El escándalo aéreo en Hong Kong: ¿Qué pasó realmente con el Boeing 747 de carga?

Una mirada crítica al accidente que involucra a ACT Airlines y las preguntas que aún persisten

El reciente accidente de un avión de carga en el Aeropuerto Internacional de Hong Kong ha dejado más preguntas que respuestas. Si bien las autoridades han iniciado una investigación exhaustiva para determinar las causas, el hecho de que una aeronave tan grande como un Boeing 747 haya terminado en el mar tras desviarse de la pista genera polémica e inquietud sobre la seguridad aérea y la infraestructura aeroportuaria.

El accidente: Qué se sabe hasta ahora

El avión de carga, operado por ACT Airlines y fletado por Emirates, procedía de Dubái cuando el pasado lunes se deslizó fuera de la pista al aterrizar en el Aeropuerto Internacional de Hong Kong. En su trayectoria, la aeronave colisionó con un vehículo de patrullaje, lo que resultó en un trágico saldo: dos trabajadores del aeropuerto fallecieron. Por otro lado, los cuatro tripulantes a bordo de la aeronave salieron ilesos.

Las imágenes aéreas del accidente muestran la brutalidad del choque y cómo partes del fuselaje, incluido el morro del avión, se sumergieron en el mar. Las operaciones de salvamento han sido complejas, involucrando:

  • Levantamiento de la parte frontal del fuselaje con grúas especializadas
  • Recuperación de la cola y otras secciones el viernes anterior
  • Extracción de las cajas negras (grabadora de voz de cabina y grabadora de datos de vuelo)

La pista donde ocurrió el accidente fue cerrada temporalmente. Expertos en aviación realizaron un escaneo sonar del entorno submarino antes del salvamento, un procedimiento estándar en accidentes que suceden en zonas fluviales o marítimas.

Las cifras que importan

Los accidentes aéreos de este tipo continúan siendo altamente infrecuentes, pero cuando ocurren, las consecuencias pueden ser fatales. Según datos del Aviation Safety Network, en 2023 se registraron 13 accidentes fatales de aviones comerciales en todo el mundo, causando 134 muertes. Sin embargo, la mayoría no involucran colisiones con vehículos terrestres, lo que hace que el caso en Hong Kong sea excepcional y preocupante.

La velocidad de aterrizaje de un 747-400 típicamente ronda los 270 km/h. A esa velocidad, un desvío de la trayectoria prevista puede convertirse en una tragedia casi instantánea, especialmente si hay obstáculos en la zona de seguridad alrededor de la pista. Aquí surge una pregunta inevitable: ¿Por qué había un vehículo patrullando tan cerca de la pista activa?

Factores en juego: ¿error humano, fallo mecánico o ambos?

Según declaraciones iniciales de Steven Yiu, director ejecutivo de operaciones aeroportuarias, las condiciones meteorológicas y de pista cumplían con los estándares internacionales al momento del accidente. Esto deja sobre la mesa dos causas principales a investigar:

  1. Fallo humano: desde una aproximación incorrecta hasta errores de coordinación entre torre y pista
  2. Problemas mecánicos: posibles fallos en sistemas de frenos, tren de aterrizaje o reversores

La presencia de representantes de la National Transportation Safety Board (NTSB) de EE.UU., de la Oficina de Investigación de Seguridad del Transporte de Turquía y de ingenieros de Boeing destaca la seriedad e implicancia internacional del caso.

ACT Airlines, el operador en el foco

ACT Airlines, con sede en Turquía, ha tenido más de una controversia en su historial. No es la primera vez que un avión de su flota se ve involucrado en un incidente. Uno de los casos más relevantes fue en enero de 2017, cuando un Boeing 747 operado por la aerolínea cayó sobre una zona residencial cerca del aeropuerto de Biskek, Kirguistán, matando a 39 personas. Aquella tragedia también levantó cuestionamientos sobre los estándares técnicos y operacionales de la aerolínea.

Si el actual accidente resulta tener conexiones con fallos operativos ya conocidos o recurrentes, podrían intensificarse los llamados a suspender o limitar operaciones internacionales por parte de las autoridades regulatorias.

Infraestructura aeroportuaria y protocolos: un área crítica de revisión

Este accidente pone en el centro de atención la logística y control terrestre en uno de los aeropuertos más ocupados del mundo. El Aeropuerto Internacional de Hong Kong maneja más de 71 millones de pasajeros y cerca de 5 millones de toneladas de carga al año.

¿Cómo es posible que un vehículo de misión crítica se encuentre en el cruce del umbral de una pista activa sin una estrategia de contingencia?

La Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) establece protocolos estrictos sobre el acceso vehicular a las áreas de operación. Según su Anexo 14, Capítulo 9, “las operaciones de vehículos en la pista deben estar coordinadas de forma activa por la torre de control de tránsito aéreo.”

¿Hubo un fallo de comunicación o una omisión grave en los procedimientos?

Implicaciones globales en la seguridad aérea

Estos incidentes no suceden en el vacío. Tras cada accidente, la industria aprende (o debería aprender). Casos similares llevaron a implementar mejoras tecnológicas como:

  • Sistemas de detección de incursiones de pista (Runway Incursion Detection)
  • Mejoras en señalización lumínica y radiofrecuencia
  • Incremento del monitoreo en tiempo real mediante radar terrestre

Esta tragedia reaviva la necesidad de adoptar estándares tecnológicos más robustos, especialmente cuando se trata de aeropuertos que coordinan múltiples aterrizajes de carga diaria, donde el movimiento terrestre y aéreo es constante.

Próximos pasos: ¿cuándo sabremos más?

Las cajas negras ya fueron enviadas a laboratorios especializados. Se espera que se publique un informe preliminar en menos de treinta días, el cual debería proporcionar una ruta inicial sobre lo ocurrido.

Mientras tanto, muchas familias luchan con la pérdida de seres queridos y la industria se enfrenta nuevamente al desafío de aumentar estándares para evitar que historias como esta vuelvan a escribirse.

¿Solo otro accidente más?

En un momento en que la seguridad aérea global es más rigurosa que nunca y el tráfico de carga aérea se incrementa por el comercio electrónico, este desastre sirve de recordatorio sobre cuán importante es la coordinación tierra-piloto-torre. Cada actor es clave. Cada desliz puede costar vidas.

Un hecho tan inusual como que una aeronave de las dimensiones de un 747 se salga de pista y golpee un vehículo terrestre no puede pasar desapercibido. Este accidente podría, y debería, convertirse en un catalizador para revisar desde las operaciones de ACT Airlines hasta los procedimientos internos del aeropuerto de Hong Kong.

¿Accidente aislado o síntoma de un problema más profundo? La respuesta llegará, pero mientras tanto, los ojos del mundo aeronáutico estarán puestos sobre los hallazgos de esta investigación.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press