Crisis de liderazgo en la Nación Cheyenne del Norte: elecciones, género y una batalla por el poder
Una elección especial que prohíbe la participación de mujeres sacude los cimientos democráticos de la tribu en plena crisis política e institucional
Una tormenta política en la nación Cheyenne del Norte
El pueblo Cheyenne del Norte, ubicado en el sureste de Montana, enfrenta una de las crisis políticas más profundas en su historia reciente. En el centro del conflicto se encuentra una batalla entre el presidente tribal Gene Small, miembros del consejo tribal, y una estructura de poder tradicional encabezada por líderes conocidos como “jefes”. A lo largo de los últimos meses, la inestabilidad interna ha escalado hasta convertirse en una lucha abierta por el control del gobierno tribal.
Todo comenzó con una auditoría
La raíz del conflicto se remonta a inicios de 2024, cuando el presidente Gene Small, elegido en parte por su promesa de impulsar la transparencia, promovió una auditoría del uso de fondos federales entregados durante la pandemia del COVID-19. La moción fue aprobada por 6 votos a favor y 5 en contra dentro del consejo. Sin embargo, lejos de resolver diferencias, la auditoría encendió los ánimos de una disputa creciente sobre liderazgo, legitimidad y tradición.
La destitución de Small y la respuesta de los jefes
El 11 de septiembre, el consejo tribal votó para destituir a Small bajo cargos de violaciones constitucionales. Sin embargo, dos miembros del consejo, Torrey Davie y Theresa Small, se ausentaron de la votación y más tarde manifestaron su apoyo al presidente destituido. En respuesta, un grupo de jefes tradicionales emitió una declaración en la que pedían la remoción de los ocho miembros del consejo que votaron contra Small y procedieron a nombrar a ocho nuevos miembros interinos para ocupar sus lugares.
Small juramentó a estos nombramientos en un acto simbólico que profundizó la confusión. Desde entonces, dos estructuras de poder han coexistido, cada una reclamando ser el gobierno legítimo del pueblo Cheyenne del Norte.
Elecciones especiales: ¿retiro democrático o patriarcado institucionalizado?
El punto álgido ha llegado con la decisión del gobierno interino, respaldado por Small y los jefes, de convocar a una elección especial para el 30 de octubre. Según las nuevas reglas para esta elección —propuestas por los jefes tradicionales— están prohibidas las candidaturas de mujeres. Solo hombres mayores de 30 años pueden postularse, excluyendo además a votantes ausentes —una medida significativa dado que menos del 40% de los miembros están registrados actualmente en la reserva.
El mensaje es claro y devastador: las mujeres que constituyen una gran porción del actual liderazgo, incluyendo a cinco de los ocho miembros del consejo destituidos y una expresidenta tribal electa en 2020, están ahora marginadas del proceso político.
Violaciones a derechos civiles y una comunidad fragmentada
Para muchos miembros de la comunidad, la exclusión de las mujeres representa una clara violación de derechos civiles. Melissa Lonebear, una de las concejalas afectadas, declaró: “Es una violación a los derechos civiles. Especialmente cuando muchas mujeres ni siquiera viven en la reserva. Nos están negando el derecho a participar en esta supuesta democracia”.
Incluso Gene Small admitió en un video publicado en Facebook: “Sí, solo los hombres pueden postularse, eso es lo que los jefes decidieron, y debemos respetar eso.”
Pero ¿puede una tradición tener más peso que los derechos fundamentales? ¿Cómo se concilia la ley tribal con los estándares del siglo XXI respecto a igualdad y participación ciudadana? La comunidad no tiene una respuesta clara. Lo que sí está claro es que la exclusión ha causado una profunda división social en una población que apenas supera los 12,000 individuos.
Arrestos, intimidación y narrativas paralelas
La tensión también se ha manifestado en acciones físicas. El 8 de octubre, cuatro miembros del consejo original —incluidas Fisher, Lonebear y Gwen Spotted Horse— fueron arrestadas al intentar acceder al edificio tribal. Pasaron más de dos días encarceladas, acusadas de cargos relacionados con la obstrucción del gobierno y protección de funcionarios oficiales.
Además, Spotted Horse aseguró que la detención afectó a su familia: “Nuestros hijos pequeños están traumatizados. Ya no quieren quedarse solos cuando nos ven salir.”
El gobierno interino, por su parte, defiende las medidas como necesarias para proteger la estabilidad institucional. Pero para muchos miembros de la comunidad, estas acciones reflejan una deriva autoritaria impulsada por la necesidad de consolidar el poder sin oposición.
Cuentas bancarias congeladas: el conflicto financiero
La incertidumbre institucional también ha afectado los recursos económicos de la tribu. El 24 de septiembre, el consejo original revocó la autoridad de Small para firmar documentos financieros. Poco después, las cuentas bancarias tribales fueron congeladas por el First Interstate Bank.
El consejo interino, sin embargo, continuó su operación, aprobando nuevos presupuestos y firmando cheques. Small afirmó que el banco lo reconoce como signatario. Pero otros miembros del consejo indican que no han recibido sus respectivos pagos desde entonces.
Theresa Small expresó preocupación: “Temo que esta inestabilidad haga que el gobierno federal dude en seguir enviando fondos. Podrían asumir el control de la reserva si esto continúa.”
¿Y el gobierno federal? Ausente
La Oficina de Asuntos Indígenas (BIA, por sus siglas en inglés) ha declinado intervenir. Esto ha dejado a ambas facciones dependiendo del poder judicial tribal. Pero las respuestas de la Corte Constitucional tribal han sido limitadas. El recurso legal del consejo original contra los jefes tradicionales fue desestimado por “falta de jurisdicción”.
Small también presentó una solicitud para declararse como presidente legítimo ante ese mismo tribunal, cuyos resultados siguen sin conocerse. En medio de este laberinto de procedimientos legales y falta de dirección externa, reina la confusión.
Perspectivas futuras y una elección cargada de simbolismo
A solo días de la elección supuestamente restringida, la pregunta que permanece es si el proceso servirá para restaurar la legitimidad institucional o si simplemente institucionalizará un sistema excluyente. Incluso si se lleva a cabo, el nuevo consejo solo servirá los años restantes del mandato original. En teoría, todo podría cambiar nuevamente en el próximo ciclo electoral.
Pero con miembros arrestados, cuentas congeladas, y una comunidad dividida, muchos ciudadanos Cheyenne se preguntan si su sistema democrático se sostiene bajo estos nuevos cimientos. Al mismo tiempo, se preguntan cómo es que la exclusión basada en género ha logrado imponerse nuevamente en el corazón de una comunidad indígena históricamente liderada por mujeres fuertes y decididas.
Como dijo Nizhoni Friesz, una de las concejalas desplazadas: “Hoy, muchos en nuestra comunidad no saben ni siquiera quién está a cargo. Y esa es una señal peligrosa cuando hablamos de liderazgo tribal.”
La batalla por el liderazgo en la Nación Cheyenne del Norte es más que un simple caso político; es una llamada de atención sobre los riesgos de retroceder en la igualdad y sobre cómo el poder, cuando no se controla, puede dividir incluso a las comunidades más unidas.
