Zohran Mamdani y el renacer progresista de Nueva York: ¿Un cambio de era o una utopía urbana?
Con el respaldo de Bernie Sanders y Alexandria Ocasio-Cortez, el joven candidato desafía al establishment y promete una ciudad más justa desde la base
Un nuevo rostro para una ciudad compleja
En las vísperas de unas elecciones que podrían reconfigurar el escenario político de Nueva York, el nombre de Zohran Mamdani, de apenas 34 años, resuena con fuerza entre los pasillos del poder y las calles de Queens. Respaldado por dos de las figuras más influyentes del progresismo estadounidense, Bernie Sanders y Alexandria Ocasio-Cortez (AOC), Mamdani se postula no solo como candidato a la alcaldía, sino como el símbolo de un movimiento social que busca desplazar a las élites tradicionales.
En un mitin celebrado en un estadio de barrio, el joven político, actual asambleísta estatal y autodeclarado socialista democrático, arengó a una multitud entusiasta: “Esto fue, es y será tu movimiento”, dijo, dejando claro que no se trata de una campaña más, sino del intento de construir una coalición ciudadana sin precedentes.
Las promesas de Mamdani: redistribución y equidad
Mamdani propone una serie de medidas que sacuden el sentido común neoliberal que ha dominado la política neoyorquina desde los años de Giuliani y Bloomberg. Destacan entre ellas:
- Contratación de miles de nuevos maestros para reducir la brecha educativa.
- Renegociación de contratos municipales para garantizar mejores condiciones laborales.
- Congelamiento del alquiler en más de un millón de apartamentos con regulación de renta, medida clave en una ciudad donde el 44% de los hogares paga más del 30% de sus ingresos en alquiler (fuente: NYC Housing and Vacancy Survey).
- Construcción de vivienda asequible financiada con impuestos progresivos.
- Universalización del cuidado infantil, para liberar tiempo y recursos a las familias trabajadoras.
No es casual que estas propuestas recuerden a las plataformas de Sanders y AOC. De hecho, ambos fueron protagonistas del mitin. Ocasio-Cortez, cuyo distrito incluye partes de Queens, no escatimó declaraciones alentadoras: “Una victoria de Mamdani enviará un mensaje nacional: el progresismo no está muerto, está creciendo”.
Cuomo, el rival incómodo del pasado
Pero el camino hacia la alcaldía no será fácil. Mamdani enfrenta una carrera rodeada de tensión política y mediática. Su rival principal es un viejo conocido del electorado: el exgobernador Andrew Cuomo, ahora candidato independiente tras haber perdido la primaria demócrata. Cuomo ha tratado de posicionarse como el auténtico defensor de la clase media y ataca a Mamdani calificando su proyecto de “utopía socialista”.
En una entrevista radial reciente, Cuomo lanzó un dardo directo: “Si él gana, reserven los pasajes a Florida”. Este tipo de declaraciones evocan la retórica antiprogre que utilizó durante sus años de mandato, antes de su forzada dimisión en 2021 debido a múltiples acusaciones de acoso sexual que, aunque nunca derivaron en condenas judiciales, destruyeron su capital político.
Mamdani no se quedó callado. Durante el evento, afirmó: “Es hora de dejar atrás el libro de jugadas del pasado, el de las promesas vacías y las estructuras opacas”.
Una batalla contra los “oligarcas”
El lema de la campaña, “New York is not for sale” (“Nueva York no está en venta”), refleja el núcleo del conflicto: una lucha abierta contra la influencia del dinero en la política urbana. Sanders fue aún más directo: “¿Es posible que la clase trabajadora se una y derrote a los oligarcas? Maldita sea, por supuesto que sí”.
La retórica inflamada no es casual. En los últimos 20 años, los grandes desarrolladores inmobiliarios, bancos de inversión y sectores logísticos han ejercido una presión constante sobre las políticas urbanas de Nueva York. Según un informe de NYPIRG, más del 60% de las donaciones a candidatos locales provienen de grandes intereses corporativos, invisibilizando las voces populares.
El giro progresista de los barrios
Paradójicamente (o no tanto), los mismos barrios que históricamente dieron poder al establishment están virando hacia agendas más progresistas. Queens, Brooklyn y el Bronx han sido testigos del ascenso de figuras como Ocasio-Cortez, Julia Salazar y ahora Mamdani. El electorado joven y diverso, marcado por las inequidades pandémicas y el colapso del modelo de ciudad basada en el turismo y la especulación, comienza a imaginar una metrópoli diferente.
A modo de ejemplo: en las elecciones legislativas de 2022, un 67% de los votantes menores de 35 años en Nueva York se definieron como progresistas o socialdemócratas (fuente: Data for Progress). Este segmento también ostenta las tasas más altas de voto anticipado en la ciudad, lo que podría dar un impulso clave a Mamdani durante las primeras rondas del conteo de votos.
Una coalición improbable pero poderosa
El evento fue una radiografía del nuevo tejido político que Mamdani aspira liderar. En el escenario se juntaron líderes sindicales, organizaciones religiosas musulmanas y judías, activistas afroamericanos, comunidades migrantes y hasta humoristas como Sarah Sherman de “Saturday Night Live”. Incluso el gobernador del estado, Kathy Hochul, y líderes legislativos como Andrea Stewart-Cousins y Carl Heastie, estuvieron presentes.
Otro apoyo clave llegó días antes: Hakeem Jeffries, líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, declaró que, aunque tiene diferencias con Mamdani, lo respalda para derrotar a los candidatos republicanos y cerrar el paso a Trumpismo urbano.
No es poca cosa. Sobre todo si se tiene en cuenta que el actual alcalde, Eric Adams, abandonó su campaña y decidió apoyar a Cuomo en un último giro inesperado.
¿Y si gana Mamdani?
¿Qué pasaría si el “alcalde socialista” llega al poder? Para algunos sectores empresariales y financieros podría representar un terremoto institucional. Sin embargo, los seguidores de Mamdani afirman que una ciudad como Nueva York necesita más participación ciudadana, menos opacidad y una redistribución más justa de sus vastísimos recursos.
El foco no está simplemente en disputas ideológicas, sino en modelos de gobernanza: frente al paradigma tecnocrático-administrativo de Adams y los gobiernos anteriores, Mamdani propone una política participativa, activista y profundamente enraizada en las necesidades básicas de la población trabajadora.
Aun así, los desafíos no son menores: la presión del mercado inmobiliario, la inseguridad, la migración, la deuda municipal y los ataques constantes desde la extrema derecha podrían complicar su gestión. Además, su identidad musulmana ya ha sido objeto de campañas de desinformación y ataques racistas, lo que añade una capa de tensión a un contexto electoral que ya es explosivo.
Más que una elección, una señal de los tiempos
Con las urnas ya abiertas para el voto anticipado, todo indica que la batalla por el corazón de Nueva York será también una señal de hacia dónde se dirige el progresismo estadounidense. En palabras de AOC: “Los enemigos de Mamdani no son solo Cuomo o Sliwa, son los mismos que financian el autoritarismo, el racismo y la desigualdad en todo el país”.
Más allá del resultado, el auge de candidaturas como la de Zohran Mamdani confirma que la política urbana está mutando. Nueva York, la ciudad que nunca duerme, parece estar despertando.