientras Fields trataba de enderezar su rumbo. Pero la realidad es que también dejó mucho que desear: en su aparición reciente completó 10 de 22 pases para 126 yardas y dos intercepciones. No exactamente la clase de actuación que genera una controversia de mariscales.
Su lesión en la rodilla, agravada por un golpe en el último partido frente a Carolina, terminó por dictaminar su ausencia esta semana. Glenn, por su parte, se negó varias veces a confirmar al titular para evitar «darle ventaja competitiva» a los Bengals, pero se trataba más de evitar el conflicto con aficionados y medios, quienes ven cada elección como una señal de desesperación más.
Liderazgo ausente en la banda, caos en la caseta
El entrenador Aaron Glenn se encuentra ante un escenario complejo. No sólo su equipo no gana, sino que tampoco ofrece progreso visible ni liderazgo firme. En rueda de prensa, Glenn dejó claro que prefería guardar silencio sobre su elección de quarterback por una simple razón: «porque no quiero». Esa falta de transparencia y seguridad genera ruido tanto interna como externamente.
Y cuando un estratega ignora incluso las preguntas más básicas sobre la dirección del equipo, la señal que transmite es de falta de control, no de estrategia.
Justin Fields: de promesa a paria futbolístico
Fields fue seleccionado con grandes expectativas en la primera ronda del draft de 2021 (11.º global) por los Chicago Bears antes de llegar a los Jets. Su estilo atlético y fuerte brazo hicieron soñar a muchos con una nueva era. Pero desde entonces, su rendimiento ha sido una montaña rusa con más descensos que ascensos:
- Récord de por vida: 7-30 como titular
- Touchdowns vs Intercepciones: 36 TD / 27 INT en 3 temporadas
- Promedio en yardas por intento: 6.7, por debajo del promedio NFL
- Sacks recibidos: 123 en 37 partidos — una pesadilla constante en la bolsa
Fields ha mostrado destellos en juegos aislados, especialmente corriendo el balón, pero la inconsistencia, la falta de lectura del campo y su propensión al error bajo presión han hecho que incluso sus propios fanáticos pierdan la fe.
Un vestidor dividido y una ciudad impaciente
New York no es una ciudad con mucha paciencia. Menos aún cuando se trata de fútbol americano. Desde los gloriosos días de Joe Namath en los años 60, la franquicia ha vagado entre escombros de falsas esperanzas y mariscales defraudados (Sam Darnold, Mark Sanchez, Geno Smith... la lista es extensa).
Hoy, Fields parece estar a punto de sumarse a ese largo historial. Aunque en entrevistas se ha mostrado sereno e incluso resiliente psicológicamente, diciendo que “está en paz” y buscando “mejorar cada día”, el entorno exige resultados, no psicología deportiva. Su oportunidad contra Cincinnati bien puede ser su última antes de que lo sienten permanentemente.
¿Una redención posible ante los Bengals?
Los Bengals no son precisamente un equipo invencible este año, pero sí cuentan con una defensa agresiva, que presionará a Fields desde los primeros snaps. La ofensiva de los Jets no contará, además, con Sauce Gardner ni Garrett Wilson, ambos fuera por lesión. Es decir, Fields tendrá aún menos herramientas con qué trabajar.
Pero, si de algo sirve este contexto, es que representa una oportunidad de oro. Tal vez no hay presión más feroz que tener nada que perder. Si Fields logra encontrar ritmo, se estabiliza con pases cortos y evita errores tontos, tal vez el discurso sobre él cambie momentáneamente.
Brady Cook, el novato incómodo
Otro punto a considerar es que el suplente de Fields no es Tyrod Taylor esta semana, sino el novato no reclutado Brady Cook. Es decir, si Fields tropieza, Glenn tendría que poner un mariscal sin experiencia en un escenario hostil. Esto juega a favor de Fields, pues probablemente tenga cuerda para terminar el partido como titular, sin importar su desempeño.
Una narrativa familiar en la NFL
La historia de Justin Fields con los Jets no es única, pero sí representa de forma cruda un patrón que se repite constantemente en la NFL: jóvenes promesas que, entre presión de fanáticos, decisiones cuestionables de entrenadores y dueños sin paciencia, se convierten en chivos expiatorios más que en soluciones reales.
El caso Fields sirve también como espejo para otras franquicias que lidian con la eterna pregunta: ¿se debe construir alrededor de un quarterback joven o se le da un margen reducido y se pasa a otro?
¿Renacimiento efímero o el principio del fin?
Todos los focos estarán sobre Justin Fields este domingo. Su actuación contra los Bengals no solo definirá su permanencia como titular, sino quizás también el futuro cercano de la gestión deportiva en Nueva York. En un entorno debilitado, sin respaldo firme y con los medios cuestionando cada movimiento, Fields tiene una ventana mínima pero vital para demostrar que aún merece una oportunidad en esta liga.
Porque en la NFL, como decía Bill Parcells: “Tú eres lo que tu récord dice que eres.” Y en el caso de Fields, ese registro está teñido de promesas rotas y oportunidades que se desvanecen demasiado pronto.
