Cambio de hora: ¿Por qué podría ser hora de acabar con el horario de verano?

Expertos en salud, ciencia del sueño y medio ambiente explican por qué seguir alterando el reloj dos veces al año podría afectar más de lo que creemos

Una hora más... ¿de sueño o de confusión?

Este domingo, la mayoría de los estadounidenses retrasarán sus relojes una hora al regresar al horario estándar, ganando, en teoría, una preciada hora extra de sueño. Pero con cada cambio, vuelve la controversia: ¿para qué sirve hoy en día el horario de verano? ¿Nos sirve realmente o daña nuestra salud?

Lo que para muchos es una simple tradición, para expertos en salud y científicos es una alteración significativa de nuestro ritmo circadiano, ese reloj biológico interno que regula no sólo cuándo dormimos, sino cómo funciona todo nuestro cuerpo.

El impacto del cambio de hora en el cuerpo humano

Jamie Zeitzer, codirector del Stanford Center for Sleep and Circadian Sciences, lo explica con una potente metáfora:

“La mejor forma de pensarlo es como si el reloj central fuera el director de una orquesta, y cada órgano del cuerpo fuera un instrumento. Cuando el director se descoordina, todos los instrumentos tocan fuera de tiempo”.

El ritmo circadiano se regula principalmente por la exposición a la luz solar. Una hora de diferencia, aunque parezca poco, puede alterar ese delicado equilibrio.

La hormona melatonina, clave para inducir el sueño, comienza a liberarse al anochecer. Pero si hay demasiada luz artificial o la luz natural se alarga por el horario de verano, esta hormona se retrasa, lo que desequilibra el ciclo.

No sólo se afecta el sueño. También influyen el metabolismo, la presión sanguínea, el sistema inmune y más. Un estudio de la Universidad de Stanford encontró que el cambio del reloj dos veces al año es lo peor para nuestra salud: mantener un solo horario estable es mucho más benéfico.

El horario estándar vs. el horario de verano

Entonces, ¿cuál es mejor? El estudio de Stanford y varias asociaciones médicas, como la American Medical Association y la American Academy of Sleep Medicine, coinciden en que el horario estándar permanente es la mejor opción.

Este se alinea más con la salida y puesta natural del sol y con nuestra biología. Los beneficios incluyen:

  • Mejor calidad de sueño
  • Mayor rendimiento cognitivo diurno
  • Menor riesgo de enfermedades cardiovasculares
  • Reducción de accidentes de tránsito
  • Mejor salud mental y menor incidencia de trastorno afectivo estacional

Curiosamente, la mayoría de los países del mundo ya han abandonado el horario de verano. En América del Norte y Europa aún se utiliza, pero con debates cada vez más fuertes para acabar con él.

¿Qué efectos tiene el cambio en la sociedad?

Contrario a lo que algunos piensan, no todos se adaptan bien al cambio de hora. Según datos de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), uno de cada tres adultos en EE.UU. no duerme más de siete horas por noche, y más de la mitad de los adolescentes no alcanza las ocho horas recomendadas.

El cambio de primavera es particularmente difícil, ya que se pierde una hora de sueño. Los efectos inmediatamente observables son:

  • Un aumento del 6% en accidentes automovilísticos fatales (según un estudio publicado en Current Biology)
  • Incrementos en ataques cardíacos e infartos cerebrales
  • Incremento de errores en el trabajo y menor productividad

Esto impacta especialmente a trabajadores nocturnos o aquellos que ya tienen patrones de sueño irregulares. También afecta severamente a personas que padecen trastorno afectivo estacional (SAD, por sus siglas en inglés), más común en los meses con menor luz natural.

Consejos para adaptarte al cambio

Aunque parezca un pequeño cambio, hay recomendaciones importantes para resetear tu reloj interno:

  • Adecúa tu horario de sueño gradualmente, ajustando 15 minutos por noche
  • Sal al sol por la mañana, aunque sea por 10 minutos
  • Evita pantallas (luz azul) por lo menos una hora antes de dormir
  • No consumas cafeína por la tarde o noche
  • Crea una rutina relajante antes de ir a la cama

Si no puedes salir al aire libre, colócate cerca de ventanas para exponerte a la luz natural. La clave está en reservar la luz más intensa para el comienzo del día e ir bajando la intensidad del ambiente mientras se acerca la noche.

¿Una reforma en camino? El estancamiento legislativo

En 2022, el Senado de EE.UU. aprobó por unanimidad el ‘Sunshine Protection Act’, que proponía hacer permanente el horario de verano. Sin embargo, el proyecto se estancó en la Cámara de Representantes.

Joe Biden no ha expresado una postura firme sobre el tema, mientras que el apoyo entre legislaturas estatales está dividido. Estados como Arizona y Hawaii ya han tomado medidas y mantienen el horario estándar todo el año.

¿Por qué no avanzar hacia una implementación nacional?

El principal obstáculo es político, pero también hay complejidades a nivel económico y logístico. Algunos negocios prefieren el horario de verano por ofrecer más luz en la tarde, lo cual aumenta el consumo y la actividad comercial. Sin embargo, estudios como el de Brookings Institution sugieren que el impacto económico es marginal frente a los efectos negativos del cambio bianual.

Un impacto medioambiental con implicaciones mayores

Lo que muchos desconocen es que los cambios de horario también tienen repercusiones ambientales. Originalmente, el horario de verano se implementó para ahorrar energía, permitiendo aprovechar más la luz natural en la tarde.

No obstante, estudios más recientes, como el evaluado por el U.S. Department of Energy, muestran que los ahorros energéticos actuales son insignificantes. De hecho, el aumento en el consumo de aire acondicionado en verano puede contrarrestar el beneficio.

Además, cualquier medida que altere el ritmo natural del cuerpo puede generar consecuencias indirectas en estilos de vida más saludables, como rutinas de ejercicio al aire libre o patrones de alimentación regulados.

¿Y qué pasa con los niños y adolescentes?

Los más jóvenes también se ven afectados. Estudios del Journal of Clinical Sleep Medicine muestran que los adolescentes tienen un ritmo circadiano más tardío, por lo que adelantar o retrasar el reloj puede causar desajustes importantes en su energía, concentración y estado de ánimo.

El sueño insuficiente en los adolescentes está directamente relacionado con:

  • Peores resultados académicos
  • Aumento de síntomas depresivos
  • Mayor probabilidad de accidentes de tránsito al manejar

Una mirada global

Más de 60 países ya han eliminado el cambio de hora, entre ellos: Japón, India, Rusia, China y la mayoría de América del Sur y África. Las razones principales: ineficiencia energética, trastornos de salud y complejidades sociales.

Suiza, por ejemplo, eliminó el horario de verano en 1979, tras comprobar sus ineficiencias. En Sudamérica, Brasil también abolió este sistema en 2019 luego de informes oficiales que mostraron que no había ahorro energético relevante y sí alteraciones en la salud de la población.

¿Hora de dar el paso?

El debate está abierto. Pero la ciencia es clara: interrumpir el ritmo natural del cuerpo, incluso con ajustes aparentemente pequeños, provoca consecuencias acumulativas.

Si el objetivo es mejorar la salud pública, proteger el bienestar mental y físico, y sincronizar al ser humano con su entorno natural, el camino más sensato parece ser abolir el cambio de hora, y optar de manera permanente por el horario estándar.

No se trata solo de una hora más o menos en el reloj, sino de una decisión que toca nuestro más profundo equilibrio biológico.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press