Trump y su nueva cruzada: tarifas, diplomacia en Asia y protagonismo internacional
Durante su gira por Asia, el expresidente estadounidense multiplica tensiones con Canadá, impulsa su imagen de pacificador en la región ASEAN y busca cerrar acuerdos comerciales claves con Malasia, Japón y Corea del Sur
Por años, Donald Trump ha utilizado su estilo disruptivo como mecanismo político y diplomático, y su reciente gira por Asia no ha sido la excepción. En un viaje que mezcla golpes comerciales a Canadá, protagonismo en acuerdos de paz y una campaña velada por el Nobel de la Paz, el expresidente de EE.UU. vuelve a posicionarse en el centro del tablero geopolítico global. Pero ¿es todo humo y espejos? En este análisis abordaremos su gira desde un enfoque de hot take, repasando los hechos, tensiones y ambiciones detrás del telón.
Una revancha tarifaria contra Canadá por un anuncio publicitario
Todo empezó con un comercial de televisión. Más específicamente, un anuncio aired por la provincia canadiense de Ontario durante el primer juego de la World Series, el cual utilizaba palabras del expresidente Ronald Reagan para criticar los aranceles estadounidenses. En respuesta, Trump reaccionó con furia desde su cuenta de Truth Social mientras volaba a Asia:
“Su publicidad debía ser retirada INMEDIATAMENTE, pero la dejaron al aire anoche durante la Serie Mundial, sabiendo que era un FRAUDE. Debido a su grave tergiversación de los hechos y acto hostil, estoy aumentando la tarifa a Canadá en un 10% por encima de lo que ya están pagando.”
El primer ministro de Ontario, Doug Ford, solicitó que se retirara el anuncio tras la reacción, aunque ya era tarde: Trump ordenaba sanciones económicas sobre Canadá. A pesar de compartir agenda con el Primer Ministro canadiense Mark Carney en Malasia, Trump aseguró que no pensaba reunirse con él. El mensaje era claro: sus decisiones geopolíticas siguen guiadas más por emociones personales que por estrategia de Estado.
Reinvención como pacificador internacional en Asia
Trump ha declarado anteriormente su objetivo de ser considerado para el Premio Nobel de la Paz. Ahora, quiere ampliar su lista de logros pacificadores con el anuncio de una tregua entre Camboya y Tailandia, dos países que protagonizaron violentos choques fronterizos en julio de este año. El evento se realizó en el marco de la Cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) en Kuala Lumpur.
“Le dije al líder de Malasia, quien es un hombre muy bueno: ‘Creo que te debo un viaje’”, comentó Trump, en referencia a la mediación del primer ministro Anwar Ibrahim en el conflicto.
Durante los enfrentamientos en julio 2025, decenas de personas murieron y más de 200,000 tuvieron que desplazarse por los combates. La presión económica de EE.UU. fue clave para forzar la mesa de negociaciones. Como señaló Ou Virak, presidente del centro de estudios Future Forum de Phnom Penh, “la opción tarifaria de Trump probablemente fue la razón principal —si no la única— por la que las partes acordaron inmediatamente el cese al fuego”.
El arte del acuerdo: enfoque en Malasia, Japón y Corea del Sur
Pragmáticamente, Trump busca capitalizar su visita asiática con acuerdos comerciales. Según sus propias declaraciones:
“Creo que tenemos una muy buena oportunidad de lograr un acuerdo integral. Quiero que nuestros agricultores estén protegidos. Y él (Xi Jinping) también quiere cosas.”
Durante su tiempo en Kuala Lumpur, Trump planeaba firmar un acuerdo comercial bilateral con Malasia. También están en desarrollo negociaciones con Japón y Corea del Sur, potencias con las cuales EE.UU. ya tiene profundos lazos comerciales y militares. Se desconoce por el momento el contenido específico de los acuerdos (como es habitual en la era Trump), pero se anticipa un enfoque favorable a sectores estadounidenses clave como agricultura y manufactura.
Curiosamente, quien se ausentó fue el Primer Ministro de India, Narendra Modi. Aunque cercano a Trump durante su primer mandato, la relación se ha deteriorado, especialmente tras los comentarios de Trump afirmando haber resuelto un conflicto entre India y Pakistán —una exageración que irritó a los diplomáticos de Nueva Delhi. A eso se suman nuevos aranceles contra India por la compra de petróleo ruso.
Más allá de Asia: operativo antidrogas y tensiones internas
Mientras Trump busca su redención global, en casa crece el uso de herramientas federales para combatir el crimen. En Filadelfia, una redada del FBI —parte de un operativo que se remonta a 2016— resultó en la imputación de unas 33 personas por tráfico de drogas en el barrio de Kensington. La organización distribuía fentanilo, cocaína y heroína en una de las llamadas "zonas más activas de tráfico del país".
“Hemos eliminado permanentemente a una organización criminal de las calles de Filadelfia. Dejarán de verter armas, químicos y drogas en nuestras comunidades,” dijo el director del FBI, Kash Patel. La presión sobre el narcotráfico se enmarca también en la diplomacia internacional de Trump, como cuando puso el tráfico de fentanilo en la agenda de diálogo con Xi Jinping.
Imagen, narrativa y el Nobel de la Paz: ¿Show o realidad?
Hoy más que nunca, Trump proyecta una narrativa cuidadosamente construida: líder fuerte pero pacificador, defensor acérrimo de la soberanía estadounidense pero negociador internacional, castigador del “engaño” canadiense mientras se presenta como arquitecto de la paz en Asia. Todo esto en medio de su campaña para regresar a la Casa Blanca en 2028.
Su estilo —calificado por algunos como errático y vengativo, y por otros como audaz y directo— le otorga una plataforma mediática insuperable. Su viaje ha sido un mosaico de gestión geopolítica, estrategia electoral y espectáculo.
No es coincidencia que haya enfatizado su rol en ceses al fuego, cerrado acuerdos comerciales y pronunciado frases dignas de titulares. Busca reinventarse mientras mantiene su base política consolidada y recuerda al mundo que aún es un actor imposible de ignorar.
El “Trump diplomático” ha aterrizado en Asia, con una PAX TRUMPIANA bajo el brazo y tarifas listas para usar como garrote cuando se sienta ofendido. ¿Liderazgo visionario? ¿Campaña de relaciones públicas? ¿Ambas? Mientras tanto, el show continúa.